Cómo vaciar la vejiga de un gato

La vejiga es una especie de bolsa o saco en la que se acumula la orina hasta su eliminación. Situándonos por detrás del gato, podemos localizarla superficialmente presionando con cuidado en la zona baja del abdomen, en el centro, rodeando la pelvis y tocando con los dedos corazón de ambas manos.

Cuando está llena, lógicamente, será más fácil de palpar y tendrá un tamaño algo mayor al de una nuez y una consistencia firme, como si fuese un globo lleno de agua. Si no tenemos práctica y/o la vejiga está vacía, puede ser muy difícil de encontrar.

Normalmente, cuando la vejiga se llena, el gato siente ganas de evacuar, lo que suele suceder varias veces al día. En ocasiones, se produce alguna lesión que impide que el gato orine por sí solo y, solo entonces, podemos tener que ayudar al gato a vaciar su vejiga manualmente, como nos explicará el veterinario. Nunca debemos vaciar la vejiga si no nos lo ha indicado este profesional. En este artículo explicamos los principales motivos que pueden impedir que un gato orine: "Por qué mi gato no orina".

Es fundamental que tengamos claro que, como hemos apuntado, solo el veterinario puede decidir sobre la pertinencia de vaciar la vejiga de un gato de manera manual. Si es el caso, este profesional también nos enseñará a hacerlo correctamente para no lastimar al gato.

Algunas situaciones en las que es probable que tengamos que vaciar la vejiga en casa son las derivadas de problemas neurológicos que afectan al normal funcionamiento de la vejiga, de forma que el gato pierde el control de la evacuación de la orina. Esto puede suceder tras accidentes que provocan lesiones en los nervios que inervan la vejiga, como un atropello. Suelen ser gatos con daños en la columna vertebral y parálisis en las patas traseras. Por suerte, este tipo de lesiones no son las más habituales, por lo que es raro que tengamos que vaciar la vejiga de nuestro gato en el hogar. En cualquier caso, hay que insistir en que este procedimiento solo lo podremos hacer cuando así nos lo indique el veterinario. De lo contrario, sería contraproducente y podríamos llegar a lastimar al gato o agravar su problema.

En otras palabras, si vemos que nuestro gato no orina, la opción nunca puede ser intentar vaciar la vejiga manualmente. Habrá que descubrir la causa de la anuria, que puede ser, por ejemplo, una obstrucción en la uretra, y pautar el tratamiento adecuado porque el problema no está en que la vejiga no esté funcionando adecuadamente.

Hay que señalar que, fuera de la edad adulta, los gatitos recién nacidos necesitan ayuda para vaciar su vejiga, sin que se deba a ninguna patología. Sus madres los estimulan para que orinen y defequen pasando la lengua por la zona genital. A los gatitos sin madre los estimularemos nosotros, utilizando una gasa o un algodón humedecido en agua tibia con el que daremos un suave masaje por el abdomen y los genitales, como si fuésemos la gata. Aquí te contamos más cuidados para estos casos: "Cómo cuidar a un gatito recién nacido".

Como hemos explicado, si el veterinario nos recomienda que vaciemos la vejiga de nuestro gato será porque se encuentra en una situación muy concreta, como una parálisis posterior, que afecta a su funcionalidad. Si te preguntas cómo hacer orinar a un gato, el consejo principal es seguir las recomendaciones del veterinario, ya que este profesional es quien te va a enseñar la manera de hacerlo bien paso a paso. De hecho, no deberías salir de la clínica sin que te haya supervisado en el vaciado manual y hayas conseguido resolverlo con éxito. El procedimiento para vaciar manualmente la vejiga de un gato es el siguiente:

1. Decide dónde vas a hacer el vaciado, pues hay que tener en cuenta que saldrá bastante cantidad de orina. Por ejemplo, dependiendo de las circunstancias de cada gato y de tu comodidad, puedes ponerlo en el arenero, un recipiente fácil de limpiar o un empapador que puedas desechar.
2. Mantén siempre la tranquilidad, pues tu nerviosismo se transmitiría al gato y debemos conseguir que esté calmado para que no se mueva y la manipulación sea más fácil.
3. Colócate detrás del gato y pon las manos rodeando su pelvis, con los dedos hacia la zona baja del abdomen. También puede hacerse con una sola mano en el abdomen y la otra sobre la cadera, dependiendo del tamaño del gato y de nuestra destreza.
4. Busca la bolita que será la vejiga, localizada más o menos en el centro, y, con los dedos corazón, presiona de manera firme y uniforme, con mucho cuidado, hacia el interior y abajo. Notarás que se ejerce una ligera presión, que enseguida cede cuando el líquido comienza a fluir al exterior. Otra opción es presionar la vejiga entre el pulgar y el índice. Puedes probar hasta encontrar la manera que te resulte más cómoda, más rápida y menos molesta para el gato.
5. Mantén los dedos presionando en el sitio hasta que la bolita desaparezca y deje de salir orina.

El vaciado de la vejiga del gato tendrá que hacerse varias veces al día y siempre que notemos la vejiga llena. Es importante porque, sin este vaciado manual, el gato tendrá la orina más tiempo en el organismo, lo que puede propiciar infecciones y otros problemas en las vías urinarias.

No todas las personas consiguen hacer el vaciado manual de la vejiga, pues no siempre es sencillo manipular al gato, encontrar la vejiga, etc. Igualmente, si el gato muestra signos de dolor ante nuestra manipulación, es que no lo estamos haciendo bien. En estos casos, habrá que ir al veterinario para que nos ayude y explore de nuevo al animal.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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