Bulto en el cuello del gato: causas y qué hacer

Los abscesos son acumulaciones de pus que se forman en el cuerpo como respuesta a una infección bacteriana. En el caso de los gatos, los abscesos son comunes y pueden presentarse en diferentes partes del cuerpo, incluido el cuello.

Causas y síntomas

Los abscesos en gatos generalmente son el resultado de heridas penetrantes causadas por mordeduras de otros animales durante peleas, arañazos o heridas punzantes. Las bacterias, como Pasteurella multocida o Staphylococcus, pueden ingresar al tejido a través de estas heridas, lo que desencadena una respuesta inflamatoria y la formación de pus.

El síntoma frecuente es la presentación de un bulto doloroso, caliente, hinchado y enrojecido. Pueden crecer rápidamente y pueden sentirse firme al tacto. Los gatos pueden mostrar signos de dolor, como sensibilidad al tocar el área afectada, irritabilidad, falta de apetito y letargo. También es posible que laman o muerdan constantemente el área afectada.

El veterinario puede prescribir antibióticos para combatir la infección bacteriana y vaciar el absceso. Esta tarea únicamente puede realizarla un profesional.

Un lipoma es un tumor benigno que se forma a partir de células de tejido adiposo, es decir, células grasas. Estos tumores suelen tener una apariencia suave y redonda, y generalmente son móviles debajo de la piel. Por tanto, si tu gato tiene un bulto que se mueve en el cuello, esta puede ser la causa.

Causas y síntomas

Aunque la causa exacta de los lipomas en gatos no se conoce con certeza, se cree que hay factores genéticos y predisposiciones hereditarias involucradas en su desarrollo. Además, la obesidad en los gatos también puede aumentar el riesgo de desarrollar lipomas.

Los lipomas generalmente se presentan como bultos indoloros y blandos debajo de la piel. Pueden ser pequeños o crecer hasta alcanzar un tamaño considerable. Los lipomas no suelen causar molestias a menos que estén en una ubicación incómoda o interfieran con la movilidad del gato.

El quiste sebáceo es una protuberancia o masa benigna que se forma debajo de la piel y está compuesta principalmente por sebo, una sustancia grasa secretada por las glándulas sebáceas de la piel.

Causas y síntomas

Los quistes sebáceos en gatos se forman cuando los conductos de las glándulas sebáceas se bloquean, lo que provoca la acumulación de sebo. Las causas exactas de esta obstrucción no siempre están claras, pero pueden estar asociadas con factores genéticos, predisposición hereditaria o desequilibrios hormonales.

Generalmente se presentan como bultos suaves y redondos debajo de la piel. Pueden ser móviles al tacto y, a menudo, no causan dolor o molestias a menos que se infecten o se inflamen. Algunos quistes sebáceos pueden tener un punto central de abertura (poro) desde donde se libera el sebo. Sin embargo, para evitar daños, lo más recomendable es que sea el veterinario quien vacíe el quiste sebáceo en caso de ser necesario.

En algunos casos, un bulto en el cuello del gato puede ser indicativo de un tumor maligno, especialmente si estamos ante un bulto duro. Estos tumores pueden surgir de diferentes tejidos y órganos en el cuello del gato y requerir una evaluación veterinaria para un diagnóstico adecuado. Algunos tumores malignos que podrían causar un bulto en el cuello de un gato podrían ser:

• Carcinoma de células escamosas: este tipo de cáncer de piel puede desarrollarse en el cuello del gato, especialmente en áreas expuestas al sol. Puede aparecer como un bulto rojo, ulcerado o con costra en la piel.
• Linfoma: es un cáncer que afecta a las células del sistema linfático. Puede causar agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello, lo que resulta en la formación de bultos palpables.
• Sarcoma de tejidos blandos: se originan en los tejidos conectivos del cuerpo. En el cuello, estos tumores pueden surgir del músculo, la grasa u otros tejidos blandos.
• Carcinoma de células basales: este tipo de cáncer de piel menos común puede aparecer como bultos en el cuello. Por lo general, se manifiestan como lesiones de crecimiento lento y pueden tener un aspecto perlado o con bordes elevados.

Dependiendo del tipo de tumor, el tratamiento puede variar, pero siempre que sea posible se recomienda extirpar y administrar radio o quimioterapia.

Imagen: CVSF

Es posible que algunos gatos desarrollen un bulto en el cuello después de recibir una vacuna. Estos bultos, conocidos como reacciones postvacunales, son una respuesta común y frecuentemente benigna del sistema inmunológico del gato a la vacuna.

Causas y características de una reacción postvacunal

Las vacunas contienen componentes inmunológicos diseñados para estimular la respuesta del sistema inmunológico del gato. En algunos casos, esto puede desencadenar una respuesta inflamatoria localizada, lo que puede resultar en la formación de un bulto en el sitio de vacunación.

Los bultos en el cuello del gato por la vacuna suelen ser pequeños, firmes y no suelen causar dolor al tacto. Pueden variar en tamaño y pueden aparecer poco después de la vacunación o desarrollarse en los días posteriores. Por lo general, desaparecen por sí solos en unos pocos días o semanas. Sin embargo, en algunos casos, pueden persistir durante más tiempo, incluso hasta varias semanas o meses.

Si el bulto persiste o si hay signos de preocupación, se recomienda consultar a un veterinario porque podría tratarse de un sarcoma vacunal, mucho más grave y que requiere cirugía.

Imagen: diagnosticoveterinario.com

Si detectas un bulto en el cuello de tu gato es importante tomar medidas adecuadas para garantizar su salud y bienestar. Algunas acciones que puedes tomar en cuenta son:

• Observa y registra los detalles: examina el bulto cuidadosamente y toma nota de su tamaño, forma, consistencia y cualquier cambio en él. Observa si tu gato muestra signos de dolor, incomodidad o cambios en su comportamiento general.
• Consulta a un veterinario: la mejor acción que puedes tomar es buscar atención veterinaria lo antes posible. Un veterinario podrá evaluar el bulto y realizar un diagnóstico preciso. Puedes comunicarte con tu veterinario de confianza para programar una cita lo más pronto posible.
• Evita manipular o exprimir el bulto: es importante resistir la tentación de manipular o exprimir el bulto por ti mismo. Hacerlo puede causar molestias a tu gato y potencialmente empeorar la situación. Deja que el veterinario examine y maneje el bulto de manera adecuada.
• Proporciona información al veterinario: durante la visita al veterinario, bríndale todos los detalles relevantes sobre el bulto, como cuándo lo notaste, cualquier cambio en su tamaño o apariencia y cualquier otro síntoma que hayas observado en tu gato. Esta información ayudará al veterinario en su evaluación.
• Sigue las recomendaciones del veterinario: una vez que el veterinario haya evaluado el bulto, sigue sus recomendaciones. Esto puede incluir realizar pruebas adicionales, como una aspiración con aguja fina o una biopsia para obtener más información sobre el bulto. Dependiendo del diagnóstico, se puede recomendar un tratamiento adecuado.

Recuerda que solo un veterinario puede realizar un diagnóstico preciso e indicar cómo tratar el bulto en el cuello de tu gato. No intentes automedicar o ignorar el bulto, ya que podría ser un signo de una condición médica subyacente que requiere atención veterinaria. Tu veterinario está capacitado para evaluar y brindar el mejor cuidado para tu gato.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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