Problemas y trastornos

Mi gato cojea pero apoya la pata: causas y qué hacer

 
Laura García Ortiz
Por Laura García Ortiz, Veterinaria especializada en gatos. 30 enero 2024
Mi gato cojea pero apoya la pata: causas y qué hacer

Las cojeras en los gatos pueden tener múltiples causas, en las cuales la marcha habitual de las extremidades se ve dificultada principalmente por dolor o molestias causadas por motivos tan diversos como fracturas, luxaciones, traumas, infecciones o incluso tumores. Sin embargo, no siempre impiden que el animal pueda apoyar por completo la pata en el suelo, por ello es normal ver que el gato cojea pero apoya la pata.

Si quieres obtener más información sobre las causas que pueden estar provocando esta situación y qué hacer en cada caso, continúa leyendo este artículo de SoyUnGato.

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Índice

  1. Malas caídas
  2. Heridas
  3. Fracturas en las patas
  4. Calicivirus felino
  5. Artrosis felina
  6. Lesiones en las almohadillas
  7. Tumor

Malas caídas

Si un gato se cae desde una altura corta, cae mal jugando o se golpea en alguna extremidad con suficiente fuerza, el daño mecánico causado por la fuerza del golpe puede afectar a las estructuras que componen la pata afectada, como los tendones o los músculos. Esto puede hacer que el gato cojee, pero apoye la pata, ya que el daño no ha sido muy intenso ni se ha roto nada. De todas formas, deberías inspeccionarle la extremidad en busca de lesiones, inflamaciones o cuerpos extraños clavados, especialmente en las almohadillas.

Qué hacer

Si te preguntas qué hacer en estos casos, debes saber que este tipo de cojeras suelen resolverse por sí solas con descanso, siempre y cuando no se hayan producido daños intensos ni infecciones. En esos casos, podría ser necesario un tratamiento antibiótico y antiinflamatorio.

Heridas

Dependiendo de la gravedad de la herida, el gato cojea pero apoya la pata debido a que el dolor experimentado no es tan intenso. Eso sí, no la apoyará con normalidad e incluso puede hacerlo solo de forma intermitente.

Un corte con una superficie u objeto punzante, un arañazo en una pelea o un golpe por una mala caída, como hemos visto en el apartado anterior, pueden producir en la pata una herida más o menos profunda. En este otro artículo hablamos de los "Tipos de heridas en gatos".

Qué hacer

En cualquier caso, es recomendable acudir al centro veterinario para que examinen la herida y la limpien adecuadamente. Una limpieza incorrecta puede provocar una infección, lo que agravaría considerablemente el cuadro. Así mismo, es posible administrar antibióticos tópicos, según el caso.

Mi gato cojea pero apoya la pata: causas y qué hacer - Heridas

Fracturas en las patas

Si tu gato sufre un daño en la pata con la suficiente intensidad como para fracturar uno o más huesos, como el producido por caídas desde gran altura en el síndrome del gato paracaidista, atropellos, accidentes o peleas, experimentará mucho dolor y cojeará. Posiblemente no podrá apoyarla o lo hará solo por un corto periodo. Además, el desplazamiento de los huesos en la fractura puede dañar los tejidos blandos circundantes, lo que aumenta aún más la inflamación y el dolor.

Qué hacer

El tratamiento de las fracturas en las patas de los gatos dependerá siempre del tipo de fractura, ya que en algunos casos no será necesaria la fijación quirúrgica y se podrá resolver con una fijación externa o con un vendaje y reposo. También se suele utilizar tratamiento médico con antiinflamatorios y antibióticos, a veces acompañado de algún tipo de analgésico para combatir el dolor.

Mi gato cojea pero apoya la pata: causas y qué hacer - Fracturas en las patas

Calicivirus felino

El calicivirus felino, un virus común en esta especie y que a veces acompaña al herpesvirus felino de tipo 1 en el síndrome respiratorio felino, puede ser el responsable de este tipo de cojera en tu gato, en la que también apoya la pata.

Este virus se contagia a través de la saliva, las secreciones nasales y las lágrimas, principalmente. En la orofaringe es su primer sitio de replicación, donde produce necrosis, vesículas y úlceras. A los 3-4 días después de la infección, el virus puede llegar a otros tejidos en su viremia, pudiendo alcanzar las articulaciones donde produce una poliartritis, ya que algunas cepas tienen predilección por esta localización. Cuando esto ocurre, el gato sufre de cojera que suele ser intermitente y afecta a una o varias articulaciones. Este cuadro puede extenderse hasta semanas después de la infección, y también se ha descrito hasta un mes después de la vacunación. Por lo tanto, si te preguntas por qué tu gato cojea después de la inyección con la trivalente felina, posiblemente sea por esto.

El calicivirus también puede producir un calicivirus virulento sistémico, que son cepas hipervirulentas con especial predilección por los órganos y la piel, pudiendo afectar a las patas del gato, especialmente en la parte de las almohadillas, donde se pueden observar lesiones costrosas y ulcerativas que pueden hacer que cojee, evitando apoyar la zona dañada.

Qué hacer

El tratamiento consistirá en tratar los síntomas que produce la cepa en cuestión e intentar modular la replicación con interferón omega hasta la remisión de la sintomatología. Para la poliartritis, se suelen utilizar antiinflamatorios y analgésicos como el meloxicam, la buprenorfina o la prednisolona. A veces pueden ser necesarios antibióticos, nutrición enteral y fluidoterapia intravenosa.

Artrosis felina

Una enfermedad relacionada con las articulaciones y bastante común en gatos mayores es la artrosis felina. Esta enfermedad es una patología degenerativa que afecta a una o varias articulaciones, provocando un progresivo desgaste de las mismas. Este desgaste afecta al cartílago articular que recubre y protege las articulaciones.

La artrosis acaba por desgastar significativamente la articulación, exponiéndola más y provocando dolor en los gatos que la padecen. Esto se traduce en que se sientan más decaídos y no quieran realizar actividades como saltar o subir alturas, y se muevan con menor frecuencia. Si notas que tu pequeño felino pasa más tiempo tumbado y evita hacer los movimientos que solía hacer, es posible que tenga artrosis. Así mismo, si es mayor y observas que tu gato cojea pero apoya la pata, también puedes pensar en esta afección.

Qué hacer

El tratamiento para esta condición se basa en el uso de fármacos antiinflamatorios, la administración de suplementos beneficiosos para proteger las articulaciones, la adaptación de sus espacios de alimentación y descanso a nivel del suelo para evitar que tengan que subir alturas, y el control del peso para prevenir el sobrepeso y la obesidad. Estas dos últimas condiciones son especialmente importantes, ya que pueden empeorar el cuadro de la artrosis.

Lesiones en las almohadillas

Cuando las almohadillas de un gato sufren lesiones o daños provocados por arañazos, cortes, mordiscos, infecciones o cuerpos extraños, experimentará dolor y molestias, lo que hará que no apoye de la misma manera la pata afectada, aunque sí lo haga levemente o de forma intermitente, llevándolo a cojear. En estos casos, y especialmente si tiene acceso al exterior de forma libre, puedes pensar que tu gato cojea sin motivo.

Los gatos también pueden cojear debido a una enfermedad inmunomediada de las almohadillas, principalmente palmares y plantares, denominada pododermatitis de células plasmáticas. Esta patología se caracteriza por el desarrollo de una hipergammaglobulinemia o depósito de complejos inmunes, que son la unión de un antígeno y un anticuerpo, y la afectación de los linfocitos. Esta enfermedad también puede estar asociada a estomatitis de células plasmáticas y a amiloidosis renal, manifestándose con hinchazón o ablandamiento de las almohadillas y dolor, lo que provoca que nuestros pequeños felinos cojeen.

Qué hacer

Si tu gato se ha hecho daño en la pata y tiene un problema en las almohadillas que explique la cojera, el tratamiento es médico mediante el uso de fármacos específicos según el problema, terapia tópica, extracción de cuerpos extraños y, si es necesario, en el caso de la pododermatitis plasmocitaria felina, el uso de corticoides como la prednisolona suele ser el principal pilar de tratamiento. Además, se puede administrar antibióticos como la doxiciclina y, si la condición está muy avanzada, se debe considerar la extirpación quirúrgica de las ulceraciones que se hayan podido formar.

Mi gato cojea pero apoya la pata: causas y qué hacer - Lesiones en las almohadillas

Tumor

Las extremidades de nuestros gatos pueden verse afectadas por tumores óseos como el osteosarcoma, el condrosarcoma, el hemangiosarcoma y el fibrosarcoma. El osteosarcoma es el tumor más frecuente en los gatos y puede manifestarse como un tumor primario o ser secundario a una metástasis, como el carcinoma de células de transición de la vejiga de la orina o el mieloma múltiple.

En los gatos, los tumores de huesos no suelen ser tan agresivos como en la especie canina y, generalmente, son tumores primarios. Cuando un tumor óseo se desarrolla en una extremidad del gato, experimentará dolor y molestias debido a la debilidad del hueso, pudiendo incluso llegar a romperse, lo que resulta en cojera y una menor disposición para apoyar la pata, pero pudiéndolo hacer en determinados casos.

Qué hacer

Si tu gato tiene un tumor óseo en una pata, se deberá evaluar la gravedad y determinar si ha producido metástasis, lo que suele ocurrir en los nódulos linfáticos y pulmones. En general, el tratamiento puede variar entre quimioterapia, radioterapia e incluso la amputación.

Como has podido comprobar, si tu gato cojea pero apoya la pata, debes acudir al centro veterinario para una evaluación, ya que algunas de las causas son de carácter grave o requieren asistencia.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
  • Palmero, M.L., Carballés, V. (2010). Enfermedades infecciosas felinas. Ed. Servet. Zaragoza, España.
  • Aybar, V.; Casamián, D.; Cerón, J. J.; Clemente, F.; Fatjó, J.; Lloret, A.; Luján, A.; Novellas, R.; Pérez, D.; Silva, S.; Smith, K.; Tegles, F.; Vega, J.; Zanna, G. (2018). Manual Clínico de Medicina Felina. Ed.SM Publishing LTD. Sheffield, UK.
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