Qué le puedo dar a mi gato para el dolor

Lo primero que hay que saber a la hora de aliviar el dolor de los gatos es que existen múltiples opciones, en función del tipo de dolor, su intensidad o el estado físico del gato, pues muchos de estos medicamentos tienen efectos secundarios que los hacen desaconsejables para determinados ejemplares. Por lo tanto, nunca podremos dar un fármaco para el dolor a nuestro gato por nuestra cuenta, ni siquiera si lo tenemos en casa y ya lo ha usado con anterioridad. Por supuesto, nunca hay que administrarle medicamentos de nuestro botiquín. No solo pueden ser ineficaces, sino que, algunos, son tóxicos para los gatos y pueden resultar fatales.

Al contrario, siempre debemos administrar medicación siguiendo las indicaciones del veterinario, que examinará al animal y le realizará las pruebas necesarias para saber cuál es el medicamento que mejor se adapta a sus circunstancias. Por eso, si te preguntas qué darle a tu gato para el dolor de estómago, de articulaciones o consecuencia de una operación, ve al veterinario.

Dejando clara esta idea, comenzamos el repaso a las opciones contra el dolor en los gatos con los analgésicos opiáceos, es decir, los fármacos específicos para aliviar el dolor, derivados del opio, como la buprenorfina o el tramadol. Ambos requieren receta veterinaria y se utilizan para dolores de intensidad leve o moderada, como los que pueden causar, por ejemplo, tumores malignos o patologías que afectan al sistema nervioso. Se administran una o varias veces al día y tanto la dosis como la posología son competencia exclusiva del veterinario.

Los conocidos AINE, es decir, antiinflamatorios no esteroideos, son otra de las opciones más utilizadas gracias a su efecto analgésico y antiinflamatorio. Si te preguntas qué medicamento le puedo dar a mi gato para el dolor y la inflamación, un AINE como el meloxicam puede ser la mejor alternativa.

Acostumbran a administrarse para aliviar el dolor y la inflamación tras operaciones tan habituales como la castración y, en general, para cualquier dolor que se acompañe de inflamación, por ejemplo, los derivados de patologías orofaciales o articulares. Eso sí, como ya hemos dicho, siempre según el criterio del veterinario y teniendo en cuenta que son fármacos con contraindicaciones y efectos secundarios a considerar.

Si acabas de castrar a tu gato y quieres conocer todos los cuidados postoperatorios, no te pierdas este artículo: "Cuidados después de castrar a un gato macho".

Corticoides como la prednisolona se pueden utilizar cuando el dolor se asocia a inflamación o a enfermedades del sistema inmune, ya que son capaces de suprimir este sistema, por eso ayudan en situaciones como las reacciones alérgicas.

Pero no están exentos de efectos secundarios, por lo que es preferible optar por otras opciones con menos problemas. Los corticoides, en cualquier caso, deben administrarse en la dosis más baja que sea efectiva y retirarse siguiendo unas pautas que, como siempre, son competencia exclusiva del veterinario.

En los últimos tiempos, se han desarrollado nuevas alternativas para aliviar el dolor en los gatos, buscando efectividad y ausencia de los graves efectos adversos que pueden tener fármacos como los corticoides o los AINE. Así se ha llegado a los anticuerpos monoclonales, como el frunevetmab, que se utilizan para aliviar el dolor asociado a la osteoartritis con una única aplicación al mes que se administra mediante una inyección subcutánea. Lógicamente, es un medicamento que tiene que prescribir e inyectar el veterinario.

El CBD es un fitocannabinoide que procede de la planta del cáñamo. Aunque en humanos se asocia a un consumo recreativo, en los animales se utiliza retirando todos los compuestos que pueden crear adicción o efectos alucinógenos. Por lo tanto, es completamente seguro y legal para ellos, de manera que si buscas remedios naturales para el dolor en gatos, este es uno a tener en cuenta.

Actúa sobre el sistema endocannabinoide, que se encarga de regular procesos como el sueño, el apetito, el estrés o el dolor. Suele comercializarse en aceite para administrar en gotas cada día. Pueden mezclarse con la comida, lo que favorece que el gato lo ingiera. La dosis hay que regularla según la respuesta y las necesidades del animal, por lo que es conveniente que sea el veterinario quien se encargue de la posología.

Hasta ahora hemos repasado sustancias que se pueden administrar por vía oral o inyectable, pero, si te preguntas qué dar a un gato para el dolor, existen otras alternativas, como veremos en este y en los siguientes apartados.

Un ejemplo es la acupuntura, una técnica de la medicina tradicional china que consiste en la colocación de agujas finísimas en puntos específicos del cuerpo del gato, según lo que se quiera tratar. Puede combinarse con electroacupuntura o moxibustión. Alivia el dolor del gato sin ocasionar efectos secundarios. Puede utilizarse tanto en dolores agudos como en procesos crónicos. Por supuesto, es una técnica que debe dejarse en manos de profesionales titulados.

La fisioterapia engloba diferentes técnicas que incluyen masajes, magnetoterapia, hidroterapia, láser, etc. Sirven para aliviar el dolor y la inflamación, favorecer la recuperación y mejorar la funcionalidad, dependiendo de cada caso.

Se utiliza para problemas crónicos o agudos, como artrosis, fracturas, hernias, displasias, postoperatorios, etc. Carece de efectos secundarios, pero su uso requiere poseer unos conocimientos muy específicos de anatomía y fisiología, por lo que son técnicas que deben dejarse solo en manos de profesionales.

Como estamos viendo, la mayoría de opciones para controlar el dolor de los gatos pasan por recurrir a fármacos o a técnicas que solo pueden ser prescritos o realizados por profesionales. Si buscamos qué dar a un gato para el dolor sin receta, nos queda la opción casera de utilizar la temperatura, es decir, el frío o el calor aplicado sobre la zona dolorida.

Hay que tener en cuenta que el gato puede no aceptar esta aplicación. En cualquier caso, si el dolor se debe a un traumatismo, lo primero es poner frío, pues ayuda a reducir la inflamación. En cambio, el calor sirve cuando, por ejemplo, hay problemas en las articulaciones que dificultan la movilidad del animal. Tanto el calor como el frío deben aplicarse con precaución para no quemar la piel.

Por último, hemos repasado algunos de los fármacos más conocidos para el tratamiento del dolor derivado de diferentes causas, pero no son los únicos. Los veterinarios cuentan con un arsenal de medicamentos, como anticonvulsivos, barbitúricos, anestésicos o antidepresivos, que pueden utilizar y combinar, si es necesario, según las necesidades de cada gato.

Como hemos insistido a lo largo del artículo, no podemos medicar a un gato por nuestra cuenta. No se trata solo de que no sea efectivo. Algunos fármacos de uso habitual para las personas son tóxicos para gatos e incluso pueden causarles la muerte. Medicar es una competencia exclusiva del veterinario, que es el único profesional que puede decidir qué medicamento es el adecuado y cuál es la posología más conveniente para cada ejemplar. Por todo ello, ante la duda de "qué le puedo dar a mi gato para el dolor" o "cuáles son los mejores remedios caseros para el dolor en gatos", lo más recomendable es acudir al centro veterinario.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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