Problemas y trastornos

Mi gato no quiere comer y solo duerme: causas y qué hacer

 
Laura García Ortiz
Por Laura García Ortiz, Veterinaria especializada en gatos. 12 enero 2024
Mi gato no quiere comer y solo duerme: causas y qué hacer

"Mi gato no quiere comer y solo duerme" es una frase que pueden pronunciar los cuidadores de gatos cuando sus pequeños felinos se encuentran algo decaídos y no quieren comer, dedicándose a dormir o descansar la mayor parte del día. Esto es peligroso, ya que la anorexia debilitará a tu gato, pudiéndole provocar complicaciones importantes que repercutirán en su salud. Suele ser un síntoma claro de enfermedad, puesto que el malestar o el dolor que producen algunas enfermedades hacen que tu pequeño felino tenga menos apetito o lo pierda, y que debido a esa falta de energía e inactividad, duerma o descanse más.

Esto no suele ocurrir en las enfermedades o problemas a nivel de la boca del gato, como la gingivitis, la gingivoestomatitis crónica felina, la resorción dental, la periodontitis o los cuerpos extraños y tumores, ya que en estos casos no suelen perder el apetito ni dormir más. Simplemente, son reacios a comer pienso seco o alimentos más duros y prefieren beber líquidos debido al dolor que producen. Por tanto, si te preguntas por qué tu gato no quiere comer y solo duerme, pronuncias las frases "mi gato no quiere comer, solo toma agua y duerme" o "mi gato no quiere comer ni tomar agua y solo duerme", te invitamos a continuar leyendo este artículo de SoyUnGato, donde podrás conocer las principales causas que explican el por qué.

Índice

  1. Enfermedades digestivas
  2. Enfermedades infecciosas
  3. Enfermedad renal crónica
  4. Altas temperaturas

Enfermedades digestivas

Una de las principales causas que justifican que tu gato no quiera comer y solo duerma son aquellas que afectan al aparato digestivo o a algún órgano abdominal clave para la salud felina. Por ejemplo, las enfermedades gastrointestinales inflamatorias o infecciosas, los trastornos hepáticos o pancreáticos, los procesos tumorales y la presencia de cuerpos extraños en el aparato digestivo son problemas de salud que provocan síntomas como vómitos, diarrea, dolor o malestar abdominal, inapetencia, pérdida de apetito, pérdida de peso, letargo y depresión.

Además, algunos gatos pueden padecer más de una patología abdominal o digestiva a la vez, como ocurre en las triaditis felinas, cuando el intestino, hígado y páncreas se encuentran inflamados simultáneamente o solo dos de ellos. Esto se debe a la particular anatomía de los gatos, donde el conducto hepático y el que sale del páncreas terminan en la misma localización del intestino, facilitando la extensión de los procesos infecciosos o inflamatorios.

Tratamiento

Los gatos con enfermedades digestivas deben ser tratados lo antes posible, ya que son problemas que los debilitan considerablemente, conduciendo, en algunos casos, a una malabsorción y mala digestión. Esto hace que lo poco que coman no sea aprovechado por el organismo, generando déficits nutricionales y desequilibrios en los electrolitos. El tratamiento de estas enfermedades varía según el caso, pero el uso de fármacos antiinflamatorios para controlar el dolor, la alimentación parenteral y el uso de fármacos antieméticos o quimioterapia pueden ser algunas de las terapias a emplear en los gatos con este tipo de enfermedades.

Enfermedades infecciosas

Los gatos pueden dejar de comer y dormir mucho porque tienen la nariz tapada, además de sentirse mal o tener fiebre debido a enfermedades infecciosas como los virus respiratorios felinos o los retrovirus. Por lo tanto, si te preguntas "por qué mi gato no quiere comer ni tomar agua y solo duerme" o "por qué mi gato no quiere comer y solo duerme", debes saber que quizás esté padeciendo una enfermedad infecciosa que lo está debilitando y haciéndolo sentir mal.

Si tu pequeño felino, además de dejar de comer, presenta signos como secreción ocular o nasal, estornudos, fiebre o lesiones oculares, posiblemente esté sufriendo un síndrome respiratorio felino, provocado por el herpesvirus felino de tipo 1. Este virus puede quedar latente en las células de nuestros gatos una vez que han pasado la infección y, en gatitos más susceptibles, puede ser potencialmente mortal al provocar neumonías fulminantes. Otro virus asociado es el calicivirus felino, y a veces, también puede haber contaminación bacteriana secundaria.

Otros virus que no intervienen en el síndrome respiratorio felino pero que pueden provocar que tu gato solo quiera beber y no comer son el virus de la leucemia felina o el virus de la inmunodeficiencia felina. Ambos virus se dirigen a las células sanguíneas y defensivas del gato, debilitando mucho su salud y haciéndolos susceptibles a infecciones o al desarrollo de tumores. El virus de la peritonitis infecciosa felina, especialmente en las primeras fases, también puede provocar anorexia. Además, la anemia infecciosa felina, provocada por la bacteria Mycoplasma haemofelis, hace que nuestros gatos se encuentren especialmente debilitados debido a la anemia que produce, lo que también puede llevar a la pérdida del apetito.

Tratamiento

El tratamiento de estas enfermedades infecciosas depende de cada una en cuestión, pero el uso de antibióticos en los procesos bacterianos y el empleo de fármacos antivirales, como el famciclovir en el caso del herpesvirus felino, o el uso de interferón en los retrovirus, suelen ser las principales estrategias en el tratamiento. No se debe olvidar el uso de terapia sintomática para controlar los síntomas de la enfermedad.

Mi gato no quiere comer y solo duerme: causas y qué hacer - Enfermedades infecciosas

Enfermedad renal crónica

Si tu gato no quiere comer, duerme mucho y presenta síntomas como poliuria-polidipsia (aumento del consumo de agua y micción), junto con otros signos como úlceras en la cavidad bucal, aumento de la presión arterial, anemia, deshidratación, vómitos, mal aliento y pérdida de peso, podría indicar que está enfermo de los riñones. La enfermedad renal crónica es uno de los trastornos orgánicos que más afectan a los gatos de más de siete años. Se caracteriza por la pérdida de gran parte de la función renal adecuada, lo que provoca que la orina no se filtre correctamente, aumentando los niveles de toxinas en el organismo y debilitando y afectando negativamente la salud de nuestro pequeño felino.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad renal buscará controlar la sintomatología y la progresión de la enfermedad mediante el uso de fármacos como el amlodipino para controlar la hipertensión, benazepril para la proteinuria y la gestión de la hiperfosfatemia con quelantes de fósforo o pienso renal, según el caso. Además, se buscará estimular el apetito con estimulantes o empleo de alimentación forzada en caso de falta de apetito, utilizar antieméticos en caso de vómitos, administrar eritropoyetina si hay anemia con hematocrito inferior al 20%, y aplicar una dieta renal en los estadios avanzados.

Altas temperaturas

Las altas temperaturas ambientales también pueden provocar que nuestros gatos quieran beber pero no comer debido al "aplanamiento" que el calor ocasiona en ellos. La temperatura ideal que soportan los gatos se sitúa entre los 17 y los 30 ºC, por lo que temperaturas superiores harán que comiencen a sufrir por el calor, buscando lugares oscuros y frescos para protegerse de las altas temperaturas, lo que puede dar la impresión de que duermen más. Otros síntomas claros de que están pasando calor incluyen la inactividad, el exceso de acicalamiento, la debilidad y la pérdida de apetito.

Los cuidadores de gatos sabemos que cuando nuestro pequeño felino comienza a ocultarse, tumbarse y estirarse en el suelo, especialmente si es de mármol o de baldosas, es porque el calor aprieta y está comenzando a pasarlo mal. Además, hay otros signos de alerta, como la debilidad o la hipersalivación. Puedes leer otras señales en nuestro artículo sobre "Cómo saber si mi gato tiene calor". El principal riesgo de las altas temperaturas es la deshidratación y el golpe de calor, que consiste en el aumento de la temperatura corporal más allá de la máxima para la especie, que en el gato es de 39,2 ºC. Cuando esto ocurre, las funciones vitales comienzan a verse alteradas, provocando consecuencias que pueden ser fatales. Un gato comienza a sufrir por las altas temperaturas cuando estas superan los 30 ºC e incluso menos si el calor es húmedo, por lo que habrá que tomar una serie de medidas para evitar un golpe de calor.

Tratamiento

Las altas temperaturas son peligrosas para nuestros gatos y aumentan el riesgo de que sufran golpes de calor, lo que podría poner en peligro su vida. Por lo tanto, si nos encontramos en zonas donde la temperatura es superior a los 30 ºC, debemos tomar medidas para evitar que el pequeño felino pase calor. Esto incluye mantener el hogar a una temperatura adecuada mediante el uso de ventiladores o aire acondicionado, asegurarnos de que tenga agua siempre fresca disponible, humedecer las zonas con menos pelo para refrescarlo, evitar que salgan al exterior especialmente en las horas de mayor exposición solar y asegurar lugares frescos y ventilados en el hogar para que puedan refugiarse. Descubre más detalles aquí: "Cómo refrescar a un gato".

Como ves, las causas que explican por qué tu gato no quiere comer y solo duerme son muy variadas y requieren asistencia veterinaria. Por ello, es muy importante acudir a un centro veterinario lo antes posible.

Mi gato no quiere comer y solo duerme: causas y qué hacer - Altas temperaturas

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
  • Harvey, A., Tasker, S. (Eds). (2014). Manual de Medicina Felina. Ed. Sastre Molina, S.L. L ́Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España.
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