Problemas y trastornos

Mi gato duerme mucho y no juega: causas y qué hacer

 
María Besteiros
Por María Besteiros, Auxiliar Técnico Veterinario. 31 agosto 2022
Mi gato duerme mucho y no juega: causas y qué hacer

Los amantes de los gatos sabemos que son animales que acostumbran a dormir muchas horas. Es normal y forma parte de su naturaleza. El tiempo que pasa despierto el gato juega, come, se autoacicala, interactúa con nosotros y utiliza el arenero.

Pero, en ocasiones, se produce un cambio en esta actividad y nuestro gato no solo duerme, sino que lo hace más tiempo del habitual, entrando en un estado que podríamos considerar de somnolencia o letargo y que es motivo de atención. En este artículo de SoyUnGato hablamos sobre lo qué pasa cuando tu gato duerme mucho y no juega, cuáles son las causas más habituales y qué puedes hacer.

Índice

  1. Por qué mi gato duerme mucho y está decaído
  2. Por qué mi gato duerme mucho y no juega en verano o invierno
  3. Mi gato duerme mucho y es mayor, ¿qué ocurre?

Por qué mi gato duerme mucho y está decaído

Que nuestro gato pase el tiempo que dedicaba a sus actividades cotidianas dormitando es una señal de alarma, pero bastante inespecífica. Esto quiere decir que son muchas las afecciones tanto físicas como psicológicas que pueden hacer que nuestro gato pierda su energía habitual. Estrés por cualquier cambio en su rutina, enfermedades infecciosas como la panleucopenia felina o la inmunodeficiencia, patologías crónicas como la enfermedad renal o degenerativas como la artrosis pueden estar detrás de la somnolencia y el decaimiento.

Para saber qué es lo que le pasa exactamente a nuestro gato es necesario acudir al veterinario y, antes, debemos observarlo bien por si estuviese experimentando otros síntomas, como pérdida del apetito, vómitos, diarrea, dolor, etc., para comunicárselo al profesional, que nos pedirá información sobre el animal y su forma de vida, lo explorará y realizará las pruebas necesarias.

En función de la edad y las circunstancias de cada ejemplar, serán más probables unas u otras patologías. Por ejemplo, un gato recién adoptado puede sentirse estresado por el cambio y manifestarlo con somnolencia. Un gatito todavía sin vacunar que se muestre decaído puede estar incubando una panleucopenia. Un gato de edad avanzada puede dormir más porque siente dolor en sus articulaciones cada vez que se mueve. En cualquier caso, el veterinario llegará a un diagnóstico y nos propondrá el tratamiento más adecuado. Si el resultado de la revisión fuese que nuestro gato está completamente sano, podemos barajar que su letargo se debe a una cuestión de origen psicológico, caso en el que podrá ayudarnos un experto en conducta felina o etólogo.

Pero recuerda que el primer paso, si tu gato duerme mucho y come poco, no juega como siempre, bebe más o menos, sus deposiciones son más blandas, etc., es acudir al veterinario, pues, como hemos visto, son muchas las enfermedades que pueden estar detrás de esta sintomatología.

Por otro lado, hay algunas situaciones especiales en las que nuestro gato puede mostrarse somnoliento sin que indique ninguno de los problemas de los que hemos hablado, son las siguientes:

Somnolencia y apatía después de la vacuna

Cuando le ponemos alguna vacuna es normal que durante las siguientes 24 horas pueda mostrarse decaído, con fiebre, menor actividad, etc., como nos explicará el veterinario. Por eso, no debemos preocuparnos si nuestro gato duerme mucho y no juega dentro de este tiempo. Es una reacción que se considera normal y debería remitir sola. Si no fuese así, tendríamos que contactar con el veterinario.

Las vacunas son seguras y, en general, muy recomendables aunque nuestro gato no tenga acceso al exterior, pero pueden provocar decaimiento puntual, como hemos comentado, así como inflamación en el punto de inoculación, que también suele remitir por sí sola. Además, en los gatos algunas vacunas se relacionan con la aparición de fibrosarcoma en el lugar del pinchazo. Valora con tu veterinario el mejor calendario de vacunaciones para tu gato según sus circunstancias y vigílalo tras cada inyección.

Además del aspecto clínico, hay que tener en cuenta que para muchos gatos supone un gran estrés meterse en el transportín, salir de casa, viajar en algún vehículo, ser manipulado por desconocidos, estar en el ambiente hostil que supone la clínica, etc. Esto puede hacer que tarden un par de días en volver a comportarse con normalidad en casa porque se sentirán estresados. Es buena idea intentar acostumbrarlos desde pequeños al transportín, el coche, el veterinario, las manipulaciones, etc. Podemos ayudarnos con feromonas tranquilizadoras. Aun así, hay gatos que se estresan muchísimo en estas situaciones.

Somnolencia y apatía después de castrarlo

La castración tanto en hembras como en machos es otro de los momentos en los que el gato puede mostrarse decaído. La mayoría se recuperan muy bien y nada más llegan a casa ya hacen vida normal, pero hay ejemplares más delicados que se estresan por la visita a la clínica, como hemos comentado, a lo que se le suma las molestias que les provoca su reciente operación, posiblemente el collar isabelino, los puntos o grapas, la medicación que tocará administrarle, etc.

Aun así, en unos días el gato debería encontrarse mejor, comer con normalidad, utilizar el arenero, interaccionar con nosotros, etc. Si no es así y el gato duerme mucho después de castrarlo, hay que consultar con el veterinario. Siempre es bueno comprobar el estado de la herida, desinfectarla según nos indique este profesional, impedir que el gato acceda a ella, vigilar que no haya fiebre ni ningún signo de infección, etc.

Además, conviene que le administremos algún analgésico, al menos durante los primeros días. No es necesario ni recomendable que pase dolor. Asegúrate de que el veterinario te lo ha recetado. Por otra parte, son días en los que lo puedes mimar, por ejemplo dándole su comida favorita para que se sienta mejor.

Por qué mi gato duerme mucho y no juega en verano o invierno

Los gatos suelen adaptarse bien a las altas temperaturas, pero es normal que, si los termómetros se disparan, les cueste realizar sus actividades cotidianas o, al menos, pasarán a hacerlas en horas de menos calor. Por eso puede ser normal que durante estos días pasen más tiempo durmiendo, quietos en el lugar más fresco que encuentren.

Podemos mejorar su bienestar manteniendo el hogar lo más fresco posible, ofreciéndole oportunidades de hidratarse y refrescarse, como las fuentes de agua o los helados, comida húmeda, etc. De todas formas, cualquier signo compatible con enfermedad debe ser valorado por el veterinario, pues no tiene por qué derivarse del calor.

Pero también podemos encontrarnos con el caso contrario, es decir, que nuestro gato duerme mucho en invierno. En primer lugar, si tiene acceso al exterior, puede que las condiciones meteorológicas adversas, simplemente, lo mantengan más tiempo en el hogar. Además, salga o no salga, cuando haga frío buscará el lugar más cálido de toda la casa y en él es probable que pase horas manteniéndose caliente. En realidad, no es muy diferente al "sofá y mantita" de los humanos. Igualmente, signos de enfermedad no deben achacarse al frío y sí consultarse con el veterinario.

Mi gato duerme mucho y es mayor, ¿qué ocurre?

Hay que tener presente que la actividad frenética de los gatitos más jóvenes cuando están despiertos suele ir disminuyendo con el tiempo. Un gato de edad avanzada va a pasar más tiempo durmiendo, simplemente porque es mayor, dispone de menos energía, necesita más descanso, etc. Pero esto no quiere decir que no consultemos con el veterinario. En gatos mayores de 7-8 años se recomienda acudir a revisión anual para hacer un examen general que incluya, por lo menos, una analítica de sangre. Hay algunas enfermedades que se pueden detectar con un sencillo análisis y, aunque algunas, como la enfermedad renal, no se pueden curar, sí es posible tratarlas para mantener la calidad de vida del gato el mayor tiempo posible.

Por otra parte, la vejez es buen momento para introducir algunas modificaciones en el hogar que mejoren el bienestar del gato, como una alimentación específica, cambios que le permitan acceder a lugares elevados con mayor facilidad, etc.

Por otra parte, tenemos el caso contrario: los gatitos. Estos, al igual que los ancianos, duermen más que los gatos adultos durante los primeros meses de vida, pero enseguida comienzan a mostrar más actividad. Así, si nuestro activo gatito de repente está somnoliento y sin ganas de jugar, tendremos que llevarlo de inmediato al veterinario. Estos pequeños son muy vulnerables porque su sistema inmune todavía no está maduro, de ahí que necesiten una rápida asistencia para detectar la enfermedad que les aqueja y ponerle remedio.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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