Problemas del comportamiento

Mi gato no es cariñoso: causas y cómo hacer que lo sea

 
Eduarda Piamore
Por Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento felino y canino. 9 abril 2024
Mi gato no es cariñoso: causas y cómo hacer que lo sea

Compartir el hogar con un minino aporta muchos beneficios a nuestra salud, pero también implica asumir responsabilidades y adaptarnos al espíritu gatuno. En este sentido, muchas personas se preguntan “por qué mi gato no es cariñoso” o “cómo hago que mi gato sea cariñoso”. Y si eres una de ellas, lo primero que necesitas tener en cuenta es que cada gato es un mundo y no todos expresan su afecto de la misma manera. Además, hay factores del día a día que pueden interferir en el vínculo del gato con su tutor, fomentando una mayor confianza y un comportamiento más afectuoso, o todo lo contrario.

Así pues, existen diversas explicaciones de por qué tu gato no es cariñoso (o no es tan cariñoso como te gustaría). Para ayudarte, en SoyUnGato, hablaremos de las principales y, en seguida, te contaremos cómo hacer que tu gato sea más cariñoso. ¡Sigue leyendo y descúbrelo!

Índice

  1. Personalidad
  2. Edad
  3. Problemas de adaptación
  4. Mala socialización
  5. Problemas en el vínculo
  6. Malas experiencias
  7. Cómo hacer que tu gato sea cariñoso

Personalidad

Pese a lo que dicen algunos falsos mitos, los gatos sí son cariñosos y pueden llegar a ser muy apegados a sus tutores. No obstante, hay gatos que son naturalmente más cariñosos que otros, y ello tiene que ver con su herencia genética y su personalidad. Por ejemplo, el siamés, el ragdoll, el Maine con, el azul ruso y el persa son algunas de las razas de gatos más cariñosas.

Así mismo, ello no significa que solo estas razas felinas pueden ser afectuosas. En realidad, todos los mininos, tengan o no una raza definida, pueden disfrutar de un vínculo positivo con su humano. Pero, estas razas muestran una mayor facilidad para convivir con las personas y una mayor receptividad a dar y recibir caricias.

Sin embargo, es fundamental que tengas tus expectativas bien alineadas antes de decidir adoptar a un minino. Esto porque los gatos jamás se expresarán ni interactuarán con las personas de la misma manera que los perros. Estas diferencias están relacionadas con la forma en la que cada especie ha evolucionado junto al ser humano, y fundamentalmente con el hecho de que los gatos no han atravesado un proceso de domesticación - como sí lo hicieron los perros -, y mantienen un comportamiento mucho más instintivo, incluso al relacionarse con nosotros. Entonces, los gatos no son cariñosos como los perros, pero sí lo son a su manera… ¡Está en ti decidir qué compañero es más compatible con tu personalidad y tu estilo de vida!

Edad

Durante las primeras semanas de vida, las interacciones de los gatitos se limitan casi que por completo a su madre y sus hermanos, ¡y no hay nada de malo con esto! Todo lo contrario, en este período, los gatos bebés deberían aprender de su madre cómo ser y comportarse como gatos. Es decir, en condiciones óptimas, la gata madre se encarga de enseñar a sus crías los códigos esenciales de la comunicación y la conducta social de su especie, así como los límites del juego. Por esta exacta razón, no hay que separar prematuramente a la gata de sus gatitos, ya que este es un factor de riesgo para el desarrollo de problemas de conducta y dificultades de aprendizaje en la juventud y la edad adulta del gato.

Así pues, si te preguntas “por qué mi gatito no es cariñoso”, debes darle tiempo para que, poco a poco, se vuelva independiente y sea capaz de expresar sus emociones por voluntad y capacidades propias. Y si quieres leer más sobre este proceso de desarrollo emocional de los gatos, echa un vistazo aquí: “Cuándo empieza un gato a ser cariñoso”.

Problemas de adaptación

Si recientemente has adoptado a un gato, ya sea cachorro o adulto, también debes saber que tu nuevo compañero necesitará adaptarse a su nuevo hogar y a tu presencia para tener la confianza y la seguridad de expresarse libremente. De hecho, es muy común e incluso natural que un gato, al llegar a un ambiente totalmente nuevo y desconocido, se muestre más tímido y tienda a esconderse, evitando cualquier tipo de interacción. Ello no significa que tu gato no es cariñoso, sino que aún no se siente del todo seguro en este entorno y prefiere exponerse lo menos posible a cualquier circunstancia que pueda llegar a ser desfavorable para su integridad física o mental.

“¿Cuánto tarda un gato a adaptarse a un nuevo hogar?”, es lo que ahora te debes estar preguntando. Y lo cierto es que no es posible establecer un plazo universal, ya que cada minino puede necesitar su propio tiempo para acostumbrarse a un cambio en su ambiente, dependiendo de su personalidad, de sus experiencias previas y también de múltiples factores ambientales que pueden propiciar un estado de calma o, por lo contrario, estresar aún más al gato (por ejemplo, la presencia de depredadores o estímulos muy intensos).

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Mala socialización

Una mala socialización o la falta de ella puede ser la razón por la que tu gato no es cariñoso contigo o incluso te evita. Esto es así porque es durante el proceso de socialización que los gatos deberían desarrollar su autoconfianza y asimilar una gama de recursos que les permita convivir armoniosamente con otros individuos, así como mantener un comportamiento más estable ante una variedad de estímulos y entornos.

Un gato que no ha sido bien socializado suele tener dificultades para interactuar tanto con otros gatos como con las personas, por lo que difícilmente se mostrará cariñoso. Además, la falta de socialización también es un factor de riesgo para la manifestación de conductas asociadas a la inseguridad y al miedo excesivo, pudiendo hacer que los gatos sean más asustadizos y tengan una mayor tendencia al aislamiento. Puedes profundizar en este tema en el siguiente artículo: “Mi gato se esconde y no quiere salir: causas y soluciones”.

Problemas en el vínculo

Muchas personas, aunque involuntariamente, acaban teniendo gestos o conductas que asustan o molestan a los gatos, impidiendo que tengan ganas o se sientan seguros para acercarse e interactuar con ellas. En la mayoría de los casos, hablamos de problemas de comunicación que derivan de la falta de conocimientos por parte del tutor sobre el lenguaje corporal y el propio organismo de los gatos.

Por ejemplo, tu gato difícilmente querrá estar contigo si le hablas muy fuerte o sueles regañarlo, porque estos estímulos le generan emociones negativas, como el miedo y el estrés. Además, hay acciones que nosotros consideramos positivas o inofensivas, pero que, en el lenguaje gatuno, tienen una connotación negativa o amenazadora, como mirar fijamente a los ojos, abrazar o acercarse bruscamente.

Por otro lado, también es fundamental que dediques tiempo a construir un vínculo con tu gato, pues solo así él podrá confiar en ti y expresarte su afecto. En este sentido, más allá de evitar situaciones que pueden estresarlo, será clave que generes momentos de calidad en el día a día con tu minino, por ejemplo, presentándole juegos de inteligencia y actividades que despiertan su instinto cazador y que le encantarán. Aquí encuentras muchas ideas para divertirte con tu compañero felino y afianzar vuestro vínculo: “Cómo jugar con un gato”.

Malas experiencias

Si tu minino se asusta siempre que te acercas y rechaza cualquier tipo de interacción contigo, es muy probable que te preguntes “por qué mi gato me rehúye”. Y en estas circunstancias, es importante que consideres que este comportamiento sumamente asustadizo o eventualmente arisco puede ser el resultado de experiencias traumáticas que tu gato ha vivido antes de que lo adoptaras.

Cuando escuchas la palabra “trauma”, quizás pienses directamente en un historial de violencia física, que, por supuesto, es uno de los motivos más obvios y extremos por los que un gato no es cariñoso y tiene miedo a las personas. No obstante, hay otros tipos de malas experiencias, sobre todo durante el período de socialización de los gatos cachorros, que pueden resultar en una conducta temerosa o desconfiada hacia los humanos:

  • Un gato que ha mantenido muy poco o ningún contacto con personas durante el período crítico de su socialización, el cual culmina entre su tercera y cuarta semana de vida, no ha tenido la oportunidad de reconocer los humanos como una especie amiga. En consecuencia, lo más probable es que se muestre desconfiado o temeroso cuando tiene que interactuar con una persona, quien, para él, puede llegar a ser una amenaza o un rival con quien disputar los recursos disponibles en su entorno.
  • Un gato que sí ha tenido contacto con personas en sus primeras semanas de vida, pero estas interacciones resultaron ser en su mayoría negativas. Aquí, el resultado más probable es que este minino crezca con un miedo direccionado a las personas o, en casos de traumas más severos, con un pánico generalizado a la presencia de cualquier otro individuo.

En ambos casos, lo mejor es buscar ayuda profesional de un experto en etología felina o un educador de gatos para iniciar un tratamiento de modificación de conducta basado en la sintomatología, las necesidades y el historial de cada minino.

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Cómo hacer que tu gato sea cariñoso

Hemos ido compartiendo varios consejos útiles en cada uno de los anteriores apartados. No obstante, para hacerte la tarea un poquito más fácil, a continuación, vamos a compartir otras buenas prácticas esenciales para hacer que tu gato sea más cariñoso:

  1. Socializa a tu gato. Lo ideal es que un gato empiece a ser socializado antes de su tercera o cuarta semana de vida, y que tenga la oportunidad de interactuar con una variedad de individuos, incluyendo otros gatos, personas y otros animales, siempre en un entorno seguro y positivo. No obstante, la socialización es un proceso continuo que se extiende a lo largo de toda la vida del minino. Así pues, no solo es posible, sino altamente recomendable que los gatos adultos sean socializados. Y si no sabes bien cómo dar inicio a este proceso, en SoyUnGato te lo explicamos: “Cómo y cuándo socializar a un gato”.
  2. Apuesta por el enriquecimiento ambiental. Un gato que vive en un ambiente empobrecido se vuelve más propenso a desarrollar problemas de conducta asociados al aburrimiento y al estrés. Por otro lado, un minino que cuenta con un ambiente enriquecido se sentirá más motivado a ejercitar sus músculos y su mente, así como a expresarse con más libertad y confianza en su hogar, lo que también favorecerá las interacciones con sus tutores y los demás integrantes del hogar. ¡Inspírate con nuestras ideas de enriquecimiento ambiental para gatos!
  3. Evita los cambios repentinos. No importa qué tipo de modificación quieras hacer en tu casa, lo más probable es que esto suponga cierto nivel de estrés para tu gato. Esto incluye desde pequeños cambios en la dieta o la ubicación de los recursos del minino, hasta grandes cambios como la llegada de otro gato al hogar o una mudanza. En cualquier caso, lo mejor es planificar con bastante antelación cada cambio e implementarlo de forma lenta y gradual, dando a tu minino la oportunidad de acostumbrarse a esta nueva realidad a su propio tiempo. Y si tendrás que enfrentar una mudanza, no dejes de echar un vistazo a esos consejos: “Cómo mudarse con un gato”.
  4. Piensa bien antes de adoptar otro gato. Muchos tutores piensan que la compañía de otro gato puede hacer que sus mininos se sientan menos solos o tengan más ganas de interactuar. Pero, lo cierto es que la convivencia entre dos o más gatos puede volverse bastante compleja, principalmente si son del mismo sexo y/o si uno o ambos no están bien socializados. Entonces, antes de tomar esta decisión, es importante que evalúes conscientemente si tu gato realmente quiere otro gato y si tienes la disponibilidad de tiempo y los recursos necesarios para brindar a ambos una buena calidad de vida. Y si finalmente optas por adoptar a un nuevo gato, no olvides presentarlo correctamente a tu minino para evitar conflictos y peleas. Aquí te contamos cómo hacerlo: “Cómo hacer que dos gatos se lleven bien”.
  5. Gánate la confianza de tu gato. Un vínculo positivo con un gato es algo que se construye con paciencia y dedicación. Depende de ti convertirte en la persona de referencia de tu gato, a quien él recurrirá cuando necesite ayuda o una caricia. Y, sin duda, el primer paso para hacer que tu gato sea cariñoso es ganarte su confianza.
  6. Más refuerzo positivo, menos castigos. Educar a tu gato es posible y muy recomendable, pero si eliges métodos contraproducentes, como el regaño y los castigos, acabarás debilitando vuestro vínculo. Mejor apuesta por el refuerzo positivo y recompénsalo por sus buenas conductas. De esta manera, tu gato asimilará el aprendizaje y las interacciones contigo como algo positivo y beneficioso para él, lo que aumentará su motivación y las ganas de seguir aprendiendo junto a ti.

Por último, pero no menos importante, brindar a tu gato una buena medicina preventiva es clave para prevenir todo tipo de problemas de salud que pueden alterar su comportamiento y mitigar su calidad de vida. Así pues, asegúrate de mantener al día sus vacunas y las desparasitaciones contra parásitos internos y externos, así como de ofrecerle una alimentación completa y compatible con los requerimientos nutricionales de su edad. Además, vale la pena realizar una a dos visitas al veterinario cada año para constatar su estado de salud. ¡Recuerda que los cuidados también forman parte del proceso para conseguir que tu gato sea más cariñoso!

Mi gato no es cariñoso: causas y cómo hacer que lo sea - Cómo hacer que tu gato sea cariñoso

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