¿Las gatas sufren cuando las separan de sus crías?

En el momento del parto, las gatas ya comienzan a forjar un vínculo muy fuerte con sus crías a las que alimentará, protegerá y cuidará durante semanas. Durante sus primeros días de vida, los gatitos son muy vulnerables y las madres pueden sentirse recelosas si alguien anda cerca de ellos y, con mucha probabilidad, se pondrán nerviosas si alguna persona coge a sus crías o las separa de ella, aunque sea durante unos instantes.

Como es lógico, el comportamiento de la gata también variará en función de la confianza que tenga con su tutor, pero, por lo general, su instinto materno hará que proteja a sus gatitos hasta que maduren. Esto quiere decir que si se le retiran antes de tiempo, la madre puede extrañarlos y desarrollar conductas ansiosas, poniendo en riesgo su bienestar.

Sin embargo, cuando los gatitos son separados de su madre a una edad más avanzada en la que ya no requieren sus cuidados constantes, la gata no tendrá problema en dejarlos marchar. Aunque es posible que pase los primeros días algo confusa y los llame o los busque, pronto volverá a la normalidad, pues las crías son capaces de valerse por sí mismas y la hembra ya no tiene la necesidad de protegerlos. Eso sí, esta separación se debe hacer de manera adecuada y más adelante te contamos cómo.

Si la separación se produce de manera brusca o antes de tiempo, la gata puede sufrir un pico de estrés importante. Como consecuencia, es probable que desarrolle una serie de comportamientos ansiosos que pueden incluir vocalizaciones excesivas, agresividad o aislamiento. En los casos más graves, las gatas pueden sufrir estereotipias o comportamientos repetitivos sin una finalidad aparente (caminan de un lado a otro, se acicalan compulsivamente, etc.). El objetivo de esta conducta errática es tratar de reducir la frustración o el estrés que siente al no poder cuidar de sus crías.

Por otra parte, una separación temprana de las crías puede suponer problemas de salud para la gata, que puede desarrollar mastitis y otras infecciones a nivel mamario como consecuencia de la acumulación de leche. Por todo ello, las gatas sufren cuando las separan de sus crías de forma prematura.

Cuando los gatitos cumplen, aproximadamente, las cuatro semanas de edad, comienza el destete. Esto implica que, durante los días siguientes las crías empiezan a alternar una alimentación basada en leche materna con la comida sólida. Aunque los gatitos de un mes ya sean capaces de comer algo de pienso o de alimento húmedo, esto no implica que sean lo suficientemente maduros como para separarse de su madres, pues todavía les queda mucho por aprender de ella y de sus hermanos de camada.

El periodo sensible de los gatitos comienza sobre los 15 días de vida y finaliza, más o menos, a las 7-8 semanas. Esta época es fundamental en la vida de los felinos pues, durante este tiempo, el animal tiene una especial predisposición a relacionarse con todo lo que le rodea y aprende a interactuar y a comunicarse adecuadamente con los miembros de su especie, gracias a las lecciones de su madre y al juego con sus hermanos. Si separamos a un gatito de su familia antes de que se cumpla esta etapa, tendrá serias dificultades de socialización y puede padecer problemas conductuales graves en la edad adulta.

Cuando los gatitos cumplen las 12 semanas, su madre ya no les permite lactar más y comienza a separarse de ellos para que aprendan a vivir de manera independiente. Es en este momento, en el que el animal ya cuenta con una buena base para su socialización y puede comer alimento comercial, cuando se recomienda la separación de la gata y las crías.

En caso de encontrar un gatito abandonado sin madre de menos de este tiempo de vida, te recomendamos consultar este artículo: "Cómo cuidar a un gatito de un mes".

Dado que las gatas sufren cuando las separan de sus crías de forma incorrecta, es fundamental saber cómo separar a los gatitos de su madre. Los gatitos de tres meses son auténticos terremotos, no paran de correr, saltar y jugar y pueden incluso resultar algo agobiantes para la gata, que los mantendrá siempre a raya para que regulen su energía. A pesar de que nos puede parecer que las crías ya son una molestia para la madre, debemos evitar separarlas a todas de manera repentina, pues eso puede resultar desconcertante para la gata, que probablemente llame o busque a sus crías durante los siguientes días.

Si ha llegado el momento de llevar a los gatitos a un nuevo hogar, estos consejos te ayudarán a separarlos de manera adecuada de la gata:

• Fomenta la independencia de los gatitos antes de la separación. Antes de alejarlos de su madre, asegúrate de que las crías ya hacen actividades por su cuenta y comen bien. Igualmente, proporciona a la gata lugares tranquilos donde pueda descansar sola y alejarse de sus hijos cuando lo desee.
• No te lleves a todos los gatitos a la vez. Si vas a darlos en adopción a distintas familias, lo ideal es que dejes unos días de diferencia para trasladar a cada cría. De esta forma, la madre puede habituarse poco a poco a la marcha de las crías.
• Una vez que todos los gatitos se hayan ido, lava bien su cama o mantitas para eliminar lo máximo posible el olor de las crías. Igualmente, limpia areneros y zonas de la casa donde hayan pasado más tiempo. De esta forma, ayudas a la gata a volver a la normalidad y no buscar a sus crías.
• Asegúrate de que la madre está bien tras la separación. Revisa sus mamas en busca de cualquier posible dolencia o infección y observa su comportamiento durante unos días. Si la separación se ha producido de manera adecuada, la gata no debería mostrar ninguna señal de malestar ni tristeza.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Las gatas sufren cuando las separan de sus crías?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Cuidados básicos.