¿Los gatos pueden comer mango?

En principio, los gatos sí pueden comer mango, ya que esta fruta no se considera tóxica para ellos como lo pueden ser las uvas. Por lo tanto, puedes ofrecer una pequeña cantidad de mango a tu gato, pero siempre siguiendo algunas recomendaciones y considerando su estado de salud, así como cualquier patología o contraindicación que pueda tener para ingerirlo. Sin embargo, el hecho de que los gatos puedan comer mango no implica que este sea el mejor alimento para ellos o que deba ser incluido en su dieta para mejorar su salud.

Nuestros pequeños felinos son carnívoros estrictos y necesitan que la mayor parte de su ingesta diaria provenga de proteínas animales, seguidas de grasas. Históricamente, en la naturaleza, subsisten principalmente a partir de las presas que ingieren, las cuales son ricas en proteínas, grasas y humedad. Además, es en el tejido animal donde obtienen todos los nutrientes que necesitan en las proporciones adecuadas, incluyendo aminoácidos esenciales como la taurina y el ácido araquidónico, fundamentales para su salud. Estos nutrientes no se encuentran en el mango, ya que este está compuesto principalmente por agua, fibra e hidratos de carbono (incluyendo azúcar, con 14 gramos por cada 100), un nutriente que los gatos no necesitan en grandes cantidades, ya que su organismo no está adaptado para digerirlo eficientemente.

Si quieres saber más sobre la importancia de la taurina en estos animales, no te pierdas este otro artículo: "Taurina en gatos: importancia y cómo ofrecerla".

Los mangos son una fruta dulce y refrescante con una gran variedad de beneficios para la salud debido a su rica composición vitamínica, mineral y antioxidante, así como su contenido en fibra y agua. En cuanto a las vitaminas, destacan su aporte de vitamina A, C, E y K, que promueven una buena visión, tienen propiedades antioxidantes y son esenciales para la inmunidad y la coagulación sanguínea. Además, contienen vitaminas del complejo B como la B1, B2, B5, B6 y ácido fólico (vitamina B9), que son fundamentales para la salud de la piel, el cabello y diversas funciones corporales, incluyendo la formación de glóbulos rojos, la salud cardíaca, la síntesis del material genético, el mantenimiento de la salud cerebral y la regulación energética. También aportan minerales como el magnesio, calcio, hierro, potasio y selenio.

Los antioxidantes presentes en el mango ayudan a combatir el estrés oxidativo, que es uno de los principales desencadenantes de enfermedades como el cáncer. Por su contenido en fibra, favorece el tránsito intestinal y puede ser beneficioso en casos de estreñimiento en gatos o constipación.

El mango debe ofrecerse a los gatos en cantidades muy pequeñas, ya que, como hemos mencionado, su organismo no está especialmente adaptado para digerir y aprovechar grandes cantidades de hidratos de carbono como los que contiene esta fruta. Por lo tanto, la cantidad de mango que se debería ofrecer a un gato adulto promedio, sin problemas de azúcar o sobrepeso, es de un máximo de dos trozos del tamaño de un cubito y cada dos semanas. Cantidades superiores no proporcionarán ningún beneficio para nuestros gatos y podrían hacer que ingieran menos de los nutrientes que necesitan diariamente, e incluso podrían causarles malestar.

A la hora de ofrecer mango a un gato, es importante tener en cuenta que solo se debe dar la pulpa o carne de la fruta, retirando completamente la piel. Esto se debe a que la piel no es palatable y podría hacer que tu gato rechace la fruta, además de contener posibles restos de pesticidas y otros químicos utilizados en la agricultura del mango. Una vez retirada la piel, se debe cortar el mango en pequeños trozos. No se deben dar más de dos trozos del tamaño de un cubito de hielo cada dos semanas, y es recomendable cortarlos en trozos más pequeños para mejorar su ingesta y reducir el riesgo de atragantamiento.

Por otro lado, no se deben ofrecer los restos del hueso del mango, ya que no es digestible y existe el riesgo de provocar una intoxicación por cianuro en nuestros pequeños felinos. El hueso contiene esta sustancia, que tiene la capacidad de unirse al ion férrico en las enzimas contenidas en los orgánulos de las células encargadas de la respiración celular, es decir, las mitocondrias. Esto inhibe el proceso de fosforilación oxidativa o respiración celular, lo que impide que las células utilicen el oxígeno, causando anoxia en los tejidos y una sintomatología grave en el gato.

En este otro artículo hablamos de las frutas más dañinas: "Frutas tóxicas para gatos".

Sabemos que los gatos pueden comer mango, pero esto no los deja exentos de sufrir determinados problemas. Dentro de los efectos secundarios que con mayor frecuencia pueden presentarse tras la ingestión de mango por parte de los gatos se encuentran las reacciones alérgicas. Estas reacciones pueden manifestarse con dificultad respiratoria, tos o síntomas digestivos como diarrea o vómitos. Estos mismos signos clínicos también pueden ocurrir debido a un exceso de consumo de mango, por la cantidad de fibra que contiene.

En caso de que tu gato ingiera accidentalmente parte del hueso del mango, puede producirse una intoxicación por cianuro, como se mencionó anteriormente. Esto puede causar síntomas como inestabilidad, midriasis o dilatación de las pupilas, temblores, mucosas rojas y brillantes, dificultad respiratoria, hipersalivación, relajación de los esfínteres, shock y, en casos graves, incluso la muerte. Es importante estar atento a cualquier signo de intoxicación y buscar atención veterinaria de inmediato si sospechas que tu gato ha ingerido partes del hueso de mango.

Aunque el mango es una fruta segura para los gatos cuando se ofrece exclusivamente la pulpa, algunos pueden desarrollar alergia o hipersensibilidad alimentaria al mango. Por lo tanto, si tu gato es alérgico al mango o a frutas similares, como la papaya, no debes ofrecérselo. Además, debes evitar ofrecer mango si tu gato tiene sobrepeso u obesidad, así como diabetes o resistencia a la insulina, debido a la cantidad de azúcar que contiene esta fruta. También es importante abstenerse de ofrecer mango si tu gato presenta algún problema digestivo que curse con diarrea o aumento del tránsito intestinal, ya que podría empeorar el cuadro clínico. En caso de duda o preocupación, es recomendable consultar a un veterinario antes de introducir mango u otras frutas en la dieta de tu gato.

Ahora que sabes que el mango no es tóxico para los gatos y de qué manera dárselo para que resulte beneficioso, no te pierdas este vídeo con más frutas aptas para ellos:

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