¿Los gatos pueden comer aceitunas?

En primer lugar, no hay que olvidar que los gatos son animales carnívoros. Esto quiere decir que la base de su dieta, obligatoriamente, tiene que ser la proteína de origen animal, que puede proceder de la carne o del pescado. Si se introducen otros alimentos, estos tienen que ser a modo de complemento, por tanto, en pequeñas cantidades y siempre inferiores a las de la proteína animal.

En otras palabras, los gatos no necesitan comer aceitunas, pero tampoco es un alimento tóxico para ellos, siempre que solo lo consuman de forma ocasional. Lo que sí resulta peligroso es el líquido en el que se conservan, la salmuera, pues su elevado contenido en sodio está contraindicado para los felinos y podría tener como consecuencia la aparición de problemas renales.

Los gatos pueden comer aceitunas verdes, con independencia de su variedad, y lo mejor es que estén ya deshuesadas. En cuanto a las aceitunas que se comercializan rellenas de anchoa, pimiento, ajo, queso, frutos secos, jalapeño, etc., hay que tener precauciones. Poder ofrecérselas o no al gato dependerá del relleno, por lo que deberíamos consultar si es apto o no para los gatos antes de dárselas.

Respecto a si los gatos pueden comer aceitunas negras, la respuesta es afirmativa. Las pautas de consumo serán las mismas que para las aceitunas verdes, es decir, la clave está en darlas en pequeñas cantidades y de manera ocasional. Hay que recordar que podemos dar las aceitunas, pero en ningún caso la salmuera que las acompaña.

Algunos gatos se sienten verdaderamente atraídos por las aceitunas, al punto de comportarse como si estuviesen ante la hierba gatera, esto es, se restriegan contra ellas si les damos la oportunidad, se revuelcan y se muestran muy estimulados.

Es posible que se deba a su fuerte olor, originado por el ácido oleico. Además, la presencia de una sustancia denominada oleuropeína, un polifenol que confiere a la aceituna su sabor amargo, parece que también estimula especialmente y de forma positiva a los gatos, al afectar a su sistema nervioso central.

Podríamos decir que las aceitunas tienen un cierto efecto alucinógeno para ellos. Pero, al igual que sucede con la hierba gatera, no es una respuesta que se produzca en todos los gatos ni en todos los ejemplares con la misma intensidad.

Ahora que ya sabes la razón por que los gatos se vuelven locos con las aceitunas, vamos a ver cuáles son sus beneficios.

De las aceitunas podemos destacar su aporte energético, derivado de las grasas monoinsaturadas que aportan. En concreto, se trata del ya mencionado ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado omega 9 presente en los aceites vegetales y recomendado para el cuidado de la piel y el pelo, entre otros beneficios. Las aceitunas también pueden ayudar al buen tránsito intestinal.

Además, contienen vitaminas, como la E y la A, y minerales, por ejemplo, hierro y calcio. Pero, además de las propiedades nutricionales, los gatos que se ven atraídos por el olor de las aceitunas se beneficiarán a nivel sensorial si les ofrecemos una de vez en cuando.

Lo básico es tener en cuenta que se trata de un alimento solo para consumo ocasional y en pequeña cantidad, como si fuese un premio, aunque los hay más adecuados para los gatos, por lo que, solo si le encantan las aceitunas, tiene sentido que se las ofrezcamos a nuestro ejemplar.

Si queremos darle a nuestro gato aceitunas, podemos hacerlo a razón de una a la semana, aunque dependerá del peso del animal, por lo que, en caso de duda, lo mejor es consultar con el veterinario. En cualquier caso, los premios nunca pueden superar el 10% de las calorías diarias recomendadas.

Por otra parte, es buena idea retirarles el hueso o comprarlas directamente deshuesadas. También estaría indicado ofrecerlas lavadas con agua para eliminar la salmuera en la que se conservan. Recuerda que la salmuera es agua con sal y la sal está contraindicada para los felinos. Pero hay que saber que este lavado no va a reducir el contenido en sodio de la aceituna.

Las aceitunas aportan a los gatos calorías que podríamos considerar vacías. En un gato sano y en cantidades limitadas no tienen por qué suponer un problema, pero si estamos ante un ejemplar con sobrepeso, obesidad o tendencia a la acumulación de kilos, lo mejor es que optemos por premios más saludables.

Además, su elevado contenido en sodio no las hace un alimento apropiado para gatos con enfermedad renal tanto en fases iniciales como avanzadas. Los ejemplares con problemas cardiacos, a los que se recomiendan dietas bajas en sodio, tampoco deberían consumir aceitunas.

Por otra parte, si nuestro gato ha ingerido alguna aceituna y ha padecido algún efecto adverso, como heces blandas o diarrea, es mejor que no volvamos a darle. En cualquier caso, para evitar sustos, siempre que se ofrezca un alimento nuevo hay que hacerlo en pequeñas cantidades y esperar a ver si se produce alguna reacción negativa antes de repetir la dosis.

En principio, la ingesta de un hueso de aceituna no tiene por qué suponer ningún contratiempo para el gato. El hueso recorrerá su sistema digestivo y será eliminado, tal cual, con las heces. Pero, aun así, hay que tener cuidado porque, en algunos gatos, podría producirse algún problema digestivo, incluso una obstrucción intestinal.

Por ello, si nuestro gato ingiere un hueso de aceituna, habrá que estar pendiente y acudir al veterinario si detectamos cualquier alteración. Además, también es posible que un hueso lo atragante. Por eso es mejor dar las aceitunas siempre deshuesadas.

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