Cuánto tardan en caerse los puntos de una gata esterilizada

La castración de las gatas implica la realización de una incisión en la zona abdominal o lateral en la que se deben cortar varias capas para acceder a los ovarios y el útero. Pueden extraerse ambos órganos o solo los ovarios, según criterio del veterinario. Tras la extracción, este profesional debe coser la incisión, para lo que puede recurrir a diferentes tipos de suturas de distintos materiales. Como cuidadores debemos saber que, en el momento de recoger a nuestra gata recién esterilizada, podemos encontrarnos con las siguientes situaciones:

• Puntos externos de esterilización en gatas, es decir, visibles sobre la piel y que deben ser retirados por el veterinario.
• Puntos externos visibles que se caen solos, a diferencia de los anteriores.
• La incisión puede cerrarse con grapas.
• Sutura intradérmica, es decir, por dentro y no se aprecian puntos en el exterior.
• Pegamento quirúrgico o sutura cutánea adhesiva, que se desprende por sí sola o se retira cuando lo indique el veterinario.

Cada vez las incisiones son más pequeñas y se usan más los puntos internos de esterilización en gatas porque favorecen una recuperación mejor y más rápida.

En vista de los diferentes puntos entre los que puede escoger el veterinario, es importante que, en el momento de la intervención, le preguntemos cuáles va a utilizar para saber si debemos acudir de nuevo a su consulta para extraerlos o se caerán solos.

Por lo tanto, en función de su selección, podremos encontrarnos con puntos que se caigan o que haya que quitar. Por otra parte, conviene saber que si el cierre se realiza con grapas, siempre tendrán que ser retiradas por el veterinario.

Los puntos que se caen solos suelen hacerlo según la incisión va cicatrizando, lo que dependerá de la capacidad de recuperación de cada gata y del tipo de sutura utilizada. Lo normal es que se vayan cayendo de uno en uno a lo largo de varias semanas.

Nuestro papel en estos casos es vigilar que no lo hagan antes de tiempo, ya que, de ser así, si la piel todavía no está bien cerrada, la herida podría abrirse y provocar complicaciones como infecciones o incluso una apertura completa de la incisión, lo que constituye un grave riesgo que requiere atención veterinaria urgente.

Una vez aclarado cuánto tardan en caerse los puntos de una gata esterilizada, hablaremos de aquellos que debe retirar el veterinario. En general, cuando los puntos deben retirarse, el veterinario suele marcar cita unos diez días después de la intervención, aunque la piel puede verse ya cicatrizada unos días antes. Con las grapas sucede exactamente lo mismo. El procedimiento de extracción es muy sencillo y tan solo llevará unos minutos, sobre todo si la gata no presenta problemas de manipulación y deja que la inmovilicemos de forma que el veterinario pueda acceder a la incisión.

Los puntos normalmente se sujetan con un pinza, que permite tirar de ellos hacia arriba con cuidado para poder cortar en la zona que queda más próxima a la piel. El corte se realiza con una tijerita pequeña o la hoja de un bisturí. Lo habitual es la sutura discontinua, que ofrece más seguridad, por lo que hay que ir quitando los puntos uno a uno. En la sutura continua bastaría con tirar de uno, pero también implica que si la gata se quitase algún punto, correría el riesgo de una apertura completa de la incisión.

En el caso de las grapas, se retiran con un utensilio especialmente diseñado para esta tarea, conocido como quitagrapas. Se trata de una especie de tijera con un extremo metálico que se introduce entre la grapa y la piel. Atrapa la grapa por debajo y por encima en su parte media y, al cerrarlo, la dobla de forma que se liberan ambos lados, saliendo de la piel sin lesionarla.

Tras la retirada de los puntos o las grapas, es habitual que el veterinario pase una gasa impregnada en algún producto desinfectante sobre la incisión para limpiarla y retirar cualquier resto. Es importante acudir a consulta el día acordado, pues los retrasos pueden acabar por provocar complicaciones, como infecciones en la piel donde se insertan los puntos.

El veterinario nos explicará cómo debemos cuidar a nuestra gata después de la castración. Lo normal es que nos prescriba alguna medicación para combatir el dolor y para prevenir infecciones. En cuanto al cuidado de los puntos, es habitual utilizar un collar isabelino, una especie de campana o embudo de plástico que impide que la gata acceda a la herida y pueda quitarse los puntos antes de tiempo, con el consiguiente riesgo de apertura de la incisión. El collar debe ponerse, al menos, durante el tiempo en el que no podamos vigilarla y hay que comprobar que la gata pueda comer y beber con él puesto.

Por otra parte, el veterinario puede pedirnos que desinfectemos la incisión, pasando, con cuidado, una gasa impregnada en desinfectante 1-2 veces al día. En cualquier caso, tendremos que comprobar su estado a diario para avisar al veterinario si detectamos secreciones, dolor a la palpación, inflamación, sangrado, enrojecimiento, fiebre, anorexia o cualquier otra anomalía.

Además, es conveniente que evitemos que la gata salte o juegue con brusquedad hasta que la piel esté cicatrizada, precisamente para evitar que, en uno de estos movimientos, se suelte algún punto. Por último, si la gata tiene acceso al exterior, no podremos dejarla salir hasta que no esté completamente curada y le hayamos retirado los puntos, de ser el caso.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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