¿Una gata esterilizada entra en celo?

Tendemos a utilizar el término "esterilización" para referirnos a cualquier tipo de procedimiento quirúrgico por el que se suprime la capacidad del animal de tener descendencia. Sin embargo, no existe un único método para lograr esto, sino que existen varias técnicas diferentes, todas ellas destinadas a evitar que la gata se quede preñada, pero con consecuencias diferentes sobre el ciclo estral y el comportamiento del animal.

Por ejemplo, si esterilizamos a una gata mediante una ligadura de trompas de Falopio, lo que el veterinario hace es seccionar los oviductos de forma que no existe la posibilidad de que los óvulos y los espermatozoides de un macho se junten y, por tanto, de que haya fecundación. Ahora bien, la ligadura de trompas no evita que la gata entre en celo, pues realmente su producción hormonal queda intacta y su ciclo es exactamente igual al de una gata entera. Esto significa que presentará los signos típicos del celo (maullidos, inquietud, frotarse contra personas y objetos, levantar la cola exponiendo sus genitales, etc.), puede tener tendencia escapista y atraerá a los machos cercanos, pudiendo incluso llegar a copular con ellos.

¿Y una gata castrada tiene celo?

Cuando hablamos de "castración" ya nos estamos refiriendo a la extirpación completa de los órganos genitales de la gata. Es posible realizar una ovariectomía (resección de los ovarios) o una histerectomía (extracción del útero), pero lo más habitual y recomendado es llevar a cabo un vaciamiento completo u ovariohisterectomía, que consiste en extirpar tanto los ovarios como el útero.

Esta es una cirugía que se realiza de forma muy habitual en las clínicas y hospitales veterinarios y no suele entrañar grandes riesgos. Tiene la ventaja de que no solo elimina la capacidad reproductiva de la gata, sino que también elimina sus celos, por lo que el animal está más tranquilo. Esto es así porque su producción hormonal se reduce y esto tiene un importante impacto sobre el comportamiento sexual de la gata, que deja de sentir interés por copular con un macho. Por tanto, una gata castrada no puede entrar en celo.

Una gata esterilizada a la que se le ha realizado una ligadura de trompas de Falopio continuará entrando en celo, pues sigue produciendo hormonas de manera fisiológica y su comportamiento sexual se mantiene intacto, así como su ciclo estral. Por ello, en este caso, es normal que la gata esterilizada entre en celo. En este otro artículo explicamos las diferentes fases del celo: "Cuánto dura una gata en celo".

Por su parte, una gata castrada, es decir, que ha sido sometida a una ovariohisterectomía ya no debería volver a entrar en celo tras la operación. Ahora bien, de vez en cuando se observan casos de gatas completamente vaciadas que han continuado mostrando signos claros de presentar el celo y es que sí, esto puede pasar en contadas ocasiones y te explicamos algunas de las posibles causas:

• Remanente ovárico: si la extracción de los ovarios y del útero durante la cirugía no es perfecta, existe la posibilidad de que quede una pequeña parte del ovario alojado en la cavidad abdominal. En ocasiones simplemente se trata de un pedazo pequeño de tejido ovárico, pero que puede ser suficiente para que las hormonas se sigan sintetizando y, por tanto, que la gata siga entrando en celo (aunque no pueda quedar preñada). Esto es muy raro que pase, pues el veterinario siempre se asegura que la cirugía haya resultado exitosa. Sin embargo, existen diferencias individuales en cuanto a la anatomía de cada animal, lo que hace que en algunas ocasiones las cirugías resulten más complejas, especialmente si se detecta alguna anormalidad o patología en el sistema reproductor de la gata durante la resección.
• Síndrome de ovario ectópico: las gatas que padecen este síndrome, generalmente indetectable hasta que se someten a una cirugía de esterilización, poseen tejido ovárico alojado en zonas anormales dentro de la cavidad abdominal. Muchas veces este tejido ovárico no es más que un pequeño conjunto de células prácticamente invisibles para el veterinario, por lo que este puede realizar una extirpación perfecta y completa del útero y los ovarios y, aún así, observar con asombro cómo la gata castrada vuelve a entrar en celo un tiempo después.

Si tu gata está castrada y, aún así, observas que tras la cirugía continúa mostrando claros signos de celo, es necesario que acudas a la clínica veterinaria para que un profesional pueda valorar la posibilidad de que el animal presente el síndrome de ovario ectópico o posea un remanente ovárico postquirúrgico. En el caso de que se confirme alguno de estos diagnósticos, que es lo más probable, la gata tendrá que ser operada de nuevo para eliminar completamente cualquier resto de tejido ovárico que quede en su abdomen. Tras esta segunda cirugía, el celo debería desaparecer por completo.

Existen otros métodos para suprimir el celo de la gata, concretamente el uso de pastillas o inyectables anticonceptivos, formulados a base de derivaos de la progesterona. Sin embargo, esta opción no se suele recomendar en ningún caso, ya que tiene asociados efectos secundarios que pueden llegar a ser muy graves, como la mayor incidencia de diabetes, tumores mamarios y obesidad.

Esté esterilizada o no, el celo de una gata no se puede calmar a través de remedios caseros o pautas conductuales. El instinto sexual y reproductor de los animales es muy potente y, en el caso concreto de las gatas, puede resultar bastante angustiante tanto para el felino como para su tutor, ya que el animal se muestra muy nervioso y maúlla constantemente.

Si has esterilizado a tu gata y sigue maullando porque se ha iniciado de nuevo su periodo de celo, la forma más eficaz para calmar el celo es a través de la ovariohisterectomía, pero siempre bajo la recomendación y supervisión de un profesional veterinario e, idealmente, también de un etólogo.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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