Crecimiento de un gato por semanas

Tras un tiempo de gestación de unos dos meses, las gatas paren unas crías del todo dependientes de sus cuidados, ya que no pueden ver ni oír, ni siquiera mantener su temperatura corporal. Sí tienen desarrollados el sentido del olfato y el del tacto.

En este primer periodo del crecimiento de un gato, los pequeños, aparentemente, no harán nada más que dormir y comer, permaneciendo pegados entre sí y a su madre para mantener el calor. Un simple enfriamiento podría resultar fatal. Es un momento muy delicado, de extrema vulnerabilidad y riesgo.

Por eso, es importante darle a la madre todos los cuidados necesarios durante la gestación y el parto, así como seguir cuidándola, para que, a su vez, pueda encargarse de su camada y transmitirle todas las defensas posibles para mantener su salud, a través del calostro y, después, de la leche.

Pero no es cierto que los gatitos en esta etapa no hagan nada. De hecho, están en un periodo de crecimiento muy rápido. El peso de un gato por semanas se incrementa enormemente y es importante que así lo haga, ya que indica que se está alimentando bien. Además, a lo largo de la primera semana el cordón umbilical se cae y los ojos comienzan a abrirse.

En cuanto al comportamiento de un gato por semanas, en esta etapa inicial no vamos a encontrar diferencias entre gatitos. La personalidad de los gatos de dos semanas se desarrolla más adelante. Puede llamarnos la atención ver que, casi desde el primer momento, son capaces de ronronear. Lo harán mientras maman y "amasan" y serán respondidos por su madre. Se están diciendo que todo va bien. En el siguiente artículo puedes descubrir "Por qué ronronean los gatos".

Hacia el final de este periodo, los gatitos comenzarán a moverse más y a controlar su temperatura corporal. También les empezarán a salir los dientes. Además, a los 15 días pueden recibir su primera desparasitación interna. Esta puede repetirse cada dos semanas hasta completar la primovacunación. El veterinario nos indicará las dosis y la pauta. Aquí tienes la "Guía completa para desparasitar a un gato".

A esta edad la camada se mantiene junta y sigue dependiendo enormemente de su madre, ya que todavía se alimentan de leche materna en exclusiva. Aun así, notaremos que cada vez los gatos de 3 y 4 semanas interaccionan más entre ellos y comienzan a explorar su territorio. A estos gatos de un mes debemos garantizarles un entorno seguro.

Es un periodo en el que también pueden empezar a utilizar el arenero y algunos incluso se animarán a probar la comida sólida, sobre todo los que se crían a biberón y no con su madre, ya que, con ella, la lactancia será más prolongada. En el desarrollo de un gato en esta edad no podemos olvidar que ya puede oír y ver, aunque no tan bien como lo hará más adelante. Los gatos de 4 semanas también son capaces ya de regular su temperatura corporal.

Tienes más detalles sobre si "¿La leche es buena para los gatos?" en el siguiente post.

En el segundo mes de vida, los gatitos siguen en un periodo de crecimiento rápido. Si están con su madre, seguirán mamando, pero comerán también alimentos sólidos. Es la etapa en la que se recomienda el destete, es decir, la transición entre la leche y los sólidos. La vista se va agudizando y veremos que los juegos cada vez son más intensos, así como el afán explorador.

Hacia el final de esta etapa es habitual que los gatitos se trasladen a sus nuevos hogares, aunque lo recomendable sería prolongar un poco más el tiempo junto a su madre y hermanos, como mínimo hasta las 10 semanas. Estamos en una etapa de gran importancia para la socialización y todas las experiencias vividas marcarán el carácter futuro del gatito. En este momento ya podremos apreciar su personalidad. Nos encontraremos gatitos más cariñosos, tímidos, asustadizos, intrépidos, etc. Aquí tienes más detalles sobre "Cómo y cuándo socializar a un gato".

Normalmente, al cumplir los dos meses se inicia la vacunación, aunque, si el gatito todavía mama, el veterinario nos aconsejará esperar hasta el destete para que los anticuerpos maternos no interfieran con los de la vacuna. Será este profesional quien nos dará la pauta de vacunación a seguir y las vacunas a elegir según las circunstancias vitales de cada gatito.

Para más información, échale un vistazo a "Vacunas para gatos: calendario y obligatorias".

Normalmente, en esta fase los gatitos ya se encuentran en sus nuevos hogares, con lo que tendrán que adaptarse a un nuevo escenario con otras personas, animales, costumbres, etc. Por supuesto, ya usan el arenero sin problema, comen solos y su vista está por completo desarrollada.

Su periodo sensible en cuanto a socialización está a punto de acabar, por lo que es bueno que se expongan, en su nueva casa, a diferentes ambientes, situaciones, vehículos, visitas al veterinario, etc. También es fundamental la manipulación, esto es, acostumbrarlos a que acepten cortarse las uñas, cepillarse, limpiarse las orejas o, si queremos, bañarse o lavarse los dientes.

El crecimiento de un gato por meses es más lento en este momento. El gatito seguirá creciendo todavía y engordando, pero ya no lo hará tan rápidamente como en las primeras etapas. De hecho, se considera que a los seis meses o incluso un poco antes, muchos gatitos ya prácticamente han alcanzado su talla adulta y su madurez sexual. Esto implica que las gatas iniciarán el celo y los machos se sentirán atraídos por hembras fértiles.

Por eso debemos ser especialmente cuidadosos y marcar con el veterinario una cita para la castración, sobre todo si en el hogar conviven machos y hembras o nuestro ejemplar tiene acceso al exterior. Por cierto, hacia los 5-6 meses los gatitos pierden sus dientes de leche, que son sustituidos por los definitivos.

Tienes más detalles en "Cuándo se le caen los dientes a los gatos".

Ahora bien, ¿cuándo es adulto un gato? A los siete meses, el gato prácticamente ha alcanzado su tamaño adulto, aunque todavía podrá engordar y crecer un poco. Pero el tamaño de un gato por edad no es un estándar, pudiendo haber diferencias considerables entre ellos. No serán tan notables como en el caso de las razas caninas, pero sí es posible encontrar gatos que de adultos rondan los 2 kg de peso, mientras que otros superan los 8 o incluso más.

Va a depender de la raza y de múltiples factores individuales. Por ejemplo, en una misma camada podemos tener gatitos pequeños, de unos 2 kg, junto a otros que alcanzan los 4. Además, los machos suelen ser algo más grandes que las hembras. Estas diferencias de peso pueden ir viéndose desde las primeras semanas de vida.

Es una etapa en la que se recomienda un cambio en la alimentación, pudiendo pasar a una dieta específica para gatos adultos o esterilizados. Si continuamos con un menú para gatitos, nuestro ejemplar estará recibiendo más calorías y proteínas de las que necesita, pudiendo sufrir trastornos como la obesidad.

Al cumplir el primer año se considera que la mayoría de los gatos ya son adultos. Aunque seguirán siendo curiosos y juguetones, es posible que detectemos un aumento del tiempo de descanso.

¿Cómo saber la edad de un gato? ¡Descúbrelo aquí!

Cuando tenemos a nuestro gato ya adulto, nuestro trabajo es mantener su bienestar y su condición física. Debemos evitar que aumente de peso, ofreciéndole una dieta de calidad y fomentando su actividad. Aunque viva en un piso, le proporcionaremos opciones para su esparcimiento. Es lo que se conoce como enriquecimiento ambiental, que, además, ayuda a mantenerlo estimulado y con ello contribuye también a su bienestar emocional.

El gato ya no crecerá más, aunque algunas razas grandes siguen creciendo hasta los 15, 18 e incluso 24 meses, pero sí envejecerá. A partir de los 7-10 años podemos considerar a nuestro gato como sénior. Todavía puede vivir mucho más, pero es más habitual que surjan ciertos problemas que se asocian al envejecimiento, como la enfermedad renal, el cáncer o la artrosis, además de la merma de los sentidos.

Conviene realizar visitas veterinarias regulares para la detección precoz de estos y otros trastornos. Por supuesto, debemos adaptarnos a las nuevas necesidades del gato mayor, ofreciéndole una dieta adecuada, facilitándole la movilidad, un refugio confortable, etc.

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