Mi gato lame a mi otro gato y lo muerde: causas y qué hacer

¿Conoces el término aloacicalamiento? Cuando explicamos por qué los gatos se lamen, vimos como este comportamiento forma parte de una conducta social. Así, cuando observas que tu gato lame a tu otro gato y lo muerde más que higienizarlo (que también), lo que está haciendo es crear un olor de grupo. Además del autocuidado entre ejemplares que conviven y mantienen sanos sus vínculos, a través de está dinámica lo que se pretende es evidenciar esa familiaridad.

Por lo general, atendiendo a sus jerarquías internas, suele ser el minino de más edad el que toma la iniciativa y lame la cara, las orejas y el cuello del más joven. Los mordiscos son suaves y repetidos, como los que puede replicar en ti, para denotar esa familiaridad. Es un gesto de amistad que evidencia que se aprecian y se profesan mutua confianza. Si te interesa ahondar en esto, lee el post "Por qué mi gato me da mordisquitos".

Pese a que los gatos domésticos con los que compartimos nuestra vida no lo aparenten (porque no necesitan buscarse su sustento de vida), en su ADN sigue impreso ese instinto depredador que apela al acecho, al asalto y, en definitiva, a la caza. Por ello, especialmente los ejemplares más jovencitos exploran y experimentan con el medio a través del juego en el que el instinto de caza está muy presente.

Si tienes dos gatos machos y de corta edad, afirmar "mi gato lame a mi otro gato y lo muerde" no debería sorprenderte. Estas tácticas de juego les permiten aprender a medir sus fuerzas y, en consecuencia, a socializar. Por tanto, aunque entre ellos liberan mucha energía, no está de más que reserves tiempo a diario (o casi a diario) a jugar con ellos empleando cañas con peluches o plumas suspendidos.

Te invitamos a consultar el post "¿Es mejor tener dos gatos machos o macho y hembra?"

Al igual que puedes plantearte por qué tu gato te muerde los pies, otro de los desencadenantes del comportamiento que nos ocupa pasa por la necesidad de establecer límites si ya no quiere, o no le apetece, que el otro gato lo siga lamiendo. Los mininos nos hacen saber su malestar o falta de disponibilidad emocional a través de diversos mecanismos. Este es uno de ellos y, como ves, también lo practican entre iguales.

En este caso, la confianza mutua no se ve comprometida y su cuerpo se mantendrá relajado, pese a lo abrupto del mordisco. Sin embargo, si el gato que ha recibido el mordisco tiene un temperamento dominante, puede sentirse agraviado y desplegar varias señales de enfado (ante lo que deberías alejarte, existe riesgo de pelea). Sus pupilas se dilatarán, su pelo se erizará y los bufidos y gruñidos estarán al caer.

Si quieres aprender más sobre el lenguaje corporal felino, no dejes de leer el artículo "Por qué se erizan los gatos".

Siempre que este comportamiento lo lleven a cabo como una muestra de afecto y pertenencia a un grupo, no debes hacer nada porque se trata de una dinámica positiva para ellos. Ahora bien, como siempre te recomendamos desde SoyUnGato, cuando seas testigo de un comportamiento inadecuado o que te molesta de tu gato, nunca deberías regañarlo, pegarle ni castigarlo. No entenderá por qué actúas así y su confianza en ti se verá inevitablemente mermada. Por tanto, si no quieres desandar lo logrado, enfócate en premiar sus buenas prácticas y en redirigir lo mejorable. Es lo más efectivo con los mininos.

Si observas que uno de los gatos está más agresivo que de costumbre con el otro y esta dinámica no remite, acude al veterinario. Lo someterá a una exploración para descartar enfermedades y te pautará qué hacer. El primer paso, si no hay patología física, suele ser descartar el estrés y evitar la competencia por los recursos.

En el caso de que, pese a no ser agresivo, no quieres que se siga reproduciendo este comportamiento, lo más efectivo suele ser apoyarse en el refuerzo positivo para consolidar los avances (por ejemplo, cuando lame sin morder), en las feromonas de apaciguamiento y en el catnip para lograr un ambiente más relajado y propicio para el acercamiento o la interacción social.

En definitiva, ante la afirmación de "mi gato lame a mi otro gato y lo muerde", desde la experiencia sabemos que en un alto porcentaje de los casos se trata de una conducta social positiva ante la que no es requerido que intervengas. Los mininos se sienten a gusto y seguros en su convivencia y a través de esta dinámica comparten sus olores corporales para crear un olor de grupo. Es su manera de comunicar al mundo este vínculo.

Las feromonas sintéticas no solo ayudan a mantener un ambiente tranquilo en un hogar multigato, también permiten mejorar su convivencia en caso de que haya algún que otro enfrentamiento. Puedes encontrarlas en formato espray o difusor, siendo este último el más recomendado para estos casos. Las puedes adquirir en clínicas, tiendas especializadas o Amazon:

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