Por qué se erizan los gatos

Ante la presencia de un rival, el gato intuye la posibilidad de que se materialice una pelea. En consecuencia, parece ponerse de puntillas sobre las patas traseras, curva su espalda en forma de U y eriza su pelo. Sus orejas estarán replegadas hacia atrás para proteger su cabeza de posibles lesiones. Los bufidos mostrando sus colmillos también se producirán. Con toda esta escenografía el felino pretende intimidar a su contrincante para evitar la contienda. Si este no huye, le quedarán dos posibles salidas: huir o atacar. Si opta por esta última verás que camina de lado dando pequeños saltos. Nuevamente, lo que persigue es aparentar ser más grande y peligroso de lo que en realidad es.

Esta conducta es más propia de los gatos de corta edad, especialmente cuando acaban de llegar a su nuevo hogar. Si tu minino es feliz y está correctamente socializado es muy improbable que lo veas erizarse, salvo en circunstancias muy puntuales como el sobresalto ocasionado por un estruendo o la llegada de un nuevo animal (otro gato o un perro).

¿Qué está sucediendo?

Cuando el felino es consciente del peligro o de la amenaza, su cuerpo recibe una descarga de adrenalina para ponerlo en alerta y preservar su vida. La recepción de este estímulo nervioso activa involuntariamente el músculo erector del pelo. A nosotros también nos ocurre cuando se nos pone la piel gallina al emocionarnos.

El desencadenante principal del erizado del pelo en los gatos es el miedo o la inseguridad. Tanto el miedo como la inseguridad pueden ser debidos a múltiples causas, pero cuando hablamos de un gato erizado, las más habituales son las siguientes:

Llegada de un nuevo animal

Por ejemplo, cuando decidimos acoger a otro gato en el hogar, el simple hecho de ver a ese otro gato desborda su mente de pensamientos negativos. Así, puede ponerse celoso por tener que compartir tu cariño y tus atenciones, además de su espacio y sus enseres, pero sobre todo sentirá que su territorio, su hogar, ha dejado de ser seguro. Por supuesto, esto no es una norma y no tiene por qué suceder en todos los casos.

En este sentido, si vas a introducir a un nuevo miembro animal en la familia resulta determinante que ejecutes esa primera presentación de la manera correcta y que cada gato cuente con sus propios recursos (arenero, comedero, juguetes...). Esta presentación debe ser gradual, por lo que es recomendable que al principio el nuevo gatito permanezca en una habitación habilitada solo para él. Los especialistas recomiendan mantenerlos separados por unos días y facilitar que se huelan, por ejemplo, haciéndoles llegar juguetes o mantas con las feromonas de su nuevo amigo, o incluso colocar una valla o rejilla en la puerta para que puedan verse. Conforme pasen los días y observes el comportamiento de ambos gatos, podrás dejar que estén cada vez más cerca colocando al nuevo gato en un transportín o permitiendo que compartan espacios.

No permitas bajo ningún concepto que tu gato veterano se sienta reemplazado o inseguro. Posibilita que el nuevo inquilino conozca su territorio sin que el veterano lo aceche. No fuerces el encuentro ni permitas que la pelea se haga realidad. Si pasados unos días la agresividad de uno de ellos no remite, deberás consultarlo con el veterinario.

En caso de ser un perro el recién llegado, el gato también puede erizarse o bufar al nuevo inquilino, por lo que igualmente es preciso una adecuada presentación. En este caso, es preferible que sea el gato quien disponga de un lugar seguro en el que refugiarse.

Situaciones inesperadas

Un gato puede sentir miedo e inseguridad cuando aparece en su entorno algo totalmente inesperado. Un caso muy habitual es la presencia de un pepino detrás de él mientras come. Aunque se trata de una broma que se hizo viral, lo cierto es que produce mucho miedo y estrés en los mininos, de manera que no es recomendable practicar este tipo de "bromas". El gato se encuentra de repente con un objeto desconocido y, como es lógico, su pelo se eriza de forma instintiva, arquea su espalda y huye. Es una reacción defensiva que, como hemos explicado, pretende aparentar un mayor tamaño para evitar un enfrentamiento con lo que, en ese momento, considera un posible enemigo.

Otra situación común es cuando el gato, de repente, se topa con un miembro del hogar y se asusta. En este caso, como nos puede suceder a nosotros, simplemente no esperaba encontrarse con esa persona y reacciona erizando su pelo y cola. Suele recuperar la calma rápidamente en cuanto se da cuenta de que su vida no corre peligro.

¿Tu gato se arquea cuando te ve? Cuando adoptamos a un gato que ha sufrido maltrato en el pasado, es normal que notemos que su pelo se eriza cada vez que intentamos acercarnos a él, sus pupilas se dilatan o intenta esconderse. No debemos tirar la toalla, es una situación totalmente comprensible debido a que su relación con los humanos ha sido muy negativa. En este caso, debemos intentar ganarnos su confianza y ofrecerle todo nuestro cariño para demostrarle que no queremos hacerle daño y a nuestro lado puede sentirse seguro.

Como ves, la sensación de seguridad en los gatos es muy importante, es por ello que no debemos forzar situaciones o relaciones para que las aun no está preparado nuestro nuevo compañero. Poco a poco y con paciencia recuperará la calma.

Al igual que les sucede a las aves, entre los mamíferos que tienen su cuerpo recubierto de pelo es natural que ante las bajas temperaturas ericen el pelo. Piensa en cómo se nos pone la carne de gallina a los humanos cuando estamos destemplados. Se trata de un mecanismo cuyo objetivo es preservar el calor corporal. Actúa como un aislante térmico, dado que al erizar el pelo se forma una capa de aire entre el pelo y la piel. Las aves también lo ponen en práctica al ahuecar las plumas.

Algunas patologías felinas cursan, en sus fases incipientes, con fiebre, y esta, a su vez, provoca temblores y pelo erizado. Por ello, si tu gato está enfermo puede parecerte que su pelo está erizado por el estrés y la falta de higiene derivados del malestar físico que está experimentando. Sabrás que algo no va bien si apenas come, si no juega y si se mueve poco. Visita al veterinario para salir de dudas y para pautarle el tratamiento adecuado.

En definitiva, que un gato erice su pelo es un comportamiento completamente natural del que no deberías preocuparte, a no ser que la causa sea un problema de salud o, como hemos mencionado, emocional. Como ya sabes, si el felino está bien atendido y se siente querido es más que probable que nunca lo haga. Si la socialización a edades tempranas no se ha implementado correctamente, consulta a un etólogo para llevarla a cabo, ¡ya que nunca es tarde!

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