Cómo nos ven los gatos

Durante décadas, los estudiosos del comportamiento felino se planteaban el interrogante de si los gatos nos ven como esclavos, imbuidos por corrientes conductivistas o, lo que es lo mismo, el paternalismo de los tutores que solo se ocupan de los cuidados más básicos del animal. La irrupción del concepto de Bienestar Animal^[1]a mediados del siglo XIX en Reino Unido marcó un punto de inflexión y la apertura a un cuidado más holístico del gato.

En el contexto actual, con una nueva Ley de Protección Animal en vigor, se apuesta más por la idea de que los gatos nos ven como sus padres. Al integrar la compañía, el juego compartido, los juguetes interactivos o las salidas al exterior y existir un creciente interés por su psicología y sus verdaderos requerimientos, los tutores ejercen más como cuidadores o garantes de su bienestar. Esto favorece que nos perciban como a sus padres.

Fue el biólogo Jonh Bradshow, profesor de la Universidad de Bristol y autor del afamado libro En la mente de un gato^[2], el responsable de introducir un componente más evolucionista y plantear la incógnita de si los gatos nos ven como gatos grandes. Sus conclusiones dieron pie a varias investigaciones para esclarecer cómo ven los gatos a los humanos.

Una de ellas, la realizada por la Universidad de Oregón, tuvo una gran repercusión. Revistas científicas de la talla de Current Biology^[3] o The Independent se hicieron eco de sus hallazgos. Sobre criterios aplicados con anterioridad en perros y bebés, determinaron que el 64% de los gatos mostró un apego seguro hacia sus tutores o cuidadores, superior al 58% de los perros. En la actualidad, coexiste el pensamiento de que nos perciben como a sus padres-cuidadores como a gatos grandes (aunque más torpes que ellos).

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Seguro que más de una vez tu gato se ha quedado extasiado mirando a la pared o al techo sin que puedas apreciar nada que justifique su conducta. Los gatos, más que ver, perciben frecuencias (hasta cinco veces más altas que las que podemos percibir nosotros), vibraciones y sonidos imperceptibles a nuestros oídos. En ese instante, tu gato puede estar notando, por ejemplo, la presencia de un ratón a 7 metros de distancia.

Este agudizado sentido del oído les permite determinar la orientación y la altura de la fuente del sonido/vibración modulando la posición de sus orejas, algo que nosotros no podemos hacer. Y es que, como la vista no es su sentido más desarrollado, los gatos deben apoyarse en la audición y en el olfato para no fallar en sus maniobras de de caza.

Como ves, su anatomía está diseñada para dotarlos de la máxima precisión y posibilitar su supervivencia. Por tanto, no es que atesoren facultades esotéricas o paranormales, sino que cuentan con recursos que les dan acceso a información inaccesible para nosotros. Todo, para favorecer el éxito en sus tácticas de acecho y asalto y permitirles suplir sus necesidades energéticas y nutricionales. Si dudas sobre si los gatos comen ratones o no, en este post de SoyUnGato te lo resolvemos.

Aunque, como decimos, la vista no es el sentido estrella de los gatos, presenta varias fortalezas de las que la nuestra adolece. Nos referimos a la visión central y a la nocturna (gracias a sus pupilas verticales). ¿Sabes que su enfoque óptimo se sitúa en los 3-6 metros y que son los mamíferos domésticos con mejor vista binocular? Esto se traduce en que ven de forma más nítida que nosotros a largas distancias y en planos frontales.

Su visión periférica es peor que la nuestra, al igual que la que se da a corta distancia. Si te acercas a tu gato para saludarlo, te verá borroso (aunque te reconocerá por tu tono de voz y tu olor). Para responder a la pregunta de cómo ven los gatos a las personas, cabe señalar que no lo hacen en blanco y negro (como se creía años atrás). Lo hacen en 3 colores: verde, azul y amarillo. No perciben los tonos rojizos, los saturados o muy brillantes.

En definitiva, los gatos nos perciben como a gatos grandes que los cuidan y, por ello, forjan con nosotros fuertes vínculos que duran toda su existencia. Gracias a su afinado oído y a sus rápidos reflejos, despliegan reacciones que no siempre comprendemos, pero que obedecen a estímulos reales (físicos).

Esperemos que este post sobre cómo nos ven los gatos a nosotros te haya resultado revelador. ¡Te leemos en los comentarios!

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