Heterocromía en gatos: qué es y razas

La heterocromía iridis es una condición genética que provoca que los gatos que lo presentan tengan un ojo de cada color. Por lo general, el esquema más repetido es un ojo azul y el otro verde, ámbar o marrón. La heterocromía puede ser total, parcial o central, así como congénita o adquirida. Lo explicamos de forma más esquemática a continuación para que lo entiendas mejor:

• Heterocromía total: uno de los ojos es completamente azul y el otro de una coloración distinta.
• Heterocromía parcial o central: parte del iris es azul, mientras que el resto puede compartir el color del otro ojo. También llamado ojo dicromático, produce un curioso efecto al presentar el iris varios tonos o varias intensidades de un mismo color. Cuando es central, la diversidad cromática se produce en el centro del iris.
• Heterocromía congénita: se produce entre los gatos blancos o con manchas blancas como un rasgo más de su morfología. En este otro artículo nombramos a las Razas de gatos blancos.
• Heterocromía adquirida: se trata de una característica física con la que el gato no nace, sino que la adquiere por diversas razones, como veremos más adelante.

Como hemos adelantado, el responsable de que haya gatos con ojos de dos colores es un gen. Concretamente, el gen de las manchas blancas o epistatic. Y es que esta condición es usual en los gatos de manto blanco y en aquellos que lucen manchas blancas. El color blanco implica la ausencia de color, lo que dificulta que la melanina llegue a los ojos. Cuando no existe pigmentación, los ojos serán de color azul.

Así, aunque los gatos con heterocromía nacen con los ojos azules, ven modificado este color en uno de los ojos a medida que van creciendo hasta mostrar el definitivo entre la semana 7 y la 12 de vida. Esta condición genética no alcanza su plenitud hasta aproximadamente los 4 meses de edad del minino.

Otras causas de heterocromía en gatos

Ahora bien, las causas de la heterocromía en gatos pueden ser otras. Como curiosidad, debemos añadir que, en algunos casos, la causa de la heterocromía congénita en gatos es el síndrome de Horner. Se trata de una afección neurooftalmológica que afecta al sistema nervioso simpático y que cursa con pupilas dilatadas, protrusión de la membrana nictitante o caída de párpados, entre otros síntomas.

Cuando no es congénita, es decir, cuando el gato nace con ambos ojos del mismo color y al cabo de un tiempo esta coloración se ve alterada, puede indicar la existencia de una afección oftalmológica, como las siguientes:

• Uveítis, que causa la inflamación del iris.
• Glaucoma, que tiñe de blanco el iris.
• Cataratas, que producen opacidad del cristalino y el ojo se ve en tono azulado o blanquecino.
• Displasia retiniana.
• Distrofia corneal.

Los fármacos administrados para tratar enfermedades como la diabetes o los traumatismos derivados de golpes también pueden provocar una heterocromía adquirida. En cualquier caso, no deberías demorar la visita al veterinario, ya que no tratarla podría hacerla permanente y mermar la capacidad de visión de tu gato.

Cuando es heredada o congénita no supone ningún riesgo para la salud del gato. Eso sí, debido a que las células del oído interno son pigmentarias, cuando el gato es blanco con los ojos azules, la ausencia de pigmentación aumenta la probabilidad de padecer sordera. Los gatos con manchas son menos proclives (pero más que los que no son heterocrómicos). Se estima que el 70 % de los gatos con heterocromía y manchas blancas no son sordos.

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