Mi gato mueve la cola cuando le hablo: significado y qué hacer

Cuando un gato se siente a gusto y cómodo en un ambiente y/o con una situación, lo más natural es que mueva la cola de un lado para el otro de forma pausada (o sea, no continua ni aceleradamente). Además, vemos que la cola, mientras se mueve, se mantiene en una posición intermedia.

Así pues, si tu gato mueve la cola cuando le hablas o mientras lo acaricias, esta es una señal muy positiva de que te quiere y disfruta estando contigo. De hecho, hay gatos que mueven su cola como un cascabel cuando sus tutores le acarician de una manera o en una parte de su cuerpo que les produce particular satisfacción.

También es posible que, cuando vuelves a casa después de un largo día de trabajo, veas que tu gato tiene la cola levantada y temblorosa. Esta es otra señal muy positiva que indica que tu gato esperaba ansiosamente tu regreso y está feliz de verte.

Qué hacer

Al tratarse de una señal positiva, no hay nada que corregir. Sólo debes seguir apostando por compartir momentos de calidad con tu minino, ya sea mediante juegos, caricias, siestas, paseos, masajes relajantes, etc. Así mismo, ten en cuenta que cada gato es un mundo y no todos expresan su afecto de la misma manera. Por ello, también es importante que conozcas las otras señales de que tu gato te quiere antes de creer precipitadamente que hay un problema en vuestro vínculo.

Igualmente, si te gustaría aprender cómo conectar mejor con tu minino, te recomendamos la siguiente lectura: “Cómo ganarse la confianza de un gato”.

Los gatos también mueven la cola de un lado para el otro pausadamente cuando quieren llamar la atención del tutor para pedirle algo. Es un movimiento muy parecido al anterior, pero aquí veremos que la cola del gato está casi o directamente pegada al suelo.

Qué hacer

Si tu gato mueve la cola cuando le hablas para pedirte algo, la clave para saber cómo actuar está en reconocer qué trata de solicitar con este gesto. Frecuentemente, este tipo de movimientos en la cola de los gatos indican que están receptivos para recibir caricias o tienen ganas de jugar.

De ser así, aprovecha esta ocasión para afianzar el vínculo con tu minino y estimular su cuerpo y su mente, presentándole juegos de inteligencia y actividades que despiertan sus sentidos y su eximio instinto cazador. Si no sabes bien cómo hacerlo, echa un vistazo al siguiente artículo: “Cómo jugar con un gato”.

Otra explicación de por qué tu gato mueve la cola cuando le hablas es que tu forma de expresarte o tu lenguaje corporal al hablar le despierta curiosidad. Recuerda que los gatos son muy observadores y pueden percibir mínimas alteraciones en nuestra postura, el tono de nuestra voz e incluso en nuestras emociones y nuestro estado de ánimo. Entonces, si te comportas de una manera distinta al interactuar con tu minino, es muy probable que ello le genere cierta sorpresa.

También puede ocurrir que, mientras hablas con tu gato, tengas en tus manos o lleves puesto algo que capta su atención. Este “algo” puede ser desde un alimento o un juguete, hasta adornos personales (pendientes, colgantes, pulseras, etc.) que resultan muy llamativos para tu minino, ya sea por su color, por cómo reflejan la luz o el sonido que emiten. De hecho, casi todo objeto que tiene pequeñas partes colgantes suele despertar el interés de los gatos, ya que su movimiento puede simular el de una presa, motivándolos a atraparlo.

Qué hacer

El hecho de que un gato muestre curiosidad ante algo que le parece nuevo y atractivo es completamente natural e importante para su óptimo desarrollo. Por ende, no hay ninguna necesidad ni recomendación de reprimir, cuanto menos de castigar a un minino por llevar a cabo conductas instintivas.

En todo caso, si queremos evitar que la expresión de la natural curiosidad de los gatos se traduzca en daños a los muebles y objetos del hogar, lo mejor es proporcionarles un ambiente enriquecido con juguetes comunes y/o interactivos, rascadores, plataformas aéreas y una buena variedad de estímulos que le permitan ejercitarse y entretenerse de forma segura. Para más consejos, no dejes de echar un vistazo aquí: “Enriquecimiento ambiental para gatos: qué es y cómo hacerlo”.

También es interesante que te replantees qué tipo de adornos tienes en tu hogar y dónde los ubicas, para evitar que tu minino pueda acceder fácilmente a ellos y termine estropeándolos o, peor aún, lastimándose. Además, si tu gato suele querer atrapar tus adornos personales cuando interactúas con él, la solución más sencilla es que te los quites antes de iniciar dichas interacciones.

Todos sabemos que los gatos son independientes y les gusta tener algunos momentos de soledad, ya sea para disfrutar de una siesta, para realizar su rutina de acicalado o sencillamente para estar tranquilos. Y la cola de un gato puede indicarnos cuándo debemos respetar estos momentos para preservar la buena convivencia con nuestros mininos.

Si le hablas a tu gato y él pasa al lado tuyo con la cola levantada y agitada, pero no se detiene a saludarte o refregarse contra tus piernas, esto indica que quiere estar solo y no está muy receptivo al contacto. Podríamos decir que es una señal neutral, es decir, ni positiva ni negativa, pero puede convertirse en una fuente de conflictos en caso de que tú u otra persona quiera forzar interacciones con él en estas ocasiones.

Qué hacer

Pues, ¡nada! Respeta la voluntad de tu gato y permite que disfrute de su momento en soledad con la merecida calma. Solo asegúrate de que tu minino tenga una buena área de descanso con una cama cómoda y que la misma se ubique a una distancia prudencial de las zonas de alimentación y, principalmente, de eliminación.

Hay veces en que tu gato mueve la cola cuando le hablas no porque disfruta de estos momentos, sino porque se siente incómodo o molesto en estas situaciones. En estos casos, veremos un movimiento más violento que los anteriores, casi como si el gato golpeara el aire con la cola. Y, por lo general, cuanto más molesto esté el minino, más violentamente moverá su cola y mayores serán las probabilidades de que reaccione negativamente.

Así pues, cuando un gato mueve la cola cuando le hablas como un látigo, esta es una señal de alerta que significa algo como un “¡BASTA YA!”. Ten mente que, muchas veces, los tutores generan ciertas situaciones incómodas para sus mininos sin tener ninguna mala intención, sino porque desconocen el lenguaje y la comunicación de los gatos y, en consecuencia, acaban teniendo conductas y/o gestos que tienen una connotación negativa en el idioma gatuno.

Por ejemplo, si miras fijamente a tu gato mientras le hablas, o si tu gato te mira fijamente y tú sostienes la mirada, esto supone una especie de “reto” en la comunicación felina. En este tipo de situaciones, verás que tu minino, al principio, despliega una serie de signos de incomodidad, como mover violentamente la cola, encoger su cuerpo, erizar sus pelos, bufar, etc. Y si la fuente del estrés o la molestia no cesa mediante estos primeros avisos, tu gato puede llegar a atacarte con arañazos y mordidas.

Qué hacer

Como vimos, a veces son las acciones o gestos de los tutores los que acaban estresando a los gatos, aunque involuntariamente. Por ello, es crucial que revises la forma en cómo interactúas con tu minino y aprendas a respetar sus límites y preferencias. Esto incluye evitar darle caricias en partes de su cuerpo que le resultan muy sensibles, como la barriga o el vientre, y no obligarlo a interactuar contigo o con otros individuos en contra de su voluntad. Sin dudas, tener algunos conocimientos básicos sobre el lenguaje y la comunicación de los gatos te ayudará. Y aquí encuentras mucha información útil para empezar: “¿Los gatos hablan?”.

Pero, más allá de los errores en la comunicación, hay muchísimas cosas que estresan a los gatos, desde cambios repentinos en su entorno, estímulos muy intensos (ruidos fuertes, olores que odian los gatos, etc.), hasta enfermedades y trastornos metabólicos. Por ello, es importante que sepas cómo identificar tempranamente los síntomas de estrés en gatos para saber cuándo y cómo actuar, evitando que el bienestar de tu minino siga mitigándose.

Y si percibes que tu gato realmente está estresado, el primer paso debería ser acudir a un veterinario (mejor aún si es un veterinario etólogo). Más allá de realizar las pruebas más adecuadas para descartar causas patológicas, este profesional evaluará signos comportamentales que pueden indicar tanto la causa del estrés como las pautas de tratamiento más apropiada en función de las necesidades de cada individuo.

La frustración es otra causa común de por qué tu gato mueve la cola cuando le hablas, y principalmente cuando lo regañas. Muchos tutores emplean el regaño en el proceso educativo de sus mininos, ya sea para señalar una conducta inadecuada o para corregirlos cuando no ejecutan apropiadamente una orden, tarea o truco que tratan de enseñarle.

El problema es que el regaño, al igual que los castigos y el encierro, suponen exponer al gato sistemáticamente a contextos de elevado estrés o miedo. Además, estos métodos por sí solos no son suficientes ni eficientes para enseñar al gato las conductas que consideramos adecuadas. Por ende, si solo regañas a tu gato por “portarse mal”, pero no le enseñas qué significa “portarse bien”, lo único que lograrás es hacer que se sienta frustrado por no comprender qué debe hacer para agradarte o, al menos, para no hacerte enfadar.

En estos casos, cuando un gato se siente frustrado, veremos que los movimientos de la cola son secos.

Qué hacer

Desde SoyUnGato no alentamos el uso del regaño en la educación del gato, porque son más numerosos sus efectos negativos en el comportamiento de los mininos y el vínculo con su tutor que sus beneficios en términos de aprendizaje. Cuando necesites señalar a tu minino que una conducta se considera inadecuada, basta con decirle un firme “¡NO!” en el exacto momento en que la conducta se produce, así como interrumpir inmediatamente la actividad que se esté llevando a cabo y ofrecer la alternativa positiva.

Por otro lado, no debes descuidar la educación de tu minino, porque, por más inteligente que sean los gatos, no son capaces de aprender por sí solos los códigos de conducta de los humanos. Así pues, es tu responsabilidad enseñar a tu gato qué conductas son adecuadas y cuáles no. Y lo mejor es que des inicio a este proceso educativo desde la llegada del gato al hogar, y preferiblemente durante sus primeros meses de vida.

Para fomentar la asimilación de las conductas deseadas o adecuadas, apuesta por el refuerzo positivo. Pero, recuerda que la clave es recompensar al minino inmediatamente después de la realización de la conducta o comando que deseas reforzar. Y si quieres aprender paso a paso cómo aplicar este método para educar a tu gato, echa un vistazo al siguiente artículo: “El refuerzo positivo en gatos: qué es y cómo se utiliza”.

Si quieres seguir aprendiendo, no te pierdas este vídeo con significados de otros movimientos de la cola:

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