Gatoterapia: qué es y beneficios

La gatoterapia es una terapia basada en la utilización de los gatos para tratar afecciones psicológicas como el estrés crónico, la ansiedad o la depresión. Su carácter silencioso y dócil, además de su reducido tamaño, los convierten en seres idóneos para contrarrestar la soledad y los males del alma sin poner en peligro la integridad del usuario. Algunas razas de gato como el ragdoll, el british shorthair o el siamés son empleadas por su apego a los humanos y su capacidad de socialización.

Si te preguntas cómo hacer gatoterapia, lo más sencillo es acoger a un gato en tu hogar. Eso sí, deberás ser consciente de que vas a tener que dedicarle tiempo y ofrecerle un espacio apropiado para que sus necesidades estén cubiertas. En el caso de que esto no sea posible, no desesperes, porque puedes acudir a centros de salud donde se presta este tipo de terapia o a cafés de gatos, cada más presentes en la geografía española.

El uso más extendido hasta ahora de la gatoterapia para aprovechar cómo ayudan los gatos a la salud de las personas se focaliza en instalaciones médicas, ya sean hospitales, geriátricos o centros de atención a pacientes con autismo u otras condiciones como, por ejemplo, depresión. Acariciarlos propicia que liberemos endorfinas, que nuestro sistema inmune se vea fortalecido y que nuestro pulso y respiración bajen revoluciones. Si te preguntas "Cuáles son los beneficios de tener un gato", a continuación te los detallamos.

Uno de los perfiles más beneficiados por la gatoterapia corresponde a las personas de edad avanzada y a las que atraviesan procesos anímicos bajos, como el síndrome del nido vacío. Acariciar a los gatos y sentir su ronroneo provoca varias reacciones instantáneas en nuestro organismo, rebajando el estrés y la ansiedad. La presión arterial disminuye, el corazón aminora la frecuencia de sus latidos y el organismo se funde en la calma.

Todos estos signos físicos evidencian que, de alguna manera, los gatos absorben la tristeza y nos hacen sentir mejor. En el caso de los enfermos de Alzheimer, el ronroneo estimula las terminaciones nerviosas del cerebro y favorece que la persona evoque recuerdos, logrando así una cierta ralentización de la degeneración neuronal.

Además de los efectos físicos que la interacción con los gatos nos produce, estos animales poseen la capacidad de amoldar su comportamiento a las características de la persona con la que tratan. Así, las razas asiáticas son más vocales y activas y resultan idóneas para las personas poco sedentarias, mientras que las razas de interior son perfectas para la terapia que nos ocupa. Recopilando los beneficios de la gatoterapia, destacamos que:

• Nos hacen compañía y nos ayudan a superar duelos o a relativizar los contratiempos.
• Llenan la soledad y favorecen el aumento de la autoestima de las personas de edad avanzada. Se sienten ocupados y útiles, al tiempo que tonifican sus músculos y mejoran su motricidad.
• Resultan de gran ayuda para los niños en general, cuando, por ejemplo, deben superar el miedo a la oscuridad o a dormir solos y, a los niños autistas, con TDAH o con dificultades en la audición y el habla en particular. La Universidad de Missouri ^[1] llevó a cabo un estudio del que se desprende que la gatoterapia produce una drástica caída del cortisol en niños con estas condiciones. Les ayuda a transcender su mundo interior y a relacionarse con sus iguales sin ansiedad.
• El Instituto Stroke de la Universidad de Minnesota ^[2] realizó un estudio en 2008 donde la investigación constató que la interacción con los gatos disminuye en un 30% el riesgo de padecer infartos de miocardio. Tres de cada 5 integrantes de su muestra (formada por 4.500 personas) convivía con uno o varios gatos. El registro de sus constantes vitales durante 10 días demostró el poder cardioprotector de estos animales en comparación con las de quienes no tenían gato.
• Acariciarlos, observarlos y recibir sus muestras de cariño (que se froten contra ti, acerquen su nariz a tu cara, que te amasen, duerman sobre ti, ronroneen o te muestren la barriga) explican cómo te ayudan los gatos con la depresión. Al cabo de pocas sesiones, la mejoría en el estado de ánimo y de energía es evidente. El mismo efecto sanador aplica a las personas hospitalizadas por un largo período de tiempo.
• Al margen de su protección cardiovascular, el ronroneo de los gatos ejerce una labor restauradora del cerebro humano. Al estimular los neurorreceptores, regresamos a recuerdos agradables y nos sentimos reconfortados, algo especialmente beneficioso para las personas con algún tipo de demencia.

En Oriente, de donde proceden las razas felinas más puras, son conscientes desde las antigüedades del poder sanador de los gatos. Ya en el Antiguo Egipto, quienes veneraban a los gatos por considerarlos protectores de su dios principal, Ra, se conocía su conexión con el mundo espiritual y su capacidad para absorber las energías negativas. En la actualidad, en países como Tailandia se les cuida como a animales-talismán.

Como ves, la gatoterapia es algo que todos deberíamos practicar para aprovechar sus probados beneficios, sin perder de vista que estos animales reclaman ciertas condiciones y atenciones para mantenerse equilibrados y saludables. Esperamos haber despejado tus dudas acerca del uso de los gatos en terapias de salud mental y que nos hagas partícipes de tus impresiones en los comentarios. ¡Nos encantará leerte!

Además, descubre otras curiosidades sobre los gatos en el siguiente vídeo de Youtube de SoyUnGato que te recomendamos. ¡No te lo pierdas!

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