Plantas que odian los gatos

Las especies cítricas actúan como plantas para ahuyentar gatos, por ejemplo, en espacios delicados como un jardín, dado que los repelen de manera instintiva. Si quieres proteger esta área de tu hogar, tendrás la certeza de que se mantendrá alejado sin recurrir a productos químicos ni gastar dinero. La citronela es el aceite esencial que se obtiene de estas plantas y su olor desagrada enormemente a los felinos.

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Aunque en realidad se trata de un árbol que puede alcanzar los 60 metros de altura, el eucalipto es otra de las plantas anti gatos. En este caso, porque sus aceites esenciales presentan una fuerte carga fenólica y la generalidad de los gatos no la toleran. Les resulta un aroma intenso y desagradable a partes iguales. Además, también se trata de una planta tóxica para ellos, ya que si entran en contacto puede ocasionarle diarrea, vómitos o debilidad.

La ruda es una planta que los expertos consideran la antítesis del catnip o de la hierba gatera. Aunque es inofensiva para ellos, les produce el efecto contrario con la misma intensidad. A diferencia del catnip, que es una planta sumamente atractiva y estimulante para los gatos (de hecho, los etólogos la emplean para revertir episodios de ansiedad, inapetencia o depresión), la ruda les resulta insoportable y preferirán huir de ella.

Te hablamos de la Ansiedad en gatos: síntomas y cómo tratarla, a continuación.

Se trata de otra de las plantas que odian los gatos sin discusión. Muy popular por sus flores de colores vivos, es muy probable que lo tengas en tu hogar. Aunque los humanos apenas percibimos su olor, la sola presencia de esta planta produce una gran aversión entre los gatos. Se la considera una planta de exterior y potencialmente tóxica para los gatos. Por tanto, deberías procurar que tu minino no tenga acceso al geranio.

Atraídos por su aroma refrescante y mentolado, los más osados pueden verse tentados a mordisquearlo. Sin embargo, se trata de otra planta que odian los gatos y que, por lo general, tienden a evitar debido a lo poco que les gusta. Su instinto de supervivencia les alerta de que no deben acercarse a ella a fin de no comprometer su bienestar. De todos modos, deberías no exponer a tu felino a esta planta.

El lirio se corresponde con una de las plantas tóxicas para los gatos. En caso de ingesta accidental, el felino podría experimentar vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, dificultades para respirar y/o salivación excesiva. Ello dependerá de la cantidad que haya ingerido y de cuál sea el estado de salud previo del animal. En cualquier caso, para prevenir disgustos desde SoyUnGato te aconsejamos que mantengas alejado a tu minino de esta planta.

A diferencia del bambú, de la salvia, de la orquídea, de la petunia o de la camelia, que son plantas seguras para los gatos, la azalea es otra de las especies florales que ahuyentan a los gatos por lo desagradable que les resulta su olor. A su vez, su ingesta accidental podría provocar reacciones adversas, aunque leves, en el animal, como, por ejemplo, somnolencia, ojos irritados y dermatitis cutánea.

Esta planta de floración extensa es ampliamente utilizada para decorar tanto el interior de los hogares como los balcones y jardines ya que apenas reclama preservar la humedad de la tierra y evitar la radiación solar directa. Sin embargo, por su toxicidad para los gatos y los niños pequeños conviene distanciarla de ellos. Es una de esas plantas que los gatos odian y siempre procurarán evitarla. Los más traviesos, en cambio, podrían mordisquearla por simple curiosidad.

¿Quién podría pensar que esta trepadora fuera tóxica para perros también? Junto al narciso, al ciclamen y al crotón, la hiedra es una de las plantas anti gatos que más estragos pueden causar si son ingeridos sus frutos o bulbos. Las diarreas, los vómitos y la fiebre te alertarán de que tu gato requiere la asistencia de un veterinario. En los casos de ingesta masiva, puede provocar un fallo cardíaco o renal que acabe con la vida del animal.

Pese a sus propiedades medicinales, especialmente evidentes cuando del cuidado y embellecimiento de la piel se trata, la sábila es otra de las plantas que odian los gatos por su peligrosidad. De forma instintiva esquivarán su presencia. No obstante, los gatos más jóvenes pueden llegar a ingerirla y experimentar molestias gastrointestinales, conjuntivitis y prurito. Nada que la visita al veterinario no pueda remediar.

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