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¿Es malo dormir con gatos?

 
Miren Azurmendi
Por Miren Azurmendi, Periodista especializada en el mundo animal. 5 diciembre 2022
¿Es malo dormir con gatos?

Si acabas de acoger a un gato en casa, desde SoyUnGato te aconsejamos que prestes atención a aquello a lo que lo habitúas y que fijes unas rutinas. Contribuirás a su bienestar y prevendrás rutinas que a futuro podrían convertirse en problemáticas. La del descanso nocturno es una de ellas. En esta ocasión, vamos a ahondar en si es malo dormir con un gato o no.

Se trata de un tema sujeto a la elección del tutor, no exento de cierta polémica. Y es que los mininos, especialmente cuando son cachorros o ancianos, agradecen pasar la noche en compañía de alguien de su confianza. Por esto, por ejemplo, les gusta dormir sobre las piernas de su tutor. Sin embargo, pese a sus beneficios, existen ciertas precauciones a adoptar desde el punto de vista de la salud y la higiene.

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Índice

  1. ¿Es malo dormir con gatos o no?
  2. Beneficios de dormir con gatos
  3. Consecuencias de dormir con gatos
  4. Enfermedades por dormir con gatos
  5. Cómo dormir con mi gato sin riesgos: consejos

¿Es malo dormir con gatos o no?

Si te preguntas si tiene algo de malo dormir con un gato, la repuesta tiene varias aristas. No existe una respuesta tajante, ya que comporta ciertas ventajas o beneficios demostrados y también desventajas o peligros que no debemos obviar. Los inconvenientes se acentúan cuando tu minino tiene acceso al exterior, puesto que te obliga a extremar su higiene y la del hogar.

Su pelo es el caldo de cultivo perfecto para favorecer la proliferación de parásitos y bacterias, siendo algunos de ellos vectores de enfermedades zoonóticas o, lo que es lo mismo, patologías transmisibles a los humanos. De hecho, de las 250 enfermedades zoonóticas conocidas, 100 son consecuencia de la estrecha convivencia entre humanos y animales.

Lejos de alarmarte, desde SoyUnGato te aconsejamos que si te encanta dormir con tu minino y este sale al exterior, no descuides su vacunación y desparasitación y que extremes la limpieza de las sábanas, mantas y superficies sobre las se tumba para dormir. Lávalas, como mínimo, a 65 °C y emplea una funda antiácaros para garantizar el óptimo aislamiento de tu colchón a los alérgenos.

Beneficios de dormir con gatos

Nadie puede negar que dormir con tu gato es tentador y reconfortante. Varios estudios certifican que el contacto con los mininos, en parte por su ronroneo, hace descender la presión arterial, el ritmo cardíaco y el estrés de quien lo acaricia.

Se sabe que ambos, humano y animal, experimentan una agradable sensación de seguridad emocional. Además, es un momento que se presta a afianzar ese vínculo y que mejora su convivencia.

Otros de los beneficios de dormir con gatos son:

  • Debido a su calor corporal, que es mayor que el de las personas, somos capaces de entrar en calor más fácilmente, sobre todo en invierno, como es de esperar. De esta manera, podemos afrontar los meses de frío mejor. Quizá te interese consultar el siguiente artículo de SoyUnGato sobre Cómo tomar la temperatura a un gato.
  • Los gatos que duermen con sus tutores se comportan de un modo más cariñoso y son más dóciles. Esa seguridad emocional resulta especialmente necesaria para los niños (por ejemplo, porque se están habituando a dormir solos y temen la oscuridad) o para los adultos que atraviesan un mal momento anímico. Dormir con su gato es su talismán.
  • El hecho de amanecer a su lado hace que empecemos el día con mejor humor.

No obstante, dormir con un gato también presenta sus contras, como te mostramos a continuación.

¿Es malo dormir con gatos? - Beneficios de dormir con gatos

Consecuencias de dormir con gatos

Llegados a este punto, vamos a considerar cuáles son las desventajas de dormir con un gato, ya que aquí es donde se encuentra el debate sobre si es bueno o no hacerlo. Vamos a repasarlos para que los tengas en cuenta.

Hay personas a las que dormir con su gato les ayuda a conciliar el sueño. A medio-largo plazo este hábito puede llegar a alterar su ciclo de sueño e impedir que disfruten de un descanso reparador. El gato, por su parte, al ser un animal crepuscular, es natural que sienta la necesidad de jugar y explorar en algún momento de la noche, sin olvidar que con esta rutina estamos creando cierta dependencia que no beneficia al minino.

Es decir, si acostumbramos a nuestro gato a dormir con nosotros desde que es pequeño, cuando llegue a la edad adulta y no queramos que duerma en nuestra cama algún día, le podemos provocar un cuadro de estrés y ansiedad. Para él este hecho significa que no es bienvenido en el lugar que el consideraba su zona para dormir.

En el caso de los gatos agresivos, si se acostumbran a dormir con sus tutores, puede producirse un agravamiento de esta agresividad o favorecer que concurran otros trastornos del comportamiento en su intento por preservar su zona de descanso. Pese a que no es una circunstancia general, sí que conviene que lo tengas en cuentas antes de habituarlo a dormir contigo si, por ejemplo, se trata de un gato callejero al que aún no conoces bien.

Dormir con un gato es malo si el humano es alérgico a su pelo. Ese estrecho contacto favorece que el pelo, la saliva si lo lame mientras duerme o sus fluidos corporales acaben desencadenando reacciones adversas (asma, neumonitis por hipersensibilidad, etc.) que desaconsejan que duerman juntos o, al menos, en la misma cama. Las hamacas para gatos pueden ser una solución en esta situación.

¿Es malo dormir con gatos? - Consecuencias de dormir con gatos

Enfermedades por dormir con gatos

Como decimos, son un centenar las enfermedades transmisibles de animales a humanos por una convivencia en la que el contacto es muy cercano y la higiene no es la debida. Especialmente con los gatos que pasan parte del día en zonas con vegetación, las infestaciones por parásitos internos como pulgas, garrapatas, ácaros o gusanos barrenadores son probables, siendo estos vectores de gusanos intestinales y de ciertas patologías.

Cuando hay gatos en la cama, hay más probabilidades de que los humanos que duermen con ellos puedan enfermar. Los niños, las embarazadas y las personas inmunodeprimidas son las más vulnerables a padecer las patologías de las que te hablamos a continuación.

Enfermedad de Lyme

Esta infección es producida por la picadura de una o varias garrapatas de patas negras infectadas por la bacteria Borrelia burgdorferi. El pelo del gato puede alojarlas y el humano sufrir su picadura, que cursa con erupción cutánea, fiebre, migrañas y entumecimiento articular. En los casos más graves, su picadura puede desembocar en meningitis o parálisis temporal de la cara.

Te contamos más sobre las Garrapatas en gatos: tipos, síntomas y cómo quitarlas, en el siguiente post.

Infecciones

La anquilostomosis o la enfermedad del arañazo del gato son algunas de las patologías infecciosas que merecen tu atención. La primera es debida a los nemátodos Necator americanus o Anclylostoma ceylanicum que en su estado de larvas acceden a los pulmones a través de la sangre. Una vez allí, se transforman en gusanos y parasitan en el intestino delgado, alimentándose de la sangre y causando anemia.

La enfermedad del arañazo del gato es producida por la bacteria Bartonella henselae, presente en crías asintomáticas que muerden o arañan al humano. Los niños y las personas inmunodeprimidas son las más propensas a sufrir complicaciones como encefalopatía, endocarditis, deficiencia hepática o angiomatosis. La sintomatología más usual es una pápula con costra, no dolorosa, en la zona de la lesión que remite por sí sola.

Campilocteriosis

Se trata de la zoonosis más extendida del planeta y su responsable es la bacteria Campylobacter. Sus síntomas más característicos son la gastroenteritis, la fiebre, el dolor abdominal, las náuseas y los vómitos, que desaparecen a la semana o 10 días. Una vez pasada la enfermedad, se es inmune por muchos meses.

Tiña

En este caso, la erupción cutánea es debida a un hongo y resulta muy molesta. La picazón va acompañada de anillos enrojecidos, ligeramente elevados y escamosos. Es necesario el tratamiento antimicótico para revertir la situación. El contacto directo con la piel del gato infectado es la causa de la transmisión.

Sarna

El ácaro Sarcoptes scabiei da lugar a un intenso picor que se agrava por la noche y que puede prolongarse incluso una vez finalizado el tratamiento. El contacto directo con la piel del gato que porta los ácaros es el desencadenante de la enfermedad.

Rabia

Aunque su transmisión rara vez se da, en caso de contraer esta enfermedad viral el pronóstico es fatal, ya que afecta al sistema nervioso central y conduce a la parálisis general. Su antídoto más efectivo es mantener actualizado el calendario vacunal de tu minino y controlar sus salidas al exterior.

Aquí puedes saber más sobre la Vacuna contra la rabia en gatos: dosis, efectos y obligatoriedad.

Toxoplasmosis

El parásito Toxoplasma gondii es muy común y, por ello, el contagio puede producirse al limpiar el arenero si el gato está infectado. La otra vía de contagio es el consumo de carne roja contaminada cruda, o poco cocinada. Las mujeres embarazadas y las personas con el sistema inmune debilitado pueden presentar complicaciones. Cursa con inflamación de los ganglios linfáticos y síntomas similares a los de la gripe.

Cómo dormir con mi gato sin riesgos: consejos

A estas alturas ya conoces si es malo dormir con un gato o no. Por ello, no podemos concluir sin facilitarte varias recomendaciones que te ayuden a minimizar la probabilidad de enfermar o de desarrollar reacciones alérgicas cuando pasas la noche con tu minino. Si aplicas estos consejos, tendrás la certeza de dormir con tu gato sin riesgos. Toma nota:

  • No descuides su vacunación y desparasitación: tanto la interna como la externa. En este último caso, empleando pipetas o champús antiparasitarios. Puedes consultar la Guía completa para desparasitar a un gato y las Vacunas para gatos: calendario y obligatorias a continuación.
  • Si tiene acceso al exterior, restringe el tiempo que pasa fuera y compensa esa estimulación con un adecuado enriquecimiento ambiental y tiempo de juego compartido dentro de casa.
  • Lava cada semana las sábanas y mantas a altas temperaturas: mínimo a 65º y aspira las zonas de contacto y recurre a las fundas antiácaros.
  • Aprovecha la rutina del cepillado para inspeccionar a tu gato: las orejas y zonas con pliegues, como inglés, axilas y el cuello son especialmente acogedoras para los parásitos. En caso de sospecha, acude al veterinario.
  • Asegúrate de cocinar por completo los alimentos: tanto los que le ofreces a tu gato como los que ingieres tú.

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Bibliografía
  • Thompson, K., & Smith, B. (2014). Should we let sleeping dogs lie… with us? Synthesizing the literature and setting the agenda for research on human-animal co-sleeping practices. Humanimalia, 6(1), 114-127.
  • Blunden, S. L., Thompson, K. R., & Dawson, D. (2011). Behavioural sleep treatments and night time crying in infants: challenging the status quo. Sleep medicine reviews, 15(5), 327-334.
  • Plaut, M., Zimmerman, E. M., & Goldstein, R. A. (1996). Health hazards to humans associated with domesticated pets. Annual review of public health, 17(1), 221-245.
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