
Pocos gatos gozan de la popularidad del gato Persa. De porte elegante y mirada tierna, esta raza ha sido la predilecta de aristócratas por su belleza y temperamento afable, llegando a asociarse a la riqueza y el lujo.
Si tú también te rindes a sus encantos debes conocer los cuidados que precisa, ya que su pelaje y los numerosos cruces realizados durante siglos lo hacen propenso a ciertas enfermedades.
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Índice
Características físicas del gato Persa
Sus patas gruesas y cortas contribuyen a dotarlo de una apariencia más rechoncha que atlética, aunque lo cierto es que aparenta más corpulencia de la que realmente tiene por su abundante pelaje.
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Origen Asiático |
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Tamaño mediano |
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Peso de unos 5kg en machos y de entre 3 y 5 en hembras |
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Pelo largo, abundante y sedoso. Blanco, crema, azul, tierra, gris, silver shaded, chocolate, verde, cobrizo y/o avellana |
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Cabeza redonda y prominente |
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Orejas pequeñas y redondeadas |
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Ojos grandes, redondos y expresiones en colores azul, verde, cobrizo, avellana. También pueden presentar un ojo de color diferente al otro |
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Cola larga y poblada |
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Longevidad estimada de entre 10 y 17 años |
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Dificultad para cuidarlo media |
Comportamiento de la raza de gato Persa
Se trata de un gato eminentemente de interior, ya que ha sido criado para desenvolverse como animal de compañía. De hecho, algunos ejemplares llegan a desarrollar agorafobia si se ven expuestos a las salidas exteriores con cierta asiduidad.
Su carácter cariñoso adolece del instinto de caza o de protección del territorio de otras razas. Por tanto, es un gato idóneo para personas mayores o para aquellos que disfrutan estando en casa.
El gato Persa disfruta de la compañía de los humanos, también de la de los niños, especialmente cuando son cachorros, así como de la de otros animales. Es un gato tranquilo y dormilón al que le encanta que lo acaricies y que alabes su belleza.

Cuidados recomendados para el gato Persa
Debes saber que esta raza es una de las que más cuidados reclama por su largo pelo y por las constantes secreciones de sus ojos en forma de lagrimeo. Para evitar las infecciones oculares deberás limpiarle los ojos a diario con una gasa estéril humedecida en agua.
No olvides cepillarlo a diario para prevenir los nudos y enrededos que podría tragar al acicalarse. Para ello, emplea un peine de púas separadas para la primera pasada y un cepillo de cerdas largas y rígidas para la segunda. Así, eliminarás el polvo sin dañar su piel.
No está de más que lo lleves al peluquero felino un par de veces al año para mantener la forma de su pelaje. Es tan presumido que le encantará verse tan bien. Los baños una vez al mes serán necesarios para preservar su salud.
Por su propensión a la vida contemplativa, el gato Persa es poco activo. Por tanto, para contener su tendencia al sobrepeso y a la obesidad deberás estimularle a través del juego a que juegue y se ejercite a diario.
¡Súper consejo!Utiliza una alimentación baja en grasa y en cereales para evitar que adquiera sobrepeso. Estimula los juegos para que se ejercite y siempre estará en forma.
¿Cómo es la salud del gato Persa?
Entre las patologías más características de esta raza merece tu atención la PKD o enfermedad renal poliquística. Se trata de una enfermedad hereditaria (se estima que el 38 % de los gatos persas lo llevan en la sangre) conducente a la insuficiencia renal crónica.
Esta afección suele manifestarse a partir de los 7 años de edad y solo puede diagnosticarse con fiabilidad a través de las ecografías. Se forman quistes en el sistema urinario o renal que con el envejecimiento comprometen la salud del gato.
Esta raza es igualmente propensa a padecer otras enfermedades como el herpes felino o la neumonía si habita en ambientes húmedos o cálidos. Los hembras azules son más procicles a los abortos o a parir cachorros enfermos.
Su cara plana y sus cortos pasajes nasales favorecen las dificultades para respirar que si no son tenidas a cuenta a tiempo pueden degenerar en afecciones cardíacas. Acude al veterinario si observas estornudos persistentes, sílbidos al respirar o jadeos recurrentes.
La curiosa historia de la raza Persa
El gato persa moderno, tal y como lo conocemos en la actualidad, data de finales del siglo XIX, fruto de los cruces que tuvieron lugar en Gran Bretaña entre el “gato de las arenas” originario de Persia, la actual Irán, y el gato de angora turco blanco.
El noble italiano Pietro della Valle y el científico francés Nicolas-Claude Fabri de Pieresc constituyen los artífices de su propagación en Europa y, después, en EE.UU. El italiano viajó en el siglo XVII a la India, a Turquía y Persia e introdujo 4 pares de gatos persas en Italia.
El francés hizo lo propio en el mismo siglo con el gato de angora turco en su país, circunstancia que motivó que se prosiguiera con los cruces, dada su buena acogida en todos los estratos de la sociedad.
La reina Victoria destacó entre sus mayores admiradoras. No en vano, el gato Persa era empleado como objeto de trueque a cambio de bienes debido a su gran belleza y docilidad.
¿Sabes que el 75 % de los gatos de pedigrí registrados pertenecen a esta raza? Todo apunta a que reúne las condiciones idóneas para continuar siendo la mascota predilecta de muchos de los amantes de los gatos. ¿Estás tú entre ellos?