Razas de gatos que parecen leopardos

El bengalí o gato de Bengala pertenece a una de las razas de gatos más populares, especialmente en los países anglosajones. Merece por méritos propios encabezar esta selección de gatos que parecen leopardos gracias a su manto marmoleado de un brillo dorado, exclusivo de la raza. Sus rosetas de contorno negro e interior marrón sobre una base más clara llaman la atención. Son muy activos, inteligentes y vocales. Poseen un particular gorjeo.

El mau egipcio es probablemente el más conocido de los gatos de origen egipcio. Su pelo corto, tupido y sedoso luce manchas más oscuras que contrastan con el tono general del manto, mayoritariamente gris o marrón claro. Sin duda, estamos ante unos gatos que parecen leopardos de las nieves, ¿no crees?

Tienden a ser territoriales cuando conviven con niños pequeños o con otros animales de compañía. Por este motivo, conviene tenerlo presente y socializarlos de forma gradual desde edades tempranas. Son muy cariñosos y vitales.

Pese a su capacidad de liderazgo, el ocicat es un bonito gato que recuerda a un leopardo que puede convivir de forma armoniosa con otros gatos, así como con niños. Pertenece al top 3 de las razas felinas más salvajes, junto al bengalí y al mau egipcio. Precisamente, sus grandes orejas, sus extremidades largas, su porte atlético y su manto moteado le confieren ese aspecto exótico que contrasta con un temperamento cariñoso, apegado y juguetón.

Los ejemplares de tonos más claros también pueden recordarnos al leopardo de las nieves, mientras que los que poseen unos tonos más ámbar se asemejan al leopardo persa, cuyo color es menos vibrante que el de otros tipos de leopardos.

¿Sabes que el cheetoh se corresponde con una de las razas de gatos más grandes que existen? Los machos adultos alcanzan fácilmente los 10 kg de peso y llegan a medir 30 cm a la cruz. Comparte con el bengalí y el ocicat el patrón moteado de su manto y su ansia de exploración. Necesita espacio y acceso al exterior para trepar, saltar y merodear. Es muy sociable y acepta de buen grado las visitas de los desconocidos.

El serengeti es una raza, también híbrida, relativamente joven, ya que la TICA (The International Cat Association) la reconoció en 2001. En la actualidad, está en desarrollo. Son gatos que parecen leopardos por sus grandes orejas triangulares, siempre erguidas, su mirada despierta y sus manchas negras sobre un manto que varía entre el gris y el café. Son cariñosos, algo independientes y reclaman estimulación, física y mental, a diario.

Imagen: mascotalia.es

La elección de su nombre no es casual, y es que su parecido con el tigre es innegable. Los gatos toyger están emparentados con el bengalí, pero son algo más pequeños y tranquilos que ellos. De hecho, pese a ser muy inteligentes y enérgicos, pueden hacer vida dentro de casa sin desarrollar aburrimiento o frustración. Su patrón marrón atigrado, su pecho ancho y la suavidad de su manto son los rasgos más distintivos de estos preciosos mininos. Y si bien es cierto que son gatos que parecen tigres más que leopardos, también nos recuerdan al aspecto salvaje y elegante de estos últimos.

De gran envergadura, los gatos chausie deben su nombre al Felis chaus egipcio con el que están emparentados. Su manto tabby de color marrón, negro o plateado evoca a grandes felinos como el leopardo. Especialmente, pueden recordarnos al leopardo árabe, que se caracteriza por presentar un cuerpo más fino y unas rosetas más espaciadas, por lo que vemos con más claridad la base sólida de su manto. Así mismo, son gatos que parecen leones, sobre todo las hembras por su similitud con estas grandes depredadoras.

Son muy activos y observadores, con tendencia a escaparse si no son adecuadamente estimulados. Por tanto, no los recomendados a las personas que disponen de poco tiempo. Con una correcta socialización pueden convivir sin problemas con otros animales.

Esta raza de gatos que parecen leopardos es enorme. El gato savannah puede alcanzar los 23 kg de peso y los 60 cm de alto. Como imaginarás, reclama mucho espacio para desenvolverse a sus anchas y mantenerse equilibrado. Sus necesidades nutricionales también son superiores a las de la generalidad de los mininos. De cola corta y oscura, también recuerda a los linces por sus grandes orejas y patrón moteado. Para muchos, su origen en un laboratorio es muy polémico, es por ello que recomendamos conocerlo antes de tomar la decisión de seguir apoyando su cría.

Descubre más Razas de gatos que parecen linces en este otro artículo.

El porte esbelto y el manto cobrizo con su peculiar ticking son los rasgos que mejor definen a estos simpáticos gatos. A pesar de no presentar un manto moteado como el del leopardo, los gatos abisinios nos recuerdan a estos y otros grandes felinos, como los leones, precisamente por su porte. Son gatos con aires de grandeza que transmiten elegancia al moverse.

De carácter cariñoso y sociable, se adaptan a cualquier vivienda y familia, aunque deben disponer de recursos en altura y contacto con el exterior. Poco maulladores, curiosos, juguetones y muy inteligentes, su adiestramiento es sencillo. Siempre buscan nuevos retos a superar a cambio de los cuales ser mimados.

No solo los gatos de raza pura pueden parecer leopardos, los gatos mestizos procedentes de alguna de las razas mencionadas también pueden presentar un manto moteado, con manchas más o menos grandes, que nos recuerden al de estos grandes felinos salvajes. Por tanto, si estás pensando en adoptar un minino, ¡no descartes a los mestizos!

Como ves, el universo felino es tan vasto que podemos disfrutar del cariño y compañía de gatos con manchas tan bellos como los gatos que parecen leopardos de los que te hemos hablado en estas líneas. Eso sí, antes de acoger a alguno de ellos en tu hogar, ten presentes sus necesidades y la compatibilidad de su carácter con tu estilo de vida para disfrutar de una convivencia gratificante y armoniosa.

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