Comportamiento

Qué piensan los gatos

 
Eduarda Piamore
Por Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento felino y canino. 8 mayo 2023
Qué piensan los gatos

Quienes tenemos la suerte de compartir nuestro hogar con uno o varios mininos, no dudamos de que estas pequeñas ‘fieras’ son extremadamente inteligentes y parecen encontrar siempre la mejor manera de conseguir lo que quieren de nosotros. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué piensan los gatos o cómo nos ven a nosotros que hacemos de todo para darles su merecido confort? Si la respuesta es sí, has llegado al sitio perfecto, pues en este nuevo artículo de SoyUnGato te contamos cómo piensan los gatos y de qué manera sus instintos se relacionan con su inteligencia. ¿Nos acompañas?

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Índice

  1. ¿Los gatos piensan o actúan por instinto?
  2. Qué piensan los gatos de los humanos
  3. Cómo piensan los gatos

¿Los gatos piensan o actúan por instinto?

Para entender si los gatos piensan o actúan por instinto, en primer lugar, necesitamos tener claro, por un lado, qué se entiende por “pensar” y, por otro lado, qué son los ‘instintos’ de un gato. Veamos estos conceptos uno a uno para facilitar su comprensión.

¿Qué es el instinto?

En pocas palabras, el instinto puede ser definido como el motor natural e innato que lleva un ser vivo a reaccionar ante una variedad de estímulos. Es inherente a la naturaleza de los animales (incluso del ser humano) y se transmite en su información genética, de generación a generación, como una capacidad adaptativa que permite la supervivencia de su especie.

Por ello, cuando hablamos de comportamientos instintivos, nos referimos a conductas innatas, y por ende no aprendidas, que los individuos de una misma especie llevan a cabo como respuesta a un determinado estímulo. Es por ello que, por ejemplo, tu gato puede ser un eximio cazador, aunque nadie jamás le haya enseñado cómo cazar y sin nunca haber vivido en un entorno natural donde fuera necesario cazar para alimentarse. Sucede que el instinto de caza está ‘escrito’ en los genes de los gatos (así como de los demás felinos) y se transmite de generación en generación a través de los genes.

Pero, el hecho de que un animal tenga instintos no significa que no sea inteligente. De hecho, el propio ser humano, que se reconoce como ‘el animal racional’, también tiene instintos, pero hemos modificado profundamente nuestra forma de actuar para adaptarnos a la vida en comunidad, y nuestra racionalidad ‘aprendió’ a cohibir ciertos comportamientos instintivos de satisfacción personal en nombre de preservar el bienestar social.

Algo similar ha ocurrido a los gatos pues, aunque no hayan atravesado un proceso de domesticación al igual que los perros, sí han ‘aprendido’ a convivir con los humanos en entornos domésticos y, por más que conserven muchas conductas instintivas, su comportamiento ya no es idéntico al de los felinos que viven en estado natural.

¿Qué significa pensar?

Si buscamos la ayuda de la Real Academia Española (RAE), nos encontramos que el verbo “pensar”, en su concepción más básica y fundamental, transmite la capacidad de “formar o combinar ideas y juicios en la mente”, así como de “examinar mentalmente algo con atención para formar un juicio”.

De este sentido más elemental, derivan otros usos comunes y aceptados ‘oficialmente’ para el mismo verbo. Por ejemplo, el de opinar algo sobre un individuo u objeto (“¿qué piensas de adoptar un gato?”), y también el de tener la intención de hacer algo (“pienso ir a la tienda mañana para comprar el pienso de mi gato”). En ambos casos, está implícita, nuevamente, la capacidad de examinar las características de algo o alguien para emitir un juicio sobre él/ella, o bien las ventajas y desventajas, o las necesidades propias o de terceros, para tomar una decisión (o, al menos, tener la intención de tomarla).

Queda claro que la facultad del pensamiento, que es la acción y el efecto de pensar, está directamente relacionada con el uso de la razón, que permite establecer relaciones entre ideas y conceptos para formar juicios u obtener conclusiones.

¿Los animales y particularmente los gatos piensan?

Aunque durante mucho tiempo se consideró que la racionalidad era una facultad exclusiva de los humanos, el avance de la tecnología y de los estudios sobre el comportamiento y el cerebro de los animales, vienen demostrando que muchas especies – sobre todo los mamíferos – son capaces de utilizar las herramientas o elementos para resolver problemas de diferentes complejidades sin recurrir al ensayo-error.

Esto puede interpretarse como una evidencia de que los animales, entre ellos los gatos, también serían capaces de examinar los estímulos y recursos que se les presenta y concatenar ideas, teniendo en cuenta también su entorno, para llegar a ciertas conclusiones, (por ejemplo, cuál es la mejor forma de solucionar un problema o de reaccionar en ciertos contextos).

Es decir, que los animales no seguirían ‘ciegamente’ sus instintos ni aprenderían por ‘mera repetición’, sino que serían capaces de razonar antes de actuar para llegar al resultado que más les favorece (o que les parece más adecuado).

Además, en el caso específico de los gatos, también es interesante mencionar que la estructura física de su cerebro es muy parecida a la del cerebro humano. De hecho, ambos están conformados por cortezas cerebrales con lóbulos similares y cada parte del cerebro de un gato está especializada y conectada con las demás partes, lo que les permite interpretar o examinar y hasta manipular su entorno. Además, según un artículo publicado en la revista Psychology Today por la Dra. Berit Brogaard, los gatos tienen más células nerviosas en las áreas visuales de su cerebro que los humanos y la mayoría de los demás mamíferos.

Y por hablar en manipulación, hay evidencias de que los gatos no solo no fueron domesticados, sino que, en realidad, son ellos los que entrenan a sus tutores, sin que estos lo perciban, para obtener lo que necesitan. Nuestros gatos nos observan constantemente y son muy habilidosos al interpretar nuestro lenguaje corporal y la forma como reaccionamos a su propio comportamiento. De esta forma, no tardan en percibir que, cuando llevan a cabo ciertas acciones o conductas, reciben en cambio algo que les gusta. Por ejemplo, cuando ronronean les damos caricias; cuando maúllan, les ponemos atención o les damos una golosina, etc. Y es así cómo acaban ‘condicionando’ nuestras respuestas a sus necesidades.

Aunque pueda sonar feo hablar de ‘manipulación’, la realidad es que este patrón de comportamiento de los gatos puede ser un gran aliado a la hora de educarlos, aumentando su respuesta al refuerzo positivo y favoreciendo la asimilación de conductas deseadas mediante el buen uso de las recompensas.

"¿Les gustan los besos a los gatos?" Descubre la respuesta en el siguiente post.

Qué piensan los gatos de los humanos

Es mucho lo que aún nos queda por conocer sobre el cerebro, la inteligencia y la comunicación gatuna. Pero, en relación a cómo nos ven los gatos o qué piensan de los humanos, el Dr. John Bradshaw, biólogo, etólogo y docente, tras años de investigaciones recompiladas en su libro “Cat Sense”, nos cuenta que los gatos no nos ven como humanos, sino que como una especie de “gato gigante” o una versión “agigantada” de ellos mismos.

Sería por esta razón que, a diferencia de los perros que sí reconocen al hombre como un individuo distinto a ellos mismos, los gatos no cambian sus formas de relacionarse con nosotros o su manera de actuar en nuestra presencia, sino que aplican los mismos códigos y vías de comunicación que emplearían para interactuar con sus congéneres, valiéndose principalmente de su lenguaje corporal para expresar sus estados de ánimo, necesidades y percepciones sobre el entorno.

Otra conclusión bastante graciosa a la que ha llegado el Dr. Bradshaw es que, más allá de entender su diferencia de tamaño en relación a los seres humanos, los gatos también perciben que, como gatos, somos bastantes ‘torpes’. Evidentemente, esto se debe a que, siendo en realidad humanos, no entendemos ni dominamos las vías de comunicación y los códigos de conducta social de los gatos, ni tampoco tenemos sus sentidos e instintos tan aguzados. De hecho, si cada tanto tu gato te ‘regala’ una presa, esta es una señal de que te quiere, pero percibe tus escasas habilidades de caza y te ofrece un recurso que considera muy valioso para tu supervivencia.

Así mismo, el Dr. Adam Miklósi, otro de los expertos en el ámbito del comportamiento animal, pero más dedicado a los perros, ha observado en investigaciones conjuntas con otros profesionales que los gatos comparten con los perros la capacidad de comprender lo que los otros animales, incluidos los humanos, tratan de comunicarles a través de sus propios medios de comunicación, gracias, principalmente, a la observación de sus hábitos y el análisis de su lenguaje corporal. Probablemente es por ello que muchos tutores están seguros de que sus gatos les hablan, en especial si comparten su hogar con una raza felina naturalmente más ‘habladora’ como los gatos siameses.

A modo de curiosidad, después de esta larga explicación, quizá te interese descubrir "Cómo saber si un gato te considera su madre". ¡No te lo pierdas!

Qué piensan los gatos - Qué piensan los gatos de los humanos

Cómo piensan los gatos

Esta es, probablemente, la pregunta más difícil que nos toca responder en este artículo, ya que conocemos realmente poco sobre las formas de pensar de los gatos y cómo perciben cada estímulo e individuo con los que tienen contacto a lo largo de su vida.

Lo que sí sabemos es que cada gato es un mundo y, más allá de que todos comparten algunos comportamientos instintivos que son innatos en su especie, tanto su personalidad como su comportamiento están fuertemente influenciados por el entorno donde viven y la educación que reciben de sus tutores.

Entonces, si bien los instintos cumplen un rol clave en cómo piensan los gatos, hay otros factores externos a su organismo y a su herencia genética, que influyen en sus pensamientos y sus habilidades para reaccionar ante diferentes estímulos e interactuar con individuos de diversas características. En este sentido, las experiencias e interacciones que un gato ha tenido, principalmente durante sus primeras semanas de vida, resultan determinantes y pueden tanto favorecer un comportamiento más equilibrado y resiliente, como conductas excesivamente miedosas o incluso una fuerte tendencia a recurrir a respuestas agresivas ante circunstancias o personas desconocidas y a estímulos que les resultan poco agradables.

Por esta razón, es muy importante tomar en serio la socialización de los gatos, que debería iniciarse antes de su sexta o séptima semana de vida, ya que en este período crítico ocurre el reconocimiento de las “especies amigas”. Ten en mente que un gato que es correctamente socializado desde una temprana edad, tiene la posibilidad de asimilar un mayor número de recursos para gestionar sus propias emociones e interactuar de formas más amigable con una variedad de entornos, estímulos e individuos, lo que resultará en un comportamiento más estable y una mayor apertura para explorar el mundo que lo rodea, sin ‘obstáculos’ derivados de la inseguridad o del miedo excesivo.

Para ayudarte en este proceso, en SoyUnGato te contamos "Cuándo y cómo socializar a un gato correctamente".

Por último, pero no menos importante, debemos mencionar que la inteligencia de todo y cualquier animal puede ser favorecida o inhibida por factores externos y por la presencia o ausencia de una buena estimulación. Entonces, si quieres que tu gato desplegué toda sus habilidades cognitivas, sensoriales, sociales y emocionales, más allá de socializarlo correctamente, asegúrate de ofrecerle un ambiente enriquecido y presentarle juegos de inteligencia con regularidad.

Además, debes saber que es posible, aunque requiera paciencia, adiestrar a un gato usando el refuerzo positivo para recompensar sus buenas conductas y motivarlo a aprender cada vez más. Para saber más, no dejes de echar un vistazo a nuestro artículo “Cómo educar a un gato desde cachorro".

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Bibliografía
  • Abdai, J. Uccheddu, S. Gácsi, M. Miklósi, A (2022). “Chasing perception in domestic cats and dogs”. Animal Cognition 25:1589–1597.
  • Brogaard, B. (2013). “How Smart Is Your Cat?” Psychology Today. Disponible para consulta en: https://www.psychologytoday.com/us/blog/the-superhuman-mind/201302/how-smart-is-your-cat-1
  • Diccionario de la Real Academia Española. Disponible para consulta en: https://dle.rae.es/pensar
  • Mann, M. (1979). "Sets of neurons in somatic cerebral cortex of the cat and their ontogeny". Brain Research Reviews. 180
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