Qué pasa cuando un gato muere en casa

Qué pasa cuando un gato muere en casa

A ningún tutor le agrada pensar en la muerte de un gato. Sin embargo, forma parte de los ciclos de la vida y conviene estar informados sobre los pasos a dar con el fin de actuar de forma diligente, proporcionándole el adiós que merece y cumpliendo con la legislación vigente. Por tanto, en este artículo de SoyUnGato queremos hablarte de qué pasa cuando un gato muere en casa.

A partir de los 8 años, los gatos se adentran en la vejez y sus necesidades nutricionales y de juego varían. En esta etapa es natural que prefieran pasar más tiempo solos en estancias alejadas del bullicio, especialmente si hay niños en casa. Por la noche pueden sentirse angustiados y buscar los mimos de su humano de referencia. Si tu gato sénior pasa la mayor parte del día ausente, inapetente y apático, podría estar manifestando síntomas que indican que se muere.

Qué hacer si mi gato muere en casa

Cuando nos topamos con la desagradable situación de ver morir a nuestro minino, hay varias decisiones que habremos de tomar. Por lo general, la muerte de un gato suele estar precedida de una enfermedad y muchos tutores optan por la eutanasia cuando la situación es irreversible con el ánimo de evitar sufrimiento al animal. Cuando el gato muere en la clínica veterinaria, ellos suelen ocuparse de la incineración y de los trámites burocráticos.

Sin embargo, si te preguntas qué pasa cuando un gato muere en casa, corresponde al tutor en cuyo nombre haya sido registrado al animal darlo de baja en el Registro General de Animales de Compañía y, en algunos casos, dependiendo del ayuntamiento, también en el censo municipal. Igualmente, el tutor deberá decidir si ponerse en contacto con los servicios municipales de recogida de animales muertos o acudir a la clínica veterinaria.

En ambos casos, se procederá a la incineración del gato, si es que lo que se desea. Para ello, hay dos opciones:

  • Incineración colectiva. Se trata de un protocolo que en ciertos ayuntamientos, como, por ejemplo, en el de Barcelona, tiene un coste que varía en función del peso del animal. En otros municipios, en cambio, es gratuito. En ambos casos, la familia del gato fallecido no tendrá acceso a las cenizas de su ser querido.
  • Incineración individual. La incineración individual que acometen algunas empresas sí permite obtener las cenizas del gato fallecido. Se trata de una alternativa más cara, pero, a cambio, la familia puede velar al animal, presenciar la cremación y, una vez finalizada, recoger las cenizas. Atendiendo a las normas vigentes, conviene consultar con el ayuntamiento correspondiente la posibilidad de esparcir las cenizas en montañas cercanas o en el mar. En este último caso, los consistorios suelen otorgar las licencias a empresas de alquiler de embarcaciones.

Existe otra alternativa a las incineraciones mencionadas: inhumarlo en un cementerio de animales domésticos. La mala noticia es que en España apenas existen 3 ciudades con cementerios de este tipo (Madrid, Barcelona y Valencia). A cambio de una cuota anual, la familia puede visitar a su gato fallecido cuando lo deseen. Si dispones de un seguro privado que contemple este servicio, no deberás hacer nada cuando tu gato haya muerto en casa, ya que tu seguro se encargará de todo.

¿Puedo enterrar a mi gato en casa?

Si te preguntas dónde llevar un gato muerto cuando dispones de un jardín o espacio verde de tu propiedad, debes saber que, de acuerdo con la legislación nacional española en vigor los animales domésticos, son considerados residuos urbanos. Por razones de salud pública, está expresamente prohibido enterrar a un gato muerto en un espacio no habilitado para ello y sin control. Si no resides en España, recomendamos consultar la legislación vigente en tu país para dar respuesta a esta pregunta.

La única salvedad la hallamos en determinados ayuntamientos que permiten las inhumaciones privadas, en jardines particulares, bajo estrictas medidas de seguridad. Así, se exige que el enterramiento se lleve a cabo en una zona apartada de núcleos urbanos, sin acuíferos próximos, a una determinada profundidad y siempre que el gato no hay fallecido por una patología infecciosa o contagiosa.

Para este tipo de inhumaciones privadas, una vez recabado el permiso municipal y en el caso de animales de no más de 30 kg de peso, conviene emplear compuestos, por ejemplo, a base de óxido de calcio y de magnesio, que desinfectan la tierra y la fertilizan. De este modo, tendremos la certeza que no estar poniendo en peligro la salud de nadie.

Cómo afrontar la muerte de un gato en casa

Quien ha convivido con un minino sabe qué significa la muerte de un gato en casa. Los recuerdos de su compañía, los buenos momentos, las rutinas junto a él, en definitiva, la vida en común lo inunda todo y cuesta decidir qué hacer con su cuerpo y sus enseres, más aún cuando la muerte no se ha producido en la vejez del gato. Pasado el mal trago inicial y procedido con su incineración o enterramiento, resulta necesario realizar un duelo.

Si en estos momentos estás atravesando este triste trance, desde SoyUnGato no podemos sino acompañarte en el sentimiento. Date permiso para llevar a cabo un duelo, que te ayudará a sanar esta herida y a recordar a tu gato como el buen compañero de vida que fue, y rodéate de personas que comprendan tu dolor. Esperamos que este artículo sobre qué pasa cuando un gato muere en casa te haya resultado de interés y te ayude a sobrellevar esta dura situación.

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