Problemas y enfermedades de la piel en gatos

Problemas y enfermedades de la piel en gatos

Son numerosas las patologías que pueden afectar a la piel de nuestro felinos. Estos trastornos nos resultarán fáciles de apreciar, ya que saltan a la vista, pero suelen presentar signos inespecíficos, es decir, comunes a varias enfermedades, lo que hace que sea complicado saber qué es exactamente lo que le está ocurriendo a nuestro gato. Por supuesto, tanto el diagnóstico como el tratamiento son competencia exclusiva del veterinario. A este profesional deberemos acudir si detectamos cualquier alteración en la piel de nuestro gato.

Además, la recomendación es llevarlo al primer síntoma, ya que si permitimos que la patología progrese no solo lo pasará peor el gato, sino que esta puede agravarse, dificultando y prolongando su recuperación. ¡Y algunas pueden ser contagiosas! En este artículo de SoyUnGato repasamos los problemas y enfermedades de la piel en gatos más comunes.

Tiña

La tiña y los gatos se han asociado siempre y, de hecho, es una enfermedad de la piel relativamente habitual, sobre todo en gatitos que no están en las mejores condiciones o gatos que presentan ya alguna enfermedad previa, por ejemplo, una inmunodeficiencia. La tiña no solo es perjudicial para ellos, sino que puede contagiarse a otros animales e incluso a las personas, en especial niños o adultos con el sistema inmune debilitado por algún motivo.

Se trata de una enfermedad fúngica, es decir, provocada por un hongo que se alimenta de la piel y que prolifera cuando las defensas del organismo no están en su mejor momento. La lesión que típicamente se asocia con la tiña es un área redondeada carente de pelo. La piel que se observa puede parecer sana o, al contrario, estar inflamada. En algunos casos, no siempre, hay también picor.

Tratamiento

De todas formas, es el veterinario quien tiene que confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, que suele consistir en la administración local o sistémica de antifúngicos. Además, hay que extremar las medidas de higiene y garantizar la calidad de vida del gato para mejorar sus defensas.

Consulta este otro artículo con toda la información sobre la Tiña en gatos.

Dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP)

La dermatitis es una inflamación de la dermis que puede deberse a diferentes causas. En este caso, el origen es la picadura de las pulgas. En concreto, la reacción se produce ante una proteína presente en su saliva. Esto hace que una única picadura pueda desencadenar DAPP en el gato.

Es una patología bastante común y que se caracteriza por provocar un intenso picor, con el consiguiente rascado/lamido para aliviarlo. Normalmente, encontraremos lesiones en la zona lumbosacra, perineal, abdominal, los flancos y el cuello. Al relacionarse con las pulgas, es posible que la enfermedad sea más frecuente en determinadas épocas del año de mayor proliferación de estos parásitos. De todas formas, los ambientes caldeados de nuestros hogares pueden alojar pulgas durante los 12 meses.

Tratamiento

Mejor que tratar esta molesta alergia, que puede requerir tratamiento en función de la gravedad de las lesiones, lo mejor es prevenir desparasitando a nuestro gato con regularidad, así como a los demás animales de casa, si los hubiera, siguiendo las indicaciones del veterinario.

Acné felino

Otra de las enfermedades de la piel en gatos más comunes es el acné felino. Este es el nombre que recibe una enfermedad que afecta a la zona del mentón del gato, aunque también puede llegar a los labios. Acostumbra a cursar con inflamación y con la aparición de unos pequeños puntos negros, como si fuesen arenilla. Estos puntos pueden evolucionar hasta convertirse en pústulas, apareciendo, además, edema, picor, inflamación en los ganglios linfáticos cercanos, infección, etc. Requiere tratamiento veterinario, que suele ser local y sencillo, si buscamos atención desde el primer momento y no esperamos a que las lesiones progresen.

Fibrosarcoma

El fibrosarcoma se relaciona en los gatos con la inoculación de inyecciones, pues se produce justo en el punto del pinchazo. Es un problema de piel en gatos no infrecuente y puede presentarse después de inyectar tanto vacunas como fármacos porque se produce una reacción del organismo ante algunas de las sustancias introducidas.

El primer signo es un abultamiento en el punto de aplicación que no va a generarle molestias al gato, pero que, con el paso del tiempo, que pueden ser semanas o meses, no desaparece, sino que se queda sin pelo y es posible que se forme una herida.

Tratamiento

El fibrosarcoma es una neoplasia cuyo tratamiento pasa por la extirpación quirúrgica, aunque la zona en la que acostumbra a salir puede no permitir una extracción completa, pues se trata de la cruz y alrededores, que es donde normalmente se ponen las inyecciones. El pronóstico es reservado.

Cáncer

Probablemente, el carcinoma de células escamosas sea el más habitual de entre los que pueden afectar a los gatos. Su inicio es posible que sea una dermatitis provocada por el sol y uno de los mayores problemas que presenta es que puede pasar desapercibido durante bastante tiempo.

Esto hace que, cuando se diagnostica, la enfermedad ya está muy avanzada, complicando el tratamiento y empeorando el pronóstico. Por eso, ante cualquier herida que no acaba de cicatrizar en zonas como las orejas o la nariz, la recomendación es acudir al veterinario en vez de esperar a que se cure sola.

En este otro artículo te hablamos sobre Cómo saber si un gato tiene cáncer.

Alopecia psicógena

Esta enfermedad de la piel en gatos no se debe a la presencia de ningún patógeno sobre la piel, sino que tiene una causa psicológica. Así, el gato pierde pelo porque se lame y acicala en exceso. Esta conducta, que podríamos calificar de obsesiva, es la respuesta ante una situación que le está provocando un gran estrés, como pudiera ser una mudanza, algún cambio en el hogar, incluso aunque a nosotros nos parezca irrelevante, la adopción de otro ejemplar, etc. Los gatos son muy sensibles, muy apegados a sus rutinas, y cualquier modificación puede repercutir en su bienestar.

Hay que distinguir la alopecia psicógena del efluvio telógeno, otro problema de piel en gatos que cursa con alopecia. En este caso, el gato no se lame en exceso, sino que la falta de pelo se debe a una situación de estrés que afecta a su ciclo normal. No requiere tratamiento, aunque habría que intentar mejorar las condiciones de vida del animal para evitarle estrés.

Tratamiento

La alopecia psicógena puede presentarse en cualquier parte del cuerpo a la que el felino llegue con la boca. El tratamiento pasaría por eliminar la causa del estrés, una tarea no siempre sencilla y en la que nos puede ayudar un etólogo o experto en comportamiento felino.

Dermatitis

Como ya comentamos, la dermatitis es una denominación general que hace referencia a la inflamación de la dermis. Un ejemplo de dermatitis es la DAPP que hemos explicado, pero hay más tipos de dermatitis que la causada por las pulgas. Por ejemplo, los gatos pueden desarrollar dermatitis atópica, que será una reacción alérgica, es decir, una reacción de hipersensibilidad ante algún elemento inocuo que no tendría por qué provocar ninguna reacción defensiva del sistema inmune.

Los signos clínicos incluyen picor, pérdida de pelo y heridas. Hay casos en los que también se detecta tos, estornudos o conjuntivitis. El tratamiento es complejo, ya que no siempre es posible descubrir el alérgeno o son muchos, por lo que acostumbra a basarse en el control y la reducción de la sintomatología.

Otra dermatitis que es interesante mencionar por su frecuencia es la provocada por la exposición al sol, por eso afecta a zonas sin pelo, con poca cantidad o de color claro. Es un problema más habitual en las orejas. Signos de alarma son enrojecimiento, descamación, alopecia, heridas, picor, costras en la piel del gato, etc. Además, puede acabar por evolucionar hasta convertirse en un carcinoma de células escamosas, un cáncer del que ya hemos hablado.

Para prevenir esta dermatitis habría que evitar el contacto directo con el sol, lo que es difícil en los gatos, pero podemos limitar su exposición y protegerlos. En los casos más graves, es posible que la única opción sea la amputación de la parte afectada de la oreja.

Sarna

Si de enfermedades de la piel en gatos más frecuentes se trata, no podemos olvidarnos de la sarna. Hablamos de sarna en general, pero, realmente, hay varios tipos de sarna que pueden afectar a los gatos, como son la sarna notoédrica y la sarna otodéctica, las más comunes en ellos. Estos tipos de sarna, todos causados por ácaros, tienen en común que se circunscriben a una zona.

Los signos que pueden alertarnos de su presencia son picor intenso, enrojecimiento, alopecia o heridas. En la sarna otodéctica, como indica su nombre, las lesiones estarán en las orejas. Además, podremos detectar la aparición de cera de un color oscuro y signos compatibles con otitis, que es una de las complicaciones en este caso. El veterinario será quien pueda confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento acaricida y contra los síntomas manifestados.

Abscesos

Los abscesos en los gatos son relativamente comunes, sobre todo si son machos enteros y con acceso al exterior. Esto es así porque un absceso no es más que una acumulación de pus que se encapsula bajo la piel, muchas veces causada por una lesión, como puede ser un mordisco durante una pelea.

Lo que veremos será un bulto de tamaño variable. Este puede presentar una superficie ulcerada o incluso abrirse, permitiendo la salida total o parcial de su contenido al exterior. Por eso es habitual observar que el gato tiene un agujero en la piel. Ante la localización de cualquier abultamiento en el cuerpo de nuestro gato, se hace necesario acudir al veterinario para confirmar de qué se trata y poder iniciar el tratamiento adecuado.

Enfermedades de la piel propias de los gatos persa

Al igual que cualquier otro gato, mestizo o de raza, los gatos persa pueden sufrir cualquiera de los problemas y enfermedades de la piel que hemos mencionado. Pero, además, por características que les son propias, tienden a padecer algunas otras patologías, como son la seborrea hereditaria y la dermatitis facial idiopática.

En el primer caso, los gatos, ya desde las primeras semanas de vida, muestran más grasa de la habitual en la piel y en el pelo, espinillas y demasiada cera en las orejas. Algunos gatos manifiestan este tipo de seborrea con mayor gravedad, ya desde el nacimiento, a través de un exceso de grasa, mal olor y descamación. Requiere tratamiento veterinario, generalmente a base de la aplicación de champús específicos.

Por su parte, en la dermatitis facial idiopática lo que sucede es que se produce una secreción de color oscuro en ojos, boca y nariz de los gatitos, que acaba por formar costras. Se cree que es debido a una alteración en las glándulas sebáceas. Es una enfermedad que puede agravarse, apareciendo infecciones, picor, otitis, etc. Al igual que la anterior, necesita tratamiento veterinario para controlar la sintomatología.

Las enfermedades de la piel en gatos, sea cual sea, deben ser tratadas por profesionales, es por ello que es fundamental acudir al centro veterinario ante la presencia del primer síntoma.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

Si deseas leer más artículos parecidos a Problemas y enfermedades de la piel en gatos, te recomendamos que entres en nuestra sección de Problemas y trastornos.

Bibliografía
  • Rejas López, J. Dermatología Clínica Veterinaria. Universidad de León.