Por qué mi gato me muerde fuerte

Por qué mi gato me muerde fuerte

Los gatos muerden por diferentes razones y las mordidas no siempre son un signo de agresividad. No obstante, cuando un gato muerde fuerte, esto debería ser interpretado como una señal de alerta que puede indicar problemas en el vínculo y la comunicación, así como la ausencia de una adecuada socialización. Si estás teniendo este tipo de problemas en la convivencia con tu gato, has llegado al sitio perfecto, pues en SoyUnGato intentaremos responder a preguntas muy frecuentes como: por qué mi gato me muerde fuerte” o qué pasa si mi gato me muerde fuerte”. ¡Sigue leyendo y descubre las respuestas!

Por qué mi gato me muerde

El acto de morder es inherente al comportamiento de los felinos y necesario para su supervivencia, pues les permite, entre otras cosas, empezar a conocer su entorno cuando aún son cachorros y alimentarse a lo largo de toda su vida, sobre todo cuando viven en un entorno natural y dependen de la caza para obtener sus alimentos, e incluso cuando reciben una alimentación cruda o BARF en un entorno doméstico.

Así mismo, cuando un gato muerde a su humano, podemos hablar de algunas razones más específicas y, para entenderlas, en primer lugar es necesario diferenciar los mordisquitos, que pueden aparecer en circunstancias de juego, de una mordida fuerte. Cuando un gato muerde fuerte, generalmente es una clara señal de que se siente amenazado o profundamente incómodo con algo que la persona está haciendo o con alguna circunstancia o ambiente que involucran la presencia y/o la acción del humano. Y es importante entender que, por lo general, antes de realizar un ataque directo con mordidas y arañazos, los gatos suelen desplegar una serie de señales a través de su lenguaje corporal, como los movimientos de la cola, que indican su incomodidad en este contexto y que solicitan el cese del estímulo (o de los estímulos) que le hacen sentir estresado, amenazado o molesto. Entonces, cuando un tutor se pregunta por qué mi gato me muerde fuerte sin razón”, muchas veces es porque no logra percibir estas señales que anteceden las mordidas y cree que su gato le ha mordido “de la nada”, cuando, en realidad, esta es una respuesta extrema a un estímulo desagradable que el propio tutor puede estar generando con su comportamiento.

Veamos algunos ejemplos de situaciones en las que un gato puede morder fuerte a su cuidador para decirle muy claramente “¡Basta ya!”.

Haces algo que le molesta a tu gato

Una situación clásica es cuando tratas de acariciar zonas muy sensibles de su cuerpo, y en especial su barriga. Cuando un gato se pone panza arriba, esta suele ser una excelente señal de que está relajado y seguro en su ambiente, pero no debe ser interpretado como una invitación a que lo acariciemos en esta región. De hecho, a la mayoría de los gatos no les gusta nada que le toquemos la panza y, si intentamos hacerlo, probablemente nos ganaremos una mordida que, eventualmente, puede ser fuerte, dependiendo de cuán sorprendido y molesto esté con nuestro abordaje invasivo.

Para evitar este tipo de situación, vale la pena conocer las Cosas que los gatos más odian.

Usas métodos inapropiados para educarlo

Lamentablemente, muchos tutores aún emplean métodos contraproducentes y peligrosos, como el regaño, los castigos y el encierro, para indicar a sus gatos que han llevado a cabo una conducta inapropiada, como puede ser orinar o defecar fuera del arenero o arañar cortinas y muebles del hogar. El principal problema de estos métodos “educativos” es que suponen una exposición sistemática a emociones negativas, como el miedo, que pueden ser disparadores de una serie de problemas de comportamiento, incluso de la agresividad en los gatos.

Veamos un ejemplo. Cuando decides regañar a tu gato horas después de que haya hecho algo “malo”, solo lograrás que él se sienta confundido con tu comportamiento y no sepa cómo actuar para aliviar tu enfado. Y cuanta más violencia transmitas a través de tu comportamiento, ya sea física o verbal, mayores serán las probabilidades de que tu gato se sienta amenazado en esta circunstancia y recurra a una respuesta defensiva o directamente ofensiva para protegerse de los daños que puedes llegar a ocasionarle.

Además, el empleo de estos métodos perjudica seriamente el vínculo con tu minino y ni siquiera resultan eficientes, pues solo con regañar o castigarlo no logras enseñarle cómo debería comportarse para no hacerte enfadar. Por ello, lo más recomendable es apostar por el refuerzo positivo a la hora de educar a tu gato.

No le brindas un ambiente positivo

A veces, los tutores pueden acabar favoreciendo la aparición de problemas de conducta en sus gatos más por omisión que por un accionar activo. Por ejemplo, si no brindas a tu gato un ambiente positivo y enriquecido, donde pueda sentirse seguro y mantener activos su cuerpo y su mente, le obligas a llevar una rutina sedentaria que conlleva al cúmulo de tensión y favorece el desarrollo de síntomas de estrés. Y un gato estresado es mucho más propenso a desplegar respuestas defensivas u ofensivas a una serie de estímulos.

Por ello, una medida preventiva básica para evitar que tu gato te muerda y presente otras conductas asociadas a la destructividad y la agresividad es invertir en el enriquecimiento ambiental.

Por qué mi gato me muerde fuerte de la nada

Los gatos nunca muerden de la nada, siempre tienen un motivo que les ha llevado a tener ese comportamiento. Por tanto, es fundamental que te fijes en otras señales que suelen emitir antes de morder, como los movimientos de la cola y orejas o su posición corporal. En general, cuando un gato muerde fuerte de la nada suele indicar que algo le molesta o le incomoda, que está estresado o enfermo.

Si las situaciones detalladas en el apartado anterior no se aplican a la realidad de tu minino y percibes que las mordidas que te profiere aparecen sin un motivo específico o sin que hayas hecho algo en particular que puede generarle incomodidad, es importante considerar las siguientes posibilidades:

Está estresado

Más allá de una rutina sedentaria en un ambiente empobrecido, son muchas las fuentes de estrés que pueden presentarse en el día a día de los gatos. Por ejemplo:

  • Cambios repentinos en su alimentación o rutina.
  • Una mudanza.
  • La introducción de un nuevo gato al hogar.
  • La llegada de un nuevo miembro a la familia.

Si tu gato ha empezado a morderte fuerte y sin una razón específica, y también muestra otros síntomas de estrés, es importante que pongas atención a su entorno y su rutina para intentar identificar una causa específica y, si no logras hacerlo, no dudes en consultar con un veterinario.

Por otro lado, si has decidido adoptar a un nuevo minino, aquí te contamos Cómo hacer que dos gatos se lleven bien. Y si estás planificando una mudanza, te recomendamos la siguiente lectura: “Cómo mudarse con un gato”.

Tienes problemas de comunicación con tu gato

Los gatos tienen un sistema comunicacional distinto al nuestro y emplean todo su cuerpo para expresar sus emociones e interactuar con sus congéneres, con los humanos y los demás individuos que se encuentran en su entorno. Las diferencias en términos de conducta social y vías de comunicación entre gatos y humanos, puede generar ciertos conflictos en el día a día cuando un tutor no sabe interpretar las conductas, gestos y posturas que componen el lenguaje corporal de los gatos.

Por ejemplo, si para nosotros el acto de mirar a los ojos indica que ponemos atención a nuestro interlocutor y nos interesamos por lo que nos dice, en el idioma felino mirar fijamente a los ojos es interpretado como una especie de reto, el cual puede hacer que se sienta intimidado o amenazado y reaccione para prevenir cualquier ataque a su integridad. Por ello, puede parecer que tu gato te muerde fuerte de repente.

Está enfermo

Es muy común que el comportamiento y el estado de ánimo cambie de un gato debido al dolor o a síntomas neurológicos provocados por diferentes trastornos y enfermedades. Entonces, si tu gato te muerde sin razón y antes no solía hacerlo, es importante llevarlo al veterinario para descartar cualquier causa patológica.

En este otro artículo hablamos de los Síntomas de dolor en gatos.

Por qué mi gato me muerde fuerte jugando

La respuesta a esta pregunta suele estar en una inadecuada o nula socialización, cuyos efectos negativos pueden agravarse cuando un gato ha sido separado prematuramente de su madre cuando aún era un cachorro, o en jugar de forma incorrecta, por ejemplo, con nuestras manos. Veamos más en profundidad los motivos de esta conducta:

  • Separación prematura. En los gatos cachorros, morder es un comportamiento exploratorio natural que les permite empezar a conocer e interactuar con su entorno, los individuos y recursos que allí se encuentran. Su madre será la responsable de enseñarle los pilares de la comunicación y la conducta social de los gatos, así como los límites del juego. Y es por esto que los gatitos que son separados prematuramente de su madre y sus hermanos son más propensos a desarrollar problemas de comportamiento y conductas agresivas relacionadas con los juegos. Entonces, el primer paso para asegurarte de que tu gatito tenga un óptimo desarrollo físico, cognitivo y social es esperar a que completen el periodo de destete antes de separarlos de su madre.
  • Falta de socialización. Otra clave para evitar las conductas agresivas asociadas al juego es empezar a socializar a tu gato desde cachorro, y preferiblemente entre su segunda y séptima semana de vida, ya que en este periodo se da el reconocimiento de las especies amigas. Así mismo, es posible y muy necesario socializar también a los gatos adultos para favorecer su interacción con otros individuos, estímulos y entornos, y prevenir todo tipo de problema de conducta. Para ayudarte, en SoyUnGato te contamos Cómo y cuándo socializar a los gatos.
  • Reforzar conductas indeseadas. Es importante que no fomentes ni refuerces en un gatito las conductas que no deseas ver reflejadas en el comportamiento de un gato adulto. Entonces, si no quieres que tu gato te muerda jugando, no permitas que lo haga cuando es un cachorro para evitar que esto se convierta en una costumbre asimilada con total naturalidad por tu compañero. Y si necesitas más consejos, echa un vistazo a nuestra guía de Cómo educar a un gato desde cachorro.

Qué hacer si mi gato me muerde

Te habrás dado cuenta de que, mientras hablábamos de los principales motivos por los que tu gato te muerde fuerte, hemos compartido varios consejos para evitar que esta situación siga repitiéndose. Y habrás percibido también que muchos de ellos se basan en, fundamentalmente, proveer los cuidados básicos que todo y cualquier gato necesita para tener una buena salud y un comportamiento equilibrado, cuyos pilares son:

  • Socializarlo adecuadamente y preferiblemente desde sus primeras semanas de vida.
  • Educarlo desde cachorro, empleando métodos como el refuerzo positivo que propician la asimilación de conductas deseables y aumentan la motivación.
  • Brindarle un ambiente enriquecido y positivo donde se sienta cómodo para expresarse libremente y pueda ejercitar su cuerpo y sus sentidos.
  • Ofrecerle una medicina preventiva para prevenir numerosos problemas de salud, la cual debe incluir una alimentación completa y equilibrada que supla los requerimientos nutricionales de cada etapa de su vida, la aplicación de las vacunas previstas en el calendario, la realización de las desparasitaciones internas y externas e idealmente una o dos visitas anuales al veterinario para constatar su estado de salud.

Qué hacer si mi gato me muerde fuerte y no me suelta

No obstante, aún nos queda una pregunta sin responder, que es: “qué hago si mi gato me muerde fuerte jugando y no me suelta”. En esta situación, probablemente lo primero que pasará por tu cabeza será liberarte de la mordida para aliviar el dolor que sientes. Pero es importante que no hagas fuerza ni intentes tironear porque puedes acabar lastimándote aún más. Lo mejor, en estos casos, es mantener la calma, decir a tu gato un firme “¡NO!” y ofrecerle un juguete que sí pueda morder.

Con esta actitud, le indicas a tu gato de forma clara y objetiva que morder tus manos no es una parte aceptable del juego, al mismo tiempo que le enseñas que debe reservar sus mordidas para los recursos específicamente destinados a este fin (mordedores o juguetes). Además, logras desviar su atención de la situación que lo ha llevado a morderte y podrás liberarte de la mordida sin mayores riesgos de lastimarte. Por otro lado, cada vez que tu minino juegue contigo de una manera amigable (sin morderte las manos o lastimarte de ninguna manera), recuerda ofrecerle un premio para reforzar la conducta deseada y seguir estimulando su aprendizaje. En el siguiente artículo, te explicamos con más detalles cómo llevar a cabo esta técnica: “Cómo regañar a un gato correctamente cuando muerde”.

Por último, si percibes que tu gato se está volviendo agresivo, no dudes en acudir al veterinario para, antes de nada, investigar la existencia de una enfermedad subyacente y la necesidad de iniciar un tratamiento. Y si después de haber descartado cualquier causa patológica tu minino sigue mordiéndote y mostrando otros signos de agresividad, te recomendamos buscar la ayuda de un experto en etología felina o un educador de gatos.

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