Por qué mi gato me lame y luego me muerde

Desde que son cachorros los felinos tienen muy presente el lamido en su cotidianidad. Sus madres los lamen para impregnarlos de su olor y así poder reconocerlos. De adultos, el acicalamiento mutuo es una forma de proporcionar bienestar a sus seres queridos. La lengua de los gatos atesora unas finas espinas de queratina, cuya misión es desenredar el pelo, eliminar la suciedad adherida y peinar su manto. En las sesiones de acicalamiento los gatos se mordisquean y lamen para proveerse una limpieza profunda.

Siempre que tu mascota te lame está mostrando su cariño por ti, ya que te está acicalando como parte de su familia que eres o porque ha asociado que esa conducta genera una respuesta positiva en ti. Sabe que te gusta y desea tener una deferencia contigo. Sin embargo, si el lamido es insistente y compulsivo deberás consultarlo con tu veterinario porque podría estar relacionado con un episodio de ansiedad o estrés que debe ser tratado.

Te dejamos el siguiente artículo sobre Cómo es la lengua de un gato para que puedas tener más información.

De acuerdo con la experiencia de los etólogos, en los gatos que han sido separados antes del mes de vida de su madre y de sus hermanos suele ser usual que mientras los acariciamos comiencen a morder. Esto es debido a que no han tenido la oportunidad de aprender, junto a sus hermanos, a moderar sus impulsos ante la necesidad del juego.

En estos casos, resulta esencial no alentar las persecuciones ni promover el juego basado en que se abalance contra ti. Puedes facilitarle juguetes de cuerda o peluches para que los muerda y libere su energía sin que te lastime. Posibilitarle que te huela antes de acariciarlo suele ayudar. Acostúmbrate a acercar tu mano hacia su nariz lentamente y así podrá reconocerte.

Si, por el contrario, los mordiscos son suaves y repetitivos es un claro síntoma de que tu mascota está bien socializada e indica que existe un saludable vínculo entre vosotros. Posee el suficiente autocontrol corporal para comunicarte que desea jugar contigo.

En otras ocasiones, el mordisco revela un cierto hartazgo o la preferencia de no mantener contacto físico. Es su particular forma de expresarte que ya ha tenido suficiente diversión por hoy y que desea estar solo. Podrías interpretarlo como una señal de advertencia de que desea mantener las distancias o, incluso, que no estás acariciándolo en sus zonas favoritas (cuello, barbilla, parte trasera de la cabeza). Te contamos Cómo acariciar a un gato correctamente a continuación.

En este contexto, deberás atender a su lenguaje no verbal para saber cuál es su verdadero nivel de tolerancia en ese momento. En concreto, nos referimos a si (en este orden ascendente de enfado):

• Deja de ronronear.
• Cambia de postura.
• Da golpes con la cola.
• Se le eriza el pelo.
• Las pupilas están dilatadas.
• Retira las orejas hacia atrás aplanándolas como un avión.
• Gruñe.

Descubre "Cómo calmar a un gato enfadado" y más detalles sobre "¿Por qué muerden los gatos?" en los siguientes posts de SoyUnGato.

Ahora bien, ¿qué significa cuando un gato te lame y muerde? Por regla general, el supuesto que estamos tratando, el de lamer y después morder, implica mordiscos de bajo perfil acompañados de un tono corporal relajado. Sin duda, se trata de una conducta que no ha de preocuparte, sino todo lo contrario.

Cuando mi gato me lame y me muerde se trata de una muestra de afecto, ya que estos mordiscos son más suaves y controlados que los de un gato enfadado. Si te preguntas por qué mi gato me muerde la nariz después de lamerme, por ejemplo, no tienes que asustarte. Aun así, siempre tenemos que tener en cuenta el carácter de nuestro gato y ser observadores. Quizás nos encontramos en una sesión de caricias intensa y tu gato no la está disfrutando, por lo que estaríamos ante un mordisco de advertencia para que dejes de hacerlo.

Por último, también podemos estar ante un mordisco como consecuencia de su propia sesión de acicalamiento. Es normal que mientras tu gato se acicala y, por lo tanto, se limpia, acabe propiciándose a sí mismo algún que otro mordisco. Sería algo completamente normal que, en una sesión de mimos entre vosotros dos, mi gato se frota y me muerde, después o antes de lamerme.

Ahora que ya sabes por qué mi gato me muerde suave cuando lo acaricio, queremos destacar la importancia de saber entender la conducta de tu felino. Aunque resulta bastante obvia la diferencia entre los mordiscos por enfado, los mordiscos de advertencia y los mordiscos por juego que te puede propiciar tu pequeño felino, siempre hay que tener en cuenta que no hay que agobiarlo ni obligarlo a estar a nuestro lado. Mientras que cuando está enfadado podemos ver su cuerpo rígido, encorvado e incluso erizado, cuando nos muerde de forma suave y juguetona suele ronronear también.

Si te encuentras en una situación donde mi gato me muerde suave cuando lo acaricio, o mi mato me amasa y muerde después, probablemente estés buscando también una solución. Vamos a ver qué es lo que puedes hacer.

Si, pese a su buen propósito, este ritual no es de tu agrado o si realmente sus mordiscos te duelen deberás atender a las siguientes recomendaciones:

• No pierdas la calma ni lo regañes: resultaría del todo contraproducente. Lo único que lograrías es consolidar precisamente lo que te desagrada.
• Cesa de acariciarlo y toma distancia de él: si cada vez que te lame y después te muerde actúas así acabará asociándolo y asimilará que no es lo que esperas de él.
• Por contra, refuerza las conductas que sí te agraden: como el ronroneo o el lamido premiándolo con, por ejemplo, su snack o golosina favorita.
• Dale tiempo para que lo interiorice: no esperes que lo aprenda de un día para otro.

En definitiva, la curiosa conducta que responde a la pregunta de ¿por qué mi gato me muerde y luego me lame? constata lo mucho que significas para él. Por tanto, ya lo sabes, la próxima vez que suceda regálale una buena dosis de mimos siempre y cuando él la acepte.

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