Por qué los gatos duermen tanto

Por qué los gatos duermen tanto

Si tienes un gato en casa seguro que te has dado cuenta de que buena parte de su tiempo lo dedica al sueño. Y es cierto, ya que los gatos son animales que, en condiciones normales, van a dormir bastante más tiempo que nosotros, sobre todo si son pequeños o ya mayores. En este artículo de SoyUnGato vamos a explicar por qué los gatos duermen tanto, por qué los aún bebés duermen todavía más horas y cuándo estamos ante un exceso de sueño que nos puede indicar la existencia de alguna alteración física o psicológica.

Por qué los gatos bebés duermen tanto

Los gatitos bebés, durante su primer mes de vida, experimentan un sueño profundo y prolongado hasta por unas 12 horas de cada 24. El resto del tiempo maman y comienzan a interactuar con su entorno, además de pasar por periodos de sueño más ligeros, lo que les puede llevar a dormir hasta un total de 20 horas diarias.

Pasado este tiempo, su pauta de sueño ya se va asemejando más a la que siguen los adultos, que explicaremos en el siguiente apartado. Pero, ¿por qué los gatitos necesitan dormir tanto?

Parece que el patrón que hemos descrito, con periodos largos de sueño prolongado, a diferencia de los gatos adultos, se relaciona con el crecimiento, que es máximo en esta primera etapa. Mientras los pequeños duermen, y solo durante la fase de sueño profundo, su hipófisis está segregando la hormona del crecimiento.

Por eso necesitan más horas con este tipo de sueño que los gatos adultos. Como señalamos, a partir de las 4 semanas los gatitos van dejando de dormir 20 horas para comenzar a explorar su entorno, acercándose ya a los horarios que manejan los gatos adultos.

Te contamos más sobre Cómo es el crecimiento de un gato en este post de SoyUnGato.

Por qué los gatos adultos duermen tanto tiempo

Es cierto que los gatos duermen, en general, mucho más tiempo que nosotros en el mismo periodo de 24 horas. En concreto, duermen entre 12-16 horas, pero esto no significa que durante todo ese tiempo lo hagan de forma profunda. Al contrario, los gatos alternan diferentes tipos de sueño.

Así, mientras nosotros al llegar a la edad adulta acostumbramos a dormir 7-8 horas seguidas a lo largo de la noche y nada durante el día, los gatos presentan un patrón de sueño muy diferente en el que se intercalan tres tipos de sueño según su nivel de alerta:

  • El sueño superficial: "siesta de gato" o catnap en inglés.
  • El sueño ligero: que dura una media hora.
  • El sueño profundo o REM: de solo unos minutos.

Si nos fijamos en nuestro gato, nos daremos cuenta de que a veces parece dormido, pero reacciona, por ejemplo mueve una oreja o entreabre los ojos si pasamos a su lado o suena algún ruido. En cambio, otras veces, estará tan profundamente dormido que no se enterará si nos acercamos.

Normalmente, esta fase de sueño profundo dura solo unos pocos minutos y en ella el gato puede realizar movimientos involuntarios en distintas partes del cuerpo e incluso emitir sonidos, aunque se encuentra en completa relajación.

Una explicación a este patrón de sueño puede estar en que los gatos son unos depredadores muy eficientes. Esto es, no necesitan pasar el día buscando comida o cazando. Cuando tienen hambre, son capaces de hacerse con una presa muy pronto, en un ataque rápido y certero. Después, con el apetito saciado, pueden descansar y dormir hasta la siguiente comida. En otras palabras, el gato es una máquina de cazar que consigue con rapidez presas que cubren sus necesidades nutricionales, sobrándole tiempo para otras actividades.

Esta hipótesis coincide con las explosiones de actividad que podemos ver en casa. Es decir, el gato duerme, pero, cuando se despierta, es normal que desarrolle una actividad incluso frenética, jugando, saltando, corriendo, etc., sobre todo cuando son más jóvenes. Es lo que en la naturaleza perfectamente podría corresponderse con un episodio de caza.

Ahora que ya sabes por qué los gatos duermen tanto en el día y también durante la noche, ten en cuenta que suele haber una variación en las horas de sueño según la edad. Ya hemos visto que los gatitos, al inicio de su vida, duermen más horas que los gatos adultos, pero nos falta señalar que, con la edad, cuando los gatos comienzan a ser ancianos, van a volver a dormir un poco más, ya que tendrán menos energía, algunos achaques y más necesidad de descanso.

Esto no quiere decir que la edad sea la explicación para todo lo que les pase y que no haya que acudir al veterinario. Podemos mejorar su calidad de vida si detectamos precozmente distintas patologías.

Cuándo no es normal que un gato duerma tanto

Aunque, como hemos dicho, es normal que nuestro gato duerma buena parte del día, veremos que el resto del tiempo despliega su actividad esperable. Esto es, come, juega, utiliza el arenero, interactúa con nosotros, se autoacicala, etc.

Si de repente notamos que esta actividad se reduce y el gato pasa todavía más tiempo del normal durmiendo, puede ser señal de algún problema. Estaríamos ante un signo clínico conocido como somnolencia o letargo.

Es completamente normal que un gato pueda dormir algo más si lo acabamos de:

  • Castrar.
  • Vacunar.
  • Hace mucho frío.
  • Hace mucho calor.
  • Se está recuperando de alguna enfermedad.

Pero si nada de esto ha sucedido y de pronto duerme mucho, hay que preocuparse, sobre todo si se trata de un gatito pequeño, un ejemplar mayor o de un gato que padece ya alguna enfermedad.

Tampoco hay que esperar si detectamos otros síntomas además de la somnolencia, como:

  • Anorexia.
  • Modificaciones en la ingesta de agua.
  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Cambios en el uso del arenero.

Es necesario un examen veterinario para saber si el gato padece alguna enfermedad. Hay múltiples posibilidades, pues la somnolencia puede deberse a patologías infecciosas, parasitarias, degenerativas, crónicas, etc. El profesional llegará al diagnóstico realizando las pruebas necesarias y, en base a ello, nos indicará el tratamiento más adecuado.

Pero si el gato está completamente sano, el dormir mucho puede ser indicativo de que está pasando por un periodo de estrés intenso, quizás motivado por algún cambio en su hogar o rutinas. En estos casos, será el experto en conducta felina o etólogo quien pueda ayudarnos.

No dudes en leer este post sobre el Estrés en gatos: síntomas y cómo actuar.

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Bibliografía
  • Morris, Desmond. (1988). Observe a su gato. Barcelona: Plaza & Janés.