Mi gato hace un ruido como si se ahogara: causas

Mi gato hace un ruido como si se ahogara: causas

Cuando convivimos con un gato son muchas las preocupaciones que nos pueden asaltar. Entre las más importantes están las relativas a la salud. Por ello, es normal que ante una situación en la que nuestro gato parece ahogarse nos alarmemos y nos preguntemos cómo debemos actuar para solucionarlo cuanto antes. Hay que tener claro que es probable que sea necesario acudir al veterinario, ya que es el único profesional que puede averiguar qué le pasa a nuestro gato y pautar un tratamiento para que mejore.

En este artículo de SoyUnGato vamos a repasar los motivos que acostumbran a estar detrás de este comportamiento del gato, de forma que podamos prevenirlo, en lo posible, antes de que se produzca. Si tu gato hace un ruido como si se ahogara, sigue leyendo sobre sus causas más probables.

Bolas de pelo

A poco que observemos a los gatos nos daremos cuenta de que pasan buena parte de su tiempo autoacicalándose, esto es, recorriendo su cuerpo con su lengua rasposa para eliminar cualquier resto de suciedad, parásitos, elementos adheridos, etc. En esta operación es habitual que ingieran pelo, que atravesará su sistema digestivo hasta ser eliminado con las heces. Pero, en ocasiones, el gato expulsa el pelo por la boca o lo intenta. Por ese motivo, podemos notar que nuestro gato hace ruidos raros con la garganta, pues está intentando deshacerse de las bolas de pelo. Se corresponden con arcadas y pueden verse seguidas o no del vómito.

Qué hacer

La recomendación es evitar esta situación teniendo en cuenta varias medidas preventivas, como son una alimentación rica en fibra que favorezca el tránsito intestinal, al igual que una correcta hidratación y la práctica de ejercicio, el cepillado regular (el pelo en el cepillo no acaba en el estómago del gato) y, si es necesario, la administración de malta, que también ayuda al tránsito digestivo.

No hay que olvidar que el pelo ingerido, mezclado con el bolo alimenticio y los jugos gástricos, puede dar lugar a la formación de bolas del pelo que el gato no sea capaz de expulsar, ni por las heces ni mediante el vómito. Si el gato no consigue eliminarlas, puede sufrir una obstrucción digestiva parcial o completa que requerirá la intervención del veterinario y, en ocasiones, incluso una operación.

Hablamos de todo ello en este artículo: "Bolas de pelo en gatos".

Traqueítis

La traqueítis es la inflamación/infección de la tráquea. En los gatos es muy frecuente que tenga un origen vírico. En concreto, herpesvirus y calicivirus suelen ser los responsables, juntos o por separado, de una enfermedad conocida como rinotraqueítis felina, que provoca dolor en la deglución y tos y que puede desencadenar signos clínicos como secreción ocular y nasal, fiebre, anorexia e incluso la muerte en los casos más complicados o en los ejemplares más debilitados.

Es una enfermedad más frecuente en gatitos, animales con el sistema inmune comprometido o gatos que viven en colectividades, ya que es muy contagiosa. Muchos gatos consiguen superar la enfermedad, pero siempre van a ser portadores. Esto implica que el virus se mantiene latente en su organismo y puede volver a dar sintomatología en situaciones de estrés que bajen las defensas. A veces, uno de estos gatos hace un ruido como si se ahogara, como una especie de tos fuerte, que se relaciona con la presencia de los virus mencionados. También podemos ver gatos que estiran el cuello y sacan la lengua, como buscando aire.

Qué hacer

Para prevenir la rinotraqueítis existe la vacunación, que consigue evitar que el gato desarrolle la enfermedad o que esta curse de forma muy leve. Es posible que esta patología se limite a provocar la tos de la que hablamos o un ligero resfriado o lagrimeo ocular, curable en cuestión de días sin necesidad de tratamiento. Pero si nuestro gato parece ahogarse con frecuencia, deja de comer y de interactuar como acostumbraba, presenta mucosidad o secreción ocular, tiene fiebre, está deshidratado, etc., debemos ir al veterinario para iniciar el tratamiento, pues su estado podría complicarse al punto de resultar fatal, sobre todo, como hemos dicho, si se trata de un gatito, un anciano o un gato ya enfermo. Son gatos que pueden necesitar hospitalización para administrar fluidos y medicación por vía intravenosa, ya que han dejado de comer y están deshidratados.

Síndrome asmático felino

Los gatos, al igual que las personas, pueden padecer asma. Esta enfermedad puede dificultar su respiración al punto de parecer que se están ahogando. Esto se debe a la constricción de los bronquios. Otros signos que podremos detectar son tos, en episodios graves más o menos frecuentes, letargo y pérdida del apetito, debido a la incidencia de los ahogos y la tos. Otras veces el cuadro se complica con la aparición de infecciones bacterianas secundarias.

Qué hacer

El asma debe ser diagnosticada y tratada por el veterinario. El tratamiento va a depender de la sintomatología que manifieste el gato, ya que este síndrome puede cursar de forma muy severa o leve. Es importante seguirlo al pie de la letra y tener claro que no es un problema que podamos resolver en casa ni desaparecerá espontáneamente.

Hablamos con más detalles sobre esta patología en este post: "Asma felino: síntomas y tratamiento".

Parásitos

Si pensamos en parásitos de los gatos, es probable que nos vengan a la mente los externos y, entre los internos, las lombrices intestinales, pero lo cierto es que hay gusanos que también se alojan en los pulmones, en las arterias pulmonares y en el corazón y pueden provocar una tos, como si el gato se ahogase, entre sus signos clínicos. Conoce todos los Parásitos internos que afectan a los gatos en este otro artículo.

De hecho, la tos que puede desencadenar la dirofilariosis (gusano del corazón transmitido por picadura de mosquito) puede confundirse con el asma felino. Además, hay parásitos intestinales cuyas fases inmaduras migran a través de los pulmones. En el trayecto, pueden desencadenar esa tos con la que da la sensación de que el gato pretende eliminar algo de su garganta. Por tanto, si tu gato hace ruidos raros con la garganta o como si se ahogara, no dudes en visitar la clínica.

Qué hacer

El veterinario puede determinar qué parásitos se encuentran en el gato y prescribir el fármaco más adecuado para combatirlos. Pero, mejor que en tratar, deberíamos centrarnos en prevenir. Según las circunstancias del gato y nuestro lugar de residencia, el veterinario nos pautará un calendario de desparasitaciones para evitar que nuestro felino pueda sufrir infestaciones.

La prevención es especialmente importante en el caso de la dirofilariosis, pues el tratamiento puede resultar muy complejo. Al transmitirse por mosquitos conviene limpiar los jardines y no acumular agua estancada, pues son ambientes ideales para su proliferación, y evitar que el gato salga de casa al amanecer y al anochecer, horas en las que es más probable que se encuentre con estos insectos.

Náuseas y tos

Hemos visto que los ruidos que hace un gato como si se ahogara pueden deberse a arcadas y tos. Hemos mencionado algunas de las causas probables que se manifiestan con estos signos, pero hay muchas otras. Las náuseas, incluso los vómitos, y la tos son lo que se conoce como signos inespecíficos. Esto quiere decir que son comunes a numerosísimas enfermedades.

Por ejemplo, un gato puede vomitar porque tiene parásitos, panleucopenia, insuficiencia renal, insuficiencia hepática o hipertiroidismo. En otras palabras, no podemos tratar al gato para eliminar esa sensación de que se ahoga porque antes el veterinario tiene que haber diagnosticado qué patología se esconde detrás de ese signo clínico tan común.

Tras conocer todas las causas habituales, si tu gato hace un ruido como si se ahogara o notas que tu gato hace ruidos raros como si fuera a vomitar, acude cuando antes al veterinario.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
  • Montoya-Alonso, Jose Alberto et al. (2019). "Dirofilariosis felina. Abordaje clínico: diagnóstico, tratamiento y prevención". Argos (suplemento abril, 2019), pp. 9-14.