El universo emocional de los gatos suscita gran curiosidad desde hace décadas y son cada vez más los científicos, biólogos y etólogos que dedican su tiempo al estudio del comportamiento emocional felino. Si convives con un minino, ya te habrás percatado de que, lejos de ser animales ariscos e interesados, saben mostrarte su afecto. En esta entrada de SoyUnGato queremos explicarte cómo reconocer que los gatos quieren a sus dueñoso, dicho en otras palabras, si los gatos tienen sentimientos o emociones.
Quizás sea por su temperamento independiente y curioso, o por su imprevisibilidad, pero siempre hemos convivido con la creencia de que los gatos son egoístas y traicioneros. En opinión del etólogo Warren Eckstein, la explicación de esta mala fama es consecuencia de la incapacidad de muchos humanos para interpretar el comportamiento felino. Los estudios realizados, como veremos aquí, desmienten por completo esta creencia.
¿Los gatos tienen sentimientos?
Tener clara la diferencia entre emoción y sentimiento es imprescindible para comprender cómo sienten los gatos. Desde la perspectiva de la psicología:
- Las emociones: son respuestas hormonales o neuroquímicas, del sistema límbico del cerebro, que se activan ante un determinado estímulo. Son reacciones inequívocas, unidireccionales, instintivas y fugaces. Esto es, el mismo estímulo suscita la misma reacción.
- Los sentimientos: difieren de las emociones en que implican cierta reflexión, algo que en el caso de los gatos no se ha podido demostrar que exista. Por ello, por ejemplo, no conviene reñirles porque no entienden el motivo de nuestro enfado. No se puede afirmar que los gatos tengan sentimientos como tal. La supervivencia les ha enseñado a aprender de sus experiencias, no a replanteárselas. Su conducta es adaptativa y está condicionada.
¿Los gatos sienten emociones?
Son varios los científicos que han demostrado que los gatos son seres puramente emocionales. Uno de ellos es el húngaro Adam Miklós, quien asegura que los mininos experimentan las 6 emociones primarias (alegría, tristeza, ira, sorpresa, miedo y asco) y las despliegan a partir de su percepción y aprendizaje. No debes olvidar que las experiencias pasadas condicionan de forma determinante su conducta en el presente y a futuro.
Los gatos interactúan con su medio a través de sus sentidos y de su banco de recuerdos. Así, el estímulo será percibido de un determinado modo y despertará una emoción acorde, que decantará su comportamiento hacia el acercamiento o la huida. Pese a que no pueden sentir emociones complejas, como la culpabilidad, la vergüenza o la nostalgia (porque no las necesitan), son capaces de empatizar con nuestro estado de ánimo.
Descubre Por qué mi gato está celoso en el siguiente post de SoyUnGato.
Cómo sienten los gatos
Ahondando en los que acabamos de explicar, si un gato se topa de forma imprevista con un pepino o con un perro, habiendo vivido una experiencia traumática con uno, no es de extrañar que se muestre nervioso y alerta. Sentirá miedo al ver amenazada su integridad física y su malestar será evidente en la dilatación de sus ojos, en el repliegue de las orejas o en el erizado de su pelo.
Si, por el contrario, tiene integrada la rutina del cepillado con la recompensa que obtiene si no opone resistencia o te ve tomando su comedero a la hora acostumbrada, sentirá bienestar y relajación, ya que vincula estas situaciones a momentos agradables y libres de amenaza. Su comportamiento será bien distinto. Se acercará a ti, se frotará contra tus piernas y es probable que te mire con un lento parpadeo como prueba de gratitud.
Te dejamos este otro post sobre Cómo cepillar a un gato para que puedas aprender más sobre ello.
¿Los gatos tienen sentimientos hacia sus dueños?
Pese a que cuando iniciaron su convivencia con los humanos no vivían en grupos a diferencia de los perros, los gatos son animales sociales y necesitan de la interacción, ya sea con otros animales o con los humanos para mantenerse equilibrados. Son numerosas las señales faciales, corporales y sonoras que constatan que los gatos quieren a sus dueños.
Y, si lo piensas con detenimiento, no es de extrañar que así sea. Como tutor le procuras todos los cuidados para que se sienta sano, seguro y acompañado. Del mismo modo que lo haría su progenitora. Y este afecto, no amor tal y como lo vivimos los humanos, no es interesado, ya lo demostraron Eileen Karsh y Dennis Turner en la década de los 80. Los mininos sienten apego hacia los seres con los que conviven y se preocupan por ellos.
De hecho, muchos de ellos desarrollan ansiedad por separación cuando son privados de la compañía de sus seres queridos. Se sabe que los gatos prefieren la interacción con su tutor a la comida o al juego. Son varios los gestos que evidencian el afecto de los mininos hacia sus dueños.
Seguro que si convives con uno, ya los conoces:
- El ronroneo: aunque también lo emiten cuando sienten dolor o están estresados, está ampliamente reconocido que el ronroneo del gato implica satisfacción y afecto.
- El marcaje: frotarse contra ti, amasarte o lamerte indican que se siente seguro y a gusto a tu lado. Es su manera de decirte que le perteneces y que formas parte de su comunidad.
- El pestañeo o parpadeo lento: significa que está relajado y cómodo contigo. Este gesto es equiparado a nuestro beso.
- Se acerca a ti con la cola en lo alto y te muestra su barriga: para que la acaricies.
- Te obsequia con una ofrenda: puede tratarse de una presa muerta, de un juguete o de un objeto, supone será de tu agrado.
- Te maúlla con suavidad.
Como ves, está constatado que los gatos quieren a sus dueños y que son animales sociales, ávidos de estímulos y de compañía para sentirse en armonía. Aunque carecen del raciocinio de los humanos, saben interpretar nuestros gestos y algunos incluso pueden anticiparse a nuestro estado de ánimo.
No tienen sentimientos en el sentido estricto de la palabra, pero no dejan de sorprendernos con su capacidad para amar.
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