¿Los gatos hablan?

¿Los gatos hablan?

Los gatos nos sorprenden a diario con sus reacciones. Sin embargo, uno de sus comportamientos más intrigantes es el relacionado con la comunicación. Y es que, aunque no lo creas, existe una parte de su comunicación que es aprendida debido a la convivencia con los humanos. En esta entrada de SoyUnGato descubrirás si los gatos hablan o no, si pueden llegar a comunicarse como nosotros y si todos están capacitados para hacerlo.

Igualmente, te mostraremos algunos ejemplos de situaciones, que seguro ya has vivido, y lo que tu gato trata de comunicarte en ellas con sus movimientos corporales, expresiones faciales y sonidos. Saber interpretarlo redunda en una convivencia más armoniosa y en un vínculo más sólido, que a buen seguro te será muy gratificante. ¿Nos acompañas?

Cómo es la comunicación felina

¿Sabes que los gatos no maúllan entre ellos? El maullido es un tipo de comunicación es exclusiva de su relación con los humanos. En otras palabras, el maullido es una expresión sonora que denota una petición y no tiene cabida entre los gatos adultos, solo entre los cachorros con su progenitora. Dado que le proporcionas alimento, un hogar seguro y afecto, tu gato se comunica contigo como hizo con su madre.

Sin embargo, los maullidos no son la única manifestación sonora en la comunicación felina. El siseo, el bufido, el gruñido, el alarido o el gorjeo, muy característico de los Maine Coon, son otros de los sonidos con los que los gatos se comunican entre sí y con nosotros. El ronroneo y el marcaje, para intercambiar olores corporales y crear un olor de grupo, constituyen otras formas de comunicación.

La Universidad de Sussex demostró que el tono empleado por los gatos al ronronear es equiparable al de un bebé, razón por la que no podemos evitar querer cuidarlos y protegerlos. Las expresiones faciales y los movimientos corporales nos dan muchas pistas de lo que nos están queriendo transmitir. La cola, las orejas y los ojos son los principales interlocutores.

A continuación, ahondamos en ellos.

La cola

Junto a la posición de las orejas, la cola nos provee de mucha información sobre lo que el gato está sintiendo o sobre lo que necesita de nosotros. Así:

  • Una cola erguida, totalmente vertical: es sinónimo de bienestar y alegría.
  • Una cola erguida, pero rígida, y desplazada como un látigo: podría llegar a atacar, ya que se encuentra muy enfadado. En función de la velocidad con la que la mueva de arriba a abajo, así será la intensidad de su enfado.
  • Una cola entre las patas: nos indica que está asustado.
  • Una cola recta, pero con la punta arqueada a un lado: siente curiosidad por algo.
  • Una cola con desplazamientos rápidos de izquierda a derecha: está nervioso o inquieto. No conviene agobiarlo, por ejemplo, acariciándolo para relajarlo. Si llega a arquearse y su pelo se eriza, déjalo solo. Está muy enojado y a la defensiva. Te contamos más sobre Por qué se erizan los gatos, aquí.

Las orejas

Al igual que la cola del gato provee información sobre cómo se siente, las orejas también lo hacen:

  • Unas orejas erguidas: delatan la felicidad del gato.
  • Unas orejas replegadas hacia atrás: está asustado, nervioso o incómodo (es un gesto instintivo con el que tratan de protegerse en caso de pelea).
  • Unas orejas desplazadas hacia delante: te está diciendo que está enfadado. Deberías dejarlo solo.

Los ojos

Cuando están muy abiertos no tienes de qué preocuparte. Tu gato está relajado y a gusto. Todo lo contrario a si lo ves con las pupilas dilatadas. En ese caso, lo más probable es que sus orejas estén replegadas hacia atrás porque se siente molesto o amenazado. Recuerda que el contacto visual prolongado en los gatos es percibido como un reto. Procura parpadear lento cuando mires a tu minino. El mensaje que recibirá será más agradable.

¿Los gatos hablan como humanos?

Si algo caracteriza a los mininos es su enorme capacidad de aprendizaje y adaptación. En su convivencia con los humanos han interiorizado que pueden lograr todo lo que desean midiendo sus actos. La comunicación oral no escapa a esta máxima. Los gatos modulan intencionadamente su maullido para conseguir lo que desean. Tienen una capacidad innata para pasar de los sonidos graves a los agudos e incluso para alargarlos.

El resultado de todo esto es que pueden producirse (YouTube está plagada de vídeos, muchos de ellos virales, con conversaciones de gatos) situaciones insólitas en las que el gato parece hablarte emulando sílabas de nuestro vocabulario, que ha aprendido por repetición. Aunque no pueden hablar como los humanos ni entienden lo que dicen, sus vocalizaciones están muy logradas, y lo más importante de todo, logran salirse con la suya.

¿Todos los gatos hablan?

Al igual que sucede en otros ámbitos, el carácter genuino de cada minino hace que no todos sean igual de comunicativos o que no todos materialicen la comunicación verbal con el mismo ahínco o éxito. Se presume que las razas más activas, dependientes y cariñosas, como, por ejemplo, las asiáticas siamés, burmés y balinés, están más predispuestas a fijarse en nuestra entonación y a practicar para ser colmados de mimos.

Cómo entender a mi gato

Es indudable que nadie conoce mejor que tú a tu gato. No obstante, hay situaciones en las que por su insistencia o por ser algo poco frecuente en él no sepas cómo interpretar un determinado maullido o el hecho de que te siga a todas partes. Por tanto, además de atender a las claves sobre la comunicación no verbal del gato de las que hemos hablado más arriba, deberías reparar en la concurrencia de otras conductas insólitas o en tus rutinas.

Si, por ejemplo, atraviesas un período en el que te despierta por las noches, puede ser debido a que está desorientado y siente miedo o confusión al sentirse mal. Enfermedades como el hipertiroidismo cursan con estos síntomas. Por ello, debes ser paciente y permanecer atento a cualquier cambio en su conducta para consultarlo con el veterinario.

Algunas razas son especialmente propensas a sufrir ansiedad al quedarse solas durante varias horas. Si tus obligaciones te impiden jugar con él un mínimo de media hora a diario, deberías plantearte buscarle un compañero. El aburrimiento y la frustración pueden derivar en trastornos de la conducta.

Por tanto, que tu gato te maúlle durante largo tiempo al volver a casa es indicativo de enfado. De alguna manera está dejando patente su enfado por haberlo desatendido. Obsequiarle con su comida favorita y pasar más tiempo con él te ayudará a revertir ese malestar. Ahora que sabes si los gatos hablan o no, cuentas con más recursos para llevar a otro nivel tu comunicación con el tuyo.

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