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Lipidosis hepática en gatos (Síndrome del hígado graso)

 
María Besteiros
Por María Besteiros, Auxiliar Técnico Veterinario. Actualizado: 28 abril 2023
Lipidosis hepática en gatos (Síndrome del hígado graso)

La lipidosis hepática felina es una patología de gravedad. Tanto que puede resultar mortal. Se debe a una acumulación de grasas en el hígado. Se produce por diferentes motivos y es primaria o secundaria. Un diagnóstico temprano y un tratamiento precoz mejoran el pronóstico. Desde SoyUnGato te recomendamos que se hace necesario el ingreso del gato para proporcionarle cuidados intensivos que incluyen medicación, hidratación y, en los casos más graves, alimentación por sonda.

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¿Qué es la lipidosis hepática?

La lipidosis hepática felina también recibe el nombre de sídrome del hígado graso, lo que nos proporciona información sobre las características de esta enfermedad. Y es que lo que se produce en este trastorno es, exactamente, la acumulación de grasa en el hígado. La lipidosis puede clasificarse como primaria o secundaria.

Lipidosis hepática primaria

Este tipo de lipidosis también se denomina idiopática. La acumulación de grasa en el hígado se debe a una alteración en el metabolismo. Pero no se sabe con certeza qué la produce, de ahí el calificativo de idiopático. Sí se ha constatado que los gatos que padecen obesidad tienen más probabilidades de sufrirla en cuanto dejen de comer durante un tiempo considerable. Por ejemplo, si están estresados es habitual que se nieguen a probar bocado.

Lipidosis hepática secundaria

Es el caso de los gatos que sufren de una enfermedad previa que los predispone a acumular las grasas en el hígado. Se habla de lipidosis secundaria porque es la consecuencia de una enfermedad primaria. Algunas de estas patologías son la diabetes, el hipotiroidismo, la pancreatitis, la enfermedad inflamatoria intestinal o las enfermedades infecciosas. Este tipo de lipidosis es la que se produce con más frecuencia.

Lipidosis hepática en gatos (Síndrome del hígado graso) - ¿Qué es la lipidosis hepática?

¿A qué gatos afecta la lipidosis hepática?

La lipidosis hepática es un problema que afecta, sobre todo, a gatos con problemas de sobrepeso u obesidad. También tienen un mayor riesgo de lipidosis aquellos ejemplares que ya padecen algún otro trastorno. Por ejemplo, diabetes o enfermedad inflamatoria intestinal.

Síntomas de lipidosis hepática

Los síntomas que provoca la lipidosis hepática son consecuencia del daño que sufre el hígado. La afectación de este órgano propicia la acumulación de toxinas y el resultado es que el sistema nervioso puede verse también dañado. Destacan los siguientes signos clínicos:

  • Anorexia, adelgazamiento, pérdida de masa muscular.
  • Vómitos, diarrea. Apatía.
  • Deshidratación.
  • Ictericia, que es la coloración amarillenta de las mucosas. Se debe al daño que sufre el hígado.
  • Alteraciones a nivel neurológico, lo que es un signo de intoxicación por la acumulación de sustancias tóxicas que el hígado enfermo no consigue eliminar del organismo.
  • Cuadro clínico característico de la enfermedad desencadenante en el caso de la lipidosis secundaria.

Tratamiento de la lipidosis hepática

En primer lugar, es importante establecer si estamos ante una lipidosis primaria o secundaria. En este último caso, hay que diagnosticar de qué patología se trata y pautar un tratamiento para ella. Es habitual que el veterinario haga un análisis de sangre para tener información sobre el estado general del gato. Además de las modificaciones que puede haber si existe otra enfermedad, como la lipidosis afecta al funcionamiento del hígado, es normal encontrar que los parámetros que se relacionan con este órgano están alterados.

En la palpación también se puede notar que está agrandado. Estos gatos necesitan cuidados intensivos, por lo que se ingresan. El tratamiento de la lipidosis, además de los fármacos que el veterinario estime necesarios, tiene dos pilares fundamentales. Son el restablecimiento de la alimentación y el mantenimiento de la hidratación. Es posible curar a un gato con lipidosis hepática. Pero es fundamental diagnosticarlo y tratarlo lo antes posible.

La alimentación del gato con lipidosis hepática

Dentro de los cuidados para un gato con lipidosis hepática, es básico conseguir que vuelva a comer. La anorexia agrava el cuadro y el pronóstico. Partimos de la base de que un gato con lipidosis hepática no va a querer comer. Es fundamental conseguir que lo haga lo antes posible. Siguiendo siempre las instrucciones del veterinario, existe la opción de intentar que coma ofreciéndole alimento húmedo específicamente formulado para gatos convalecientes. Se trata de un producto veterinario de elevada palatabilidad y digestibilidad.

Además, su textura es muy blanda, de forma que incluso se puede diluir y ofrecer con una jeringuilla. Se recomienda dar a temperatura ambiente en muy pequeñas raciones numerosas veces al día. Algunos alimentos como pollo o jamón cocido, atún o sardinas son otras opciones para despertar su interés. Si no logramos de ninguna forma que coma, jamás hay que forzarlo, pues podría ser contraproducente. El veterinario puede alimentarlo por medio de sonda.

La hidratación del gato con lipidosis hepática

La deshidratación es habitual en los gatos con esta enfermedad. Si no se soluciona, el gato fallecerá. Por eso se ingresa para administrarle, además de la medicación correspondiente, fluidos por vía intravenosa. El veterinario intentará rehidratarlo cuanto antes para poder enviarlo a casa. Es importante que sea lo antes posible, ya que los gatos en las clínicas suelen estresarse, lo que no es positivo para lograr su recuperación.

Prevención de la lipidosis hepática

No todas las enfermedades que desembocan en una lipidosis pueden prevenirse. Pero sí podemos controlar el bienestar de nuestro gato, lo que incluye revisiones veterinarias al menos una vez al año. De esta manera es posible detectar precozmente múltiples enfermedades.

Por otra parte, es conveniente mantenerlo en su peso. La obesidad es un factor de riesgo para la lipidosis hepática. La alimentación, sea cual sea nuestra elección, debe ser de calidad. Hay que evitar un exceso de grasas y de hidratos de carbono. Animarlo a realizar ejercicio y ofrecerle un ambiente enriquecido en el que se sienta estimulado son otras de las medidas que debemos seguir. Muy importante también es evitarle el estrés, que puede desembocar en inapetencia y lipidosis.

Este artículo es meramente informativo, en SoyUnGato.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu gato a un centro veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía

Koloffon, Salomé, Trigo, F.J. y López, Alfonso. 2005. Lipidosis Hepática Idiopática Felina. Portal Veterinaria.

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