Gatos sin pelo: razas y características

El esfinge es la primera raza de gato sin pelo que obtuvo el reconocimiento de las instituciones felinas (FIFe, TICA y WCF) como raza independiente y, por ello, es la más popular. Luce un cuerpo musculoso y unas largas extremidades, aunque lo que más llama la atención de estos mininos, aparte de la falta de pelo, son sus grandes orejas, siempre erguidas, y sus ojos ovalados en un intenso verde o azul.

¿Por qué los gatos egipcios no tienen pelo? La realidad es que se trata de una mutación de origen recesivo. Se trata de gatos muy cariñosos y apegados a su tutor, que pueden llegar a desarrollar ansiedad por separación y resultar muy insistentes cuando consideran que están siendo relegados a un segundo plano.

Incluso, pueden mostrarse celosos y agresivos con quien centra las atenciones de su tutor. Para mantener cuidada su piel conviene retirar los restos oleosos de los pliegues y protegerlo del sol y de los cambios bruscos de temperatura.

Si quieres saber más sobre esta raza de gato sin pelo, no dudes en consultar el siguiente artículo de SoyUnGato sobre el Gato Sphynx, aquí.

El Donskoy es habitualmente confundido con el esfinge, y es que su parecido físico es evidente. De hecho, a esta raza también se la conoce como Don Sphynx. Aunque han sido necesarios varios años de investigación, se ha constatado que se trata de dos razas diferentes. En los Donskoy, que deben su nombre al río ruso Don en cuyas proximidades nacieron, el gen responsable de la falta de pelo es dominante. En el esfinge es recesivo.

Son gatos cariñosos, algo más independientes y extrovertidos que los Sphynx. Tienden a llevarse bien con los niños y con otras mascotas, pero reclaman interacción a diario. Por tanto, conviene tener en cuenta nuestra disponibilidad de tiempo antes de acoger a un gato de estas características. Al igual que el esfinge, su piel debe ser higienizada a diario y protegida. Es necesario mantener una temperatura agradable y constante en casa.

Este gracioso minino debe su nombre a su pequeño tamaño. Es fruto del cruce del esfinge con el Munchkin, por lo que al observarlo es fácil comprender qué lo hace diferente al resto de gatos sin pelo. Sus patas son muy cortas, lo que favorece que camine de un modo particular. Son muy ágiles, saltarines y afectuosos, y cuentan con la ventaja de que su piel es menos oleosa. De este modo, su mantenimiento resulta más sencillo de llevar a cabo.

Si quieres saber más sobre el Gatos minskin, no te pierdas la siguiente ficha completa sobre esta raza de gatos sin pelo.

El Levkoy es una raza relativamente reciente, ya que fue reconocida en 2011. Es el resultado de cruzar el Donskoy con el Scottish fold. De ahí que sus orejas estén ligeramente dobladas hacia adelante. Aunque a nuestros ojos sea imperceptible, su cuerpo está cubierto por una finísima capa de pelos milimétricos que sí apreciarás al acariciarlo. Por suerte, este atributo previene la posible obstrucción digestiva por ingesta de bolas de pelo muerto.

Los Peterbald surgieron en San Petersburgo en la década de los 90 a partir del cruce del siamés con el Donskoy. Podemos afirmar que las facciones más finas del siamés están presentes en estos mininos, imprimiéndoles un aspecto más oriental y diferencial. Nacen con una finísima capa de pelo que van perdiendo con los años. Su piel es más seca que la del esfinge o el Donskoy, por lo que su cuidado cutáneo puede ser más esporádico.

La del gato elfo es considerada una de las razas más raras dentro del universo felino, a lo que suma que es el más grande de los gatos sin pelo, llegando a alcanzar con facilidad los 10 kg de peso. Su nombre obedece a su parecido con el aspecto de estos personajes mitológicos, y es que sus orejas están dobladas hacia atrás. Esta característica viene dada por su parentesco con el American curl. Son muy cariñosos y juguetones.

Estos curiosos gatitos nacieron en la isla de Hawái en el año 2000 a partir de una mutación genética natural del Sphynx. Debido a esto, en la actualidad está en investigación y no cuenta con el reconocimiento de las instituciones felinas internacionales como raza independiente. Lo más característico de su físico son las arrugas que se reparten por su cara y su cuerpo. Son muy afectuosos y necesitan sentirse acompañados y atendidos a diario.

Como ves, las razas de gatos sin pelo tienen un encanto especial y, aunque su mantenimiento exige cierto esfuerzo, bien merece la pena para disfrutar de su compañía incondicional. No existen muchos ejemplares en el mundo. Sin embargo, a tenor de su peculiar aspecto y talante amistoso, son cada vez más conocidos y apreciados por el público general. ¿Estás tú entre ellos?

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