Estoy embarazada y mi gato no se me despega, ¿qué significa?

Si eres una embarazada con gatos y te sientes abrumada por sus continuas muestras de afecto, debes saber que es algo natural. Los cambios hormonales que estás atravesando elevan tu emotividad. En paralelo, tus gatos hace tiempo que se han percatado de cómo ha variado tu olor corporal y ha aumentado tu temperatura corporal. No debería sorprenderte que les resultes aún más apetecible para realizar sus siestas. Recuerda que los gatos son animales realmente sensibles que perciben hasta el más mínimo cambio en su entorno, por lo que es normal que noten en ti los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo.

Si te preocupa la toxoplasmosis y el embarazo, lo entendemos. Cuanto más incipiente es la gestación, mayor es el riesgo de aborto espontáneo o de que el feto presente malformaciones. Sin embargo, si tu gato está debidamente desparasitado y no tienes constancia de que esté infectado por el Toxoplasma gondii, puedes seguir cuidándolo y disfrutando de su compañía. Eso sí, adoptando las precauciones que te indicaremos más adelante.

Te hablamos de la "Toxoplasmosis en gatos: síntomas y tratamiento" en el siguiente artículo.

Una de las secuelas del proceso gestativo es que tu temperatura basal (en reposo) se ve ligeramente incrementada para hacer frente a las condiciones que exige el correcto desarrollo del feto. Igualmente, tu ritmo cardíaco aumenta y el retorno venoso se acelera. Aunque tú no puedas percibirlo, este ascenso térmico es todo un reclamo para tu gato, que no dudará en acompañarte, por ejemplo, para dormir sobre tu barriga.

Si te consideras un amante de los gatos, sabrás de su predilección por los lugares mullidos, calentitos y, a ser posible, elevados para descansar. Su instinto de supervivencia los avoca a seleccionar este tipo de emplazamientos para asegurarse un margen de maniobra en caso de tener que huir. Al igual que dormir sobre tu pecho los tranquiliza, porque escuchan los latidos de tu corazón, hacerlo sobre tu barriga les permite disponer de una vista panorámica. No dejes de leer el post sobre "Por qué mi gato duerme encima de mí".

Cada gato tiene un temperamento único y unas preferencias concretas, pero, por lo general, cuando conviven con una mujer embarazada se muestran más cariñosos con ella y solícitos de su atención, como decimos, por ejemplo, para dormir a su dado, puesto que se sienten especialmente reconfortados en su compañía.

La gestación eleva la secreción de estrógenos y progesterona, así como de las hormonas hCG que son las responsables de que se produzcan las náuseas y vómitos de las mañanas. Dichas hormonas modifican tu olor corporal, siendo este el primer y más infalible indicador, para tu gato, de que algo te está sucediendo. Lógicamente, no puede saber que estás embarazada, pero percibe cambios que pueden llegar a estresarlo.

Si te apetece ampliar información relacionada, te animamos a leer el post "Por qué mi gato me sigue a todos lados".

Mujeres embarazadas y gatos no son dos conceptos incompatibles. Y es que si estás gestando y tienes un gato en casa, no es imperativo que lo dejes en un refugio o en una protectora. Desde SoyUnGato no podemos sino recomendarte que, si tienes dudas, acudas al veterinario para someterlo a un test serológico y obtener un diagnóstico fehaciente. Incluso si da positivo, puedes seguir viviendo con él, pero con ciertas precauciones.

Las principales se resumen en:

• Ponerte guantes o lavarte las manos a conciencia después de limpiar el arenero, o de realizar labores de jardinería (si tu gato tiene acceso a esa tierra).
• No comer carne cruda, pescado crudo o ahumado, ni embutidos.
• No tocarle la boca sin haberte lavado las manos después de manipular carne o pescado crudo.
• Lavar con agua la fruta y la verdura antes de consumirla.

Esta enfermedad parasitaria es asintomática en el felino y leve en el humano (los síntomas son equiparables a los de una gripe). Sin embargo, puede resultar fatal para el feto, provocando un aborto. En otros casos, puede conducir a la anemia o al bajo peso al nacer, a trastornos del sistema nervioso, de la vista o de la audición o a complicaciones en el desarrollo del hígado, de los pulmones o del sistema linfático.

Si te interesa ampliar información, te animamos a leer el post "No puedo tener a mi gato, ¿dónde lo puedo dejar?".

Cuando ahondamos en qué hacen los gatos cuando una mujer está embarazada, la tónica general es mostrarse más demandante o con cierta preferencia por pasar más tiempo con ella (el que no dedican al acicalamiento, a alimentarse y a la contemplación). Así, es usual, sobre todo, si este comportamiento es reforzado con caricias o snacks, que durante el embarazo quieran dormir con ella, subidos a su barriga mientras ronronean.

El ronroneo, el entrecerrar los ojos, frotar su cabeza y el amasado son también habituales en estas rutinas de descanso a su lado. No obstante, algunos gatos, de carácter más inquieto o no correctamente socializados en su infancia, pueden vivir esta experiencia como algo estresante y optar por huir, rehuyendo la interacción social. El marcaje u orinar fuera del arenero es una posible práctica entre los machos (pese a estar castrados).

Si te interesa este tema, consulta el artículo "Cuidados después de castrar un gato macho".

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