Cosas que odian los gatos

Cosas que odian los gatos

Si convives con un minino, es posible que ya te hayas percatado de que existen ciertos objetos o acciones de los humanos que les desagradan profundamente. Y es que son muchas las cosas que odian los gatos. Algunas son universalmente conocidas, mientras que otras pasan más desapercibidas y conviene que las tengas en cuenta para no ver resentida tu relación con él.

Los gatos son seres muy especiales, capaces de sorprendernos con su genuina manera de demostrarnos su afecto, sus filias y fobias. Aunque siempre hay excepciones, las cosas que no le gustan a los gatos que vamos a mostrarte en estas líneas son compartidas por la gran mayoría de ellos. Veamos cuántas de ellas no te son ajenas en este post de SoyUnGato con 15 cosas que odian los gatos.

Que los retengan

Una de las cosas que odian los gatos de los humanos es que los retengan a la fuerza y que los acaricien con brusquedad. Especialmente los mininos de raza Persa y Bosque de Noruega son muy dados a elegir el momento de su preferencia para dejarse querer. La rutina del cepillado suele agradarles a ambos, ya que, por su coquetería, disfrutan recibiendo esta atención que les hace aparentar más bonitos.

No dudes en consultar el siguiente artículo de SoyUnGato para averiguar Cómo acariciar a un gato correctamente.

El estruendo

Los sonidos fuertes, más si suceden de imprevisto, asustan y estresan a los gatos que, como sabes, adoran el control y la predictibilidad. Al igual que los perros, los gatos tienen un sentido del oído muy desarrollado (14 veces más agudo que el de los humanos). Esto juega en su contra cuando de fuegos artificiales, petardos o de truenos se trata. Para minimizar este estrés, puedes probar a poner música de fondo que lo distraiga.

No dudes en consultar este post sobre el Estrés en gatos: síntomas y cómo actuar.

Los olores fuertes

Existen olores, como el de la hierba gatera o la valeriana, que atraen y estimulan a los mininos. Otros, en cambio, les resultan excesivamente potentes hasta el punto de hacerles temer por su supervivencia. Los olores fuertes activan todas sus alertas y propician que tu gato los rehúya y se aleje de ellos. Es el caso de los cítricos, del plátano, de los limpiadores químicos, del tabaco o del vinagre, entre otros muchos.

Quizás te apetezca descubrir cuáles son los Olores que atraen a los gatos en SoyUnGato.

Los cambios de rutina

Los cambios de rutina se sitúan entre las principales cosas que odian los gatos de los humanos. Las mudanzas, los cambios de alimentación, las visitas inesperadas, la llegada de un bebé a casa o de otro gato les ponen de los nervios. Son situaciones que viven como una amenaza a su status quo y que les obliga a realizar un sobreesfuerzo para adaptarse. Por tanto, los cambios que vayas a introducir en su día a día deben ser siempre graduales.

Descubre Cómo mudarse con un gato, a continuación.

El agua

El líquido elemento es un viejo conocido entre las fobias de los gatos. Sentirse manipulados al bañarlos y húmedos es algo que les incomoda. Sin embargo, no todos los mininos detestan el agua. Razas como el Maine Coon, el siberiano o el Van turco disfrutan sobremanera con ella y, de hecho, son excelentes nadadores y pescadores. En cualquier caso, nunca deberías mojar su cara para evitar la entrada de agua en sus oídos y prevenir las otitis.

Los pepinos

El terror a los pepinos es otra creencia popular cuando hablamos de cosas que no le gustan a los gatos. Sin embargo, no existen evidencias de que esto sea así. Los vídeos, que se han hecho virales, en los que los gatos salen corriendo al ver un pepino, no demuestran dicha aversión. De acuerdo con varios etólogos, lo que les provoca pánico es lo inesperado de la situación, sobre todo, si nunca antes han visto un pepino.

Los perros

Quizás sea por su necesidad de sentirse el centro de atención. La proximidad de un perro, más si cabe si debe convivir con él, no es algo a lo que el gato reaccione con aprobación de primeras. Su territorialidad les obliga a defender lo que consideran que les pertenece y detestan tener que habituarse a otros olores y compartir su hábitat, y tus mimos, con otro animal de compañía. Es, por tanto, una fobia extrapolable a la llegada de otro gato a casa.

Quizás te interese consultar este post de SoyUnGato sobre Cómo hacer que un gato acepte a un perro.

El arenero sucio

Son tan limpios y puntillosos con su aseo corporal que la falta de higiene en su bandeja sanitaria es algo que les produce malestar y estrés. El arenero es uno de sus enseres más apreciados y que esté sucio puede provocar que decida hacer sus necesidades en otro lugar. Aparte de ser algo que odian y que les desagrada, puede llegar a deteriorar su confianza en su tutor.

No dudes en leer estos artículos sobre Cómo enseñar a un gato a usar el arenero y Cómo evitar el mal olor de la arena de gatos.

Sentirse ignorado

Encontrarse con una puerta cerrada, que maúlle y lo ignores o que le respondas con otro maullido son conductas que desconciertan a un gato. Algunos son más caprichosos que otros, y más demandantes de afecto que otros, pero todos los mininos comparten esta aversión hacia el desapego de su humano favorito. Sentirse relegados o no recibir aquello que desean y por lo que reclaman tu atención es algo que llevan muy mal.

Que los cojan panza arriba

Que los tomen en brazos con las patas al aire y el vientre desprotegido es otra conducta humana que detestan. No tener apoyadas las patas en el suelo les genera inseguridad, y estrés, mientras que mantener descubierta la barriga es una postura de clara indefensión frente a los depredadores que, en general, incomoda a los gatos. Por contra, si tu minino te muestra su vientre y deja que lo acaricies, es un claro indicio de que se siente seguro y feliz a tu lado.

Las miradas fijas y sostenidas

¿Sabías que los gatos interpretan las miradas fijas y sostenidas como un desafío? Mantener la mirada en el código de comunicación de los mininos es la antesala de una pelea. Por tanto, evita este tipo de acciones y cuando mires a tu gato parpadea de forma lenta, el mensaje que recibirá será bien distinto. De hecho, los besos felinos son dados con un entrecerrar de ojos pausado.

Viajar

Ya sea para visitar al veterinario o para acompañarte a tu destino vacacional, viajar no es algo del agrado de la inmensa mayoría de los gatos. Significa permanecer retenidos en el transportín, soportar el ruido del coche, autobús o del medio de transporte que elijas y familiarizarse con olores, texturas y ruidos distintos a los de su hábitat. Son acontecimientos exigentes para ellos, aunque hay razas, como las asiáticas, que son más receptivas a lo nuevo.

Te dejamos este artículo de SoyUnGato para que puedas consultar los Trasportines para gatos: cuál es el mejor.

Que les mediquen

Tomar una medicación inyectada o por la boca implica que los retengan a la fuerza, sin obviar el dolor del pinchazo o el mal sabor del jarabe. Así, que los mediquen es otra de las cosas que no le gustan a los gatos. Al igual que los vistan con ropa, coarta su libertad de movimiento. Por ello, cuando descienden las temperaturas resulta preferible ofrecerles una manta y preservar la temperatura dentro de casa entre los 22-24 °C.

Que les saquen fotos

El flash puede deslumbrarles. Además, que les saquen fotos supone que deban permanecer quietos más tiempo del que les gustaría. Una vez más, la falta de autonomía y que los manoseen provoca que este comportamiento de los humanos les desagrade y estrese. Por ello, a menos que tu minino sea tan presumido que disfrute con las instantáneas y pose encantado, es algo que deberías evitar.

La comida fría

Por lo general, los gatos son selectivos con su comida y no toleran cualquier alimento, menos si les es desconocido. La comida fría, entendiéndola como aquella que has refrigerado y servido acto seguido, no es la favorita de los mininos. Prefieren los alimentos a temperatura ambiente, puesto que es lo más parecido a lo que ingerirían en estado silvestre (y no conviene olvidar que conservan en su ADN ese instinto cazador).

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