Cómo regañar a un gato cuando muerde

Cómo regañar a un gato cuando muerde

Si tu gato ha adoptado la no tan agradable ‘costumbre’ de darte mordiscos jugando o en otras circunstancias del día a día, probablemente te estés preguntando cómo regañar a un gato cuando muerde para evitar que esta conducta se siga repitiendo. Si es así, nos alegra decirte que has llegado al sitio ideal, porque en este artículo de Soy un Gato, te contaremos por qué muerden los gatos y cuáles son las estrategias más eficientes para prevenir y corregir este comportamiento. Ya te adelantamos que el artículo está enfocado a los mordiscos en gatos fuertes y poco suaves, por lo que las causas están relacionadas con un comportamiento agresivo e incluso con una separación prematura de la madre como origen de la conducta. ¡Sigue leyendo para aprender mucho más y no te pierdas ningún detalle!

Por qué me muerde mi gato

Muchas veces, las personas asocian las mordidas a la agresividad en los gatos, pero hay otras razones por las que tu gato te muerde y no tienen nada que ver con una respuesta ofensiva hacia alguna actitud o gesto de tu parte. Para saber diferenciar estas situaciones, es muy importante tener al menos unos conocimientos básicos sobre el lenguaje corporal y la comunicación de los gatos, pues esto te permitirá reconocer fácilmente cuando un gato está molesto y/o enfadado y se prepara para reaccionar de forma defensiva u ofensiva, con el objetivo de hacer cesar un estímulo que le produce miedo, incomodidad, estrés o inclusive dolor.

Para ayudarte en esta ‘misión’, a continuación, mencionaremos brevemente las principales señales por que tu gato te muerde relacionadas porque está molesto o enfadado contigo y, luego, veremos otras causas de los mordisqueos que no se relacionan con este tipo de emociones negativas. ¡Vamos a ello!

Tu gato te muerde porque está molesto contigo

En estos casos, lo más probable es que, antes de morderte, tu gato despliegue otros signos de incomodidad para decirte “basta, por favor”, tales como: ronronear de forma cadenciosa y uniforme, echar sus orejas hacia detrás o hacia los costados, mover su cola de forma errática o llevarla sostenida entre las piernas, entre otros.

Estas son señales corporales que anteceden un ‘ataque’ directo y pueden aparecer fácilmente cuando haces algo que genera estrés o incomodidad en tu felino, como puede ser acariciar su barriga, intentar besarlo o abrazarlo, mirarlo a los ojos fijamente, etc.

Si esto sucede contigo, antes de nada, debes entender que convivir con cualquier animal de compañía supone respetar su personalidad, sus preferencias y necesidades, así como la forma de ser y comunicarse inherente a su especie. Entonces, resulta muy poco recomendable e inclusive peligroso intentar ‘obligar’ un gato a adaptarse a nuestras formas de interactuar y demostrar afecto, ya sea mediante regaños u otros métodos ‘correctivos’. Por ende, el regaño no debe ser aplicado en estas circunstancias, pues es fundamental que todo y cualquier gato tenga el derecho de expresarse libremente para dar y recibir amor a su manera.

Tu gato te muerde jugando

Esta es una queja y, al mismo tiempo, una pregunta que escuchamos de muchísimos tutores de gatos. La respuesta suele estar en su propio comportamiento. Con mucha frecuencia, vemos que son los mismos tutores quienes incentivan o refuerzan, aunque de forma inconsciente, esta conducta en sus gatos, principalmente cuando aún son cachorros, realizando una especie de “adiestramiento involuntario”.

Te damos un ejemplo muy común: una persona adopta a un gatito y le parece tierno dejarlo jugar con sus manos, ya sea mordisqueándolas o arañándolas, por lo que permite que esta conducta se repita en cada contexto de juego. El “problema” aparece cuando el gatito inevitablemente crece y se convierte en un gato adulto que tiene unos dientes bien afilados y que ha aprendido que morder jugando es perfectamente normal. Entonces, aquella conducta que parecía tan tierna en un gatito, es ahora incómoda y dolorosa para el tutor de un gato adulto. Y lo “peor” es que dicha conducta ha estado siendo reforzada de forma sistemática durante varias semanas o meses de vida, haciendo que el gato la asimile como un hábito.

Así mismo, los gatitos que son separados prematuramente de sus madres y hermanos tienen mayores probabilidades de desarrollar comportamientos agresivos asociados al juego, porque sería su progenitora la responsable de enseñarles los límites de los juegos antes de que se completara el periodo de destete. La separación prematura también suele causar dificultades de aprendizaje y una mayor predisposición a numerosos problemas de conducta, entre los cuales encontramos la agresividad en los gatos.

Otros motivos porque muerden los gatos

En SoyUnGato, hemos elaborado previamente un artículo detallando todas las principales razones por las que muerden los gatos. Pero para facilitar tu comprensión, repasémoslas brevemente a continuación:

  • Comportamiento exploratorio: es muy común en los gatitos, durante sus primeras semanas de vida, sobre todo cuando utilizan la boca y el paladar para empezar a descubrir e interactuar con el mundo que los rodea, y en especial con su madre y sus hermanos. Mientras los gatitos crecen y sus sentidos se agudizan progresivamente, la madre es responsable de enseñarles los principios más fundamentales de la conducta social y la comunicación de los gatos, lo que incluye los límites del juego y de otros comportamientos como las mordidas y los arañazos.
  • Socialización deficiente: la socialización temprana es clave para que el gatito desarrolle su confianza y pueda adquirir una mayor variedad de recursos para gestionar sus emociones y la forma cómo se relaciona con todo su entorno y los individuos que allí se encuentran. Aprenderá que solo debe recurrir a la agresividad como un último recurso frente a situaciones extremas que suponen un riesgo real a su bienestar. Es por esto que los gatos que no han sido debidamente socializados son los más predispuestos a desarrollar comportamientos asociados a la inseguridad y al miedo excesivo, que pueden ir desde evitar cualquier tipo de interacción con otros individuos hasta desplegar respuestas agresivas, como las mordidas y los arañazos, para evitar o impedir que un ‘extraño’ los toque o ingrese a su ‘territorio’.
  • Tu gato se ha vuelto agresivo: la agresividad en los gatos no es un rasgo de la personalidad de ningún individuo, sino que consiste en un problema de comportamiento muy complejo que puede estar relacionado con múltiples causas, que van desde experiencias negativas y una mala socialización, hasta problemas de salud que generan dolor o se manifiestan mediante síntomas neurológicos, provocando alteraciones en la conducta habitual del felino. Por ello, si percibes que tu gato se vuelve agresivo de repente, no dejes de llevarlo al veterinario para descartar cualquier enfermedad subyacente y evaluar la necesidad de iniciar un tratamiento.

Te hablamos más de "Por qué muerden los gatos" en el siguiente artículo de SoyUnGato.

Cómo regañar a un gato que muerde

Para poder aprender cómo regañar a un gato que muerde, primero deberías preguntarte si los gatos entienden cuando se les regaña, porque en caso de que no lo hagan, sería inútil utilizar este método para indicarles cuando hacen algo inapropiado, ¿verdad?

Lo cierto es que los felinos son suficientemente inteligentes para percibir nuestros estados de ánimo y los cambios en nuestro lenguaje corporal que indican que estamos estresados o enfadados. Sin embargo, no siempre serán capaces de conectar la causa de nuestro enfado o estrés con una conducta que ellos mismos han llevado a cabo, en especial si dicha conducta ha sucedido mucho tiempo antes de que nosotros la “descubriéramos”.

Entonces, un gato solo podrá entender que lo estás regañando por algo que él mismo ha hecho si este regaño se produce justo después de la conducta inapropiada. En caso contrario, es decir, si regañas a tu gato pasados varios minutos o inclusive horas desde que ha tenido un comportamiento inadecuado, solo le harás sentir confuso sobre el motivo de tu enfado y no sabrá cómo actuar para tranquilizarte.

Así mismo, por más que el regaño suceda en el momento oportuno, no lo recomendaríamos como la manera más segura o eficiente de educar a un gato, porque, cuando regañas a tu felino, sencillamente le dices que te sientes enfadado o decepcionado con su forma de comportarse, pero no le transmites cual es la forma ‘correcta’ de actuar en estas circunstancias ni cuáles son las conductas que consideras más apropiada para fomentar una buena convivencia. Por ende, el regaño sistemático no contribuye para que un gato se sienta motivado a aprender de forma continua, lo que disminuye significativamente tus chances de tener éxito al educar o adiestrar a tu gato.

En este sentido, es importante que tengas en claro que es nuestra responsabilidad y debe ser nuestra prioridad como tutores, enseñar a nuestros gatos qué significa “portarse bien” antes de castigarlos por “portarse mal”, porque ningún animal es capaz de aprender innatamente cuales son las conductas que los humanos consideran “buenas” o “malas” en su comportamiento.

Por todas estas razones, desde SoyUnGato, no incentivamos el uso del regaño en la educación de los gatos, pero si aun así quieres aplicar esta ‘técnica’, a continuación, te invitamos a conocer los errores que debes evitar al regañar s un gato.

Errores que no debes cometer al regañar a tu gato

Algunos de los errores que no debes cometer al regañar a tu gato son los siguientes que vamos a numerar.

  • Creer que con la violencia se puede enseñar algo: la violencia en todas sus formas solo genera más violencia, y no cumple ningún rol educativo o correctivo en la educación de los gatos (ni de cualquier otro animal de compañía). Si te sobrepasas regañando a tu gato, recayendo en la violencia verbal, o aplicas castigos físicos para reprenderlo, solo estarás fomentando que tu gato también actúe de forma defensiva u ofensiva para defenderse y que tenga muchas dificultades para quererte y ser feliz contigo. Algunas de las "Señales de que un gato no es feliz", son las siguientes.
  • Regañarlo a destiempo: ya hemos hablado de esto anteriormente, pero como es uno de los errores más comunes al regañar a un gato, no está de más recalcarlo. Si quieres regañar correctamente a tu gato, el ‘factor cuándo” es clave, ya que, si el regaño lleva demasiado tarde, tu minino no será capaz de entender porque lo estás regañando y qué cosa debe dejar de hacer para no enfurecerte.
  • No presentarle la forma ‘correcta’ de comportarse o hacer algo: el regaño por sí solo, como vimos, no es suficiente para enseñar a un gato cuáles son las conductas que consideramos apropiadas, pues consiste en nada más que indicar que determinada acción o comportamiento están “mal”. Entonces, si solo regañas a tu gato, pero no le das una alternativa de cómo comportarse correctamente para hacerte sentir feliz y orgulloso, no lo estás educando efectivamente, sino reprendiéndolo sistemáticamente.
  • Intentar inhibir conductas instintivas o necesidades fisiológicas: regañar o, peor aún, castigar a un gato por suplir una necesidad fisiológica, como orinar y defecar, o bien llevar a cabo una conducta totalmente instintiva, como el marcaje, es cero recomendable y bastante cruel porque deja en evidencia una enorme dosis de intolerancia y falta de respeto por el otro, ya sea que este otro pertenezca o no la nuestra especie.

Cómo enseñar a un gato a no morder

Ahora que ya sabemos cómo no regañar a un gato, nos falta hablar de la forma más apropiada de enseñarle a no morder. En este sentido, lo primero que debes tener en cuenta es la importancia de empezar a educar a tu gato desde su llegada al hogar y, preferiblemente, a partir de sus primeras semanas de vida, para evitar la asimilación de conductas no deseadas, como puede ser morderte jugando o en otras circunstancias. Para ayudarte a dar los primeros pasos, hemos preparado una guía práctica de cómo educar a un gato desde cachorro.

Pero, hablando específicamente de cómo enseñar a un gato a no morder, lo primero y lo mejor que puedes hacer es no fomentar esta conducta cuando tu gato aun es un cachorro, porque una vez asimilada como parte de su rutina, será mucho más difícil corregirla.

Naturalmente, tu gatito tendrá ganas de morder, ya sea porque se están produciendo cambios en su dentadura o porque quiere jugar simulando un contexto de cacería, pero debes direccionar esta conducta hacia los objetos más apropiados, como un mordedor o un juguete, y no hacia tus manos, pies u otras partes de tu cuerpo. Aquí te contamos cuáles son los mejores juguetes para gatos y también las mejores maneras de jugar con un minino para estimular que haga ejercicio y desarrolle sus habilidades sensoriales sin hacer daño a ti ni a los muebles del hogar.

Cómo regañar a un gato correctamente para que no muerda

Habiendo hablado de la prevención, llega el momento de enfocarnos en cómo decir a un gato que no debe morder, es decir, cómo indicarle que la acción de morder jugando o en otro momento no se considera apropiada. En este sentido, la mejor forma de actuar se basa en los siguientes tres pasos:

  1. Haz que tu gato entienda que no es ‘bueno’ morderte: para lograr este ‘efecto’, no es necesario ni recomendable recurrir a los gritos ni a la violencia. Basta con un decirle un firme “NO” e interrumpir inmediatamente el juego o la actividad que se esté llevando a cabo cuando tu gato te muerde para hacerle entender que el acto de morder no es parte del juego y no le generará una consecuencia positiva o deseada (como la continuación del juego, por ejemplo).
  2. Redirecciona la conducta: el objetivo no es hacer que tu gato deje de morder en general, después de todo que los gatos muerdan es algo natural y necesario para su supervivencia. El punto es enseñarle que solo debe morder las cosas que pueden ser mordidas, o sea, que fueran diseñadas para cumplir tal ‘propósito’. Entonces, si tu gato te muerde jugando, después de decirle el firme “¡NO!” e interrumpir el juego, dale un juguete que sí pueda morder para direccionar este comportamiento a un objeto o un tipo de recurso específico.
  3. Refuerza las conductas apropiadas: como hemos visto, educar a un gato no se trata solo de indicarle que ha hecho algo “malo”, sino también y principalmente de enseñarle cuáles son las conductas que deseamos ver reflejadas en su comportamiento. Por ello, cada vez que tu gato juegue de una manera apropiada y amigable, sin morderte ni arañarte, o cada vez que tu minino lleve a cabo correctamente una acción u orden de obediencia que tratas de enseñarle, recuerda premiar sus aciertos para fomentar la asimilación de esta conducta como parte de su rutina. En SoyUnGato te enseñamos cómo usar el refuerzo positivo en la educación de los gatos para recompensar sus esfuerzos y mantenerlos motivados para que sigan avanzando en su aprendizaje.

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