Problemas del comportamiento

Cómo hacer que un gato acepte a un perro

 
Miren Azurmendi
Por Miren Azurmendi, Periodista especializada en el mundo animal. Actualizado: 6 septiembre 2023
Cómo hacer que un gato acepte a un perro

La relación entre perros y gatos, lejos de ser controvertida, puede fluir con gran armonía si sus caracteres son afines y les ayudamos a sentar las bases de una convivencia feliz. Pese al dicho popular de 'llevarse como el perro y el gato' son muchos los ejemplares de ambas especies que comparten buenos ratos de compañía y de juegos con el otro. Sin embargo, aunque perros y gatos son animales sociables que buscan forjar vínculos y pertenecer a un grupo no siempre consiguen tolerar a su compañero de hábitat si de cachorros no han interactuado socialmente o si sus experiencias han sido negativas. Por ello, en SoyUnGato queremos revelarte los secretos para saber cómo hacer que un gato acepte a un perro. ¡Atento!

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Índice

  1. ¿Los perros y los gatos se llevan bien?
  2. Cómo hacer que mi gato acepte a un perro
  3. Qué hacer cuando un gato bufa a un perro
  4. Por qué mi gato no acepta a mi perro

¿Los perros y los gatos se llevan bien?

Es curioso cómo, en algunas ocasiones, un gato acepta a un perro de primeras sin mayor discusión mientras que, en otros casos, pese a todos nuestros esfuerzos y precauciones, apenas se toleran, y es que son varios los aspectos que decantarán la balanza hacia un lado o hacia el contrario. Vamos a ver cuáles son estos factores previos que influyen en cómo hacer que un gato acepte a un perro cachorro o adulto.

Grado de socialización del gato

Las primeras semanas de vida resultan decisivas en el aprendizaje de perros y gatos. Si han debido interactuar con otros animales, de su misma especie o de otras y con personas de distintas edades, ello les familiariza con nuevas experiencias. Así, de adultos mostrarán menos resistencia y se adaptarán mejor a este tipo de situaciones.

La etapa de socialización felina tiene lugar entre la segunda y la séptima semana de vida mientras que en los canes lo hace entre la tercera y la decimosegunda. Si acabas de acoger a un gatito, deberás exponerlo a la interacción social para prevenir trastornos del comportamiento más adelante.

Te hablamos de "Cómo y cuándo socializar a un gato" en el siguiente post.

Experiencias pasadas con otros perros

Las experiencias, traumáticas o enriquecedoras del pasado ejercen un fuerte peso en la conducta de nuestros animales de compañía, en especial en la de los gatos, dado que son más sensibles y las asociaciones perduran por más tiempo en su cerebro. Si tu gato ya ha convivido con un perro y la cosa no fue bien porque este lo perseguía sin cesar, lo atemorizaba con sus ladridos o incluso llegó a morderle resulta comprensible que de entrada la idea de conocer a otro perro no le llene de alegría.

Edad del gato y del perro

Por lo general, los ejemplares jóvenes se muestran más receptivos a la interacción y a las nuevas experiencias, precisamente por esa curiosidad innata que acompaña a las semanas de socialización. Cuanto más jóvenes sean ambos más probabilidad habrá de que congenien a la primera y se conviertan en buenos amigos que crecerán juntos.

Por ello, una de las recomendaciones que te damos a la hora de cómo presentar a un perro y un gato es tener en cuenta la edad. Antes de escoger cuál será el ejemplar que llegue a casa, deberás considerar la edad del perro dependiendo de la que tenga tu gato.

Compatibilidad de caracteres

El temperamento es un rasgo innato que condiciona la buena marcha de la relación entre un perro y un gato. Por ejemplo, un perro juguetón y activo abrumará, y hasta estresará, a un gato introvertido. En general, al margen del carácter de cada ejemplar, los felinos despliegan una psicología más prudente, observadora y controladora que la de los canes.

Presentación entre el perro y el gato

Este es el factor más determinante, junto al grado de socialización. Los etólogos coinciden en que debe llevarse a cabo de un modo paulatino, sin presiones, sin forzar los acercamientos y garantizando la integridad de ambos. Por ello, el perro siempre debe estar sujeto con la correa y, preferentemente, debe llevar bozal para no lastimar al gato.

Cada uno debe disponer de un espacio individual de uso exclusivo en el que se sientan relajados y seguros. Los felinos agradecen contar con un refugio en las alturas y que el arenero sea inaccesible para el perro. Cada uno deberá tener su comedero y bebedero, ya que la competencia por los recursos les genera mucho estrés, sobre todo, a los gatos.

Necesidades de cada uno

Las necesidades básicas del bienestar animal de ambos deberán estar satisfechas. De lo contrario, no se mostrarán equilibrados ni predispuestos a conocer a un nuevo compañero.

Cómo hacer que mi gato acepte a un perro

Como decimos, los gatos son más territoriales y controladores que los perros. Por tanto, si te preguntas cómo juntas un perro y un gato, deberás primar las reacciones y el ritmo de ese. Los perros suelen ser más tolerantes y pueden aprender órdenes básicas de obediencia con las que mantener la situación bajo control. Toma nota de los consejos que te facilitamos a continuación para predisponer a tu gato a aceptar a tu perro:

Prepara la llegada del perro a casa

Como ya sabes, los gatos se estresan ante el más mínimo cambio en su alrededor. Por ello, es importante que preparemos el terreno antes de la llegada del perro cachorro o adulto a casa. Esto te ayudará a cómo presentar un gato a un perro.

  • Antes de la llegada del perro deberás preparar las estancias de ambos o, si lo prefieres, puedes destinar una zona restringida solo para el perro, por ejemplo, colocando una barrera. Si lo dispones, es mejor que separes al perro en otra habitación. De este modo, el inquilino veterano, tu gato, no se sentirá invadido o desplazado y el perro podrá ir familiarizándose poco a poco con el hogar.
  • Cuando el perro llegue a casa el gato debería permanecer en su habitación. Es conveniente mantener las distancias a priori y que el can esté atado con la correa. Si puedes, cánsalo con un largo paseo. De este modo, no estará tan enérgico y beligerante. Además, es de gran importancia mantener los espacios vitales de los dos animales separados. Los gatos son muy estrictos en cuanto a la higiene y la alimentación, así que no debemos alterar este equilibrio que tienen. Un plus es que el gato tenga un lugar alto al que "huir" si la situación no le gusta.
  • A los pocos días de la llegada del perro deberás iniciar los intercambios olfativos, por ejemplo, intercambiando sus juguetes y mantas con el fin de que vayan conociéndose. En este punto, las feromonas para gatos sintéticas pueden resultar de gran ayuda para rebajar tensiones.

Contacto físico y enriquecimiento ambiental

Una vez hayamos realizado el primer contacto olfativo, un paso muy importante y que no deberíamos saltarnos, tendremos que plantearnos hacer las presentaciones físicas. Puede que la presentación olfativa te tome más tiempo de lo normal porque el gato puede gruñir a los juguetes del perro. Para seguir con los pasos sobre cómo hacer que un gato acepte a un perro, deberemos seguir las siguientes pautas:

  • Poco después será el momento de los primeros contactos visuales: el gato deberá disponer de una vía de escape o de un refugio al que acudir si se siente amenazado o a disgusto. Obligarle a permanecer contra su voluntad no hará más que dificultar el proceso y alargarlo en el tiempo. Además, en este primer contacto visual, siempre desde lejos, será importante que esté otra persona para que te ayude. En caso de que el perro y el gato se alteren, será más fácil si hay alguien que pueda ayudarte a controlarlos.
  • A medida que toleren estos contactos visuales deberás prolongar su duración: eso sí, siempre bajo tu supervisión. Cuando debas ausentarte déjalos cada uno en su estancia individual para que no tengan acceso el uno al otro y no puedan pelear.
  • Cada vez que muestren interés por su nuevo compañero deberás recompensarlos por igual: el refuerzo positivo en forma de snacks, caricias o juguetes posee un gran poder pedagógico, que en este caso te servirá para quemar etapas y consolidar logros. No dejes de apoyarte en él.
  • El enriquecimiento ambiental, tanto para el gato como para el can, favorecerá su ejercitación física y su estimulación cognitiva, condiciones ambas indispensables para que este mutuo aprendizaje llegue a buen puerto.
  • Si observas que tu gato se estresa o se comporta de un modo agresivo (le bufa, le gruñe, etc.) con el perro deberás posponer el acercamiento y llevarlo a su habitación para intentarlo en otro momento.

Deja que se acerquen

Recuerda proceder con calma, tratando a ambos por igual y sin presionar. Cada animal tiene su ritmo y el acercamiento entre perro y gato se producirá, no tengas duda de ello. No obstante, aunque en la mayoría de los casos el desenlace es feliz, puede suceder que no lleguen a congeniar.

Cuando veas que se quieren acercar, deja que interactúen entre ellos, pero también será importante que tú estés delante. Además, si el perro que ha llegado a casa es un perro adulto, tendrás que ponerle un bozal cuando se salude con el gato al principio.

Después de un tiempo, si estás seguro al 100% de que las interacciones entre ellos no suponen ningún peligro, puedes dejaros sueltos en el mismo espacio. Aun así, remarcamos que es importante que estés presente para evitar posibles conflictos.

Cómo hacer que un gato acepte a un perro - Cómo hacer que mi gato acepte a un perro

Qué hacer cuando un gato bufa a un perro

Al principio, las interacciones entre el perro y el gato pueden ser un tanto delicadas. Si conoces bien a tu gato, deberás saber diferenciar cuándo está enfadado y/o asustado, ya que este es uno de los motivos por los que el gato bufa al perro. Otras posibles causas que explican por qué lo hacen son:

  • Siente ansiedad ante la situación que se le ha presentado.
  • Sale su instinto de autodefensa porque siente que la presencia del perro es una amenaza.
  • Es su forma de comunicarse con el perro para decirle que se mantenga alejado.

Si tu gato está bufando constantemente a tu perro y parece estar estresado o incómodo, es importante supervisar sus interacciones y asegurarse de que ambos animales se sientan seguros. Si observas que este es tu caso deberías consultarlo con un veterinario etólogo. Solo el profesional podrá decirte cómo manejar la situación.

A continuación hablamos más de "Por qué se erizan los gatos".

Por qué mi gato no acepta a mi perro

Si después de las pautas que te hemos proporcionado para saber cómo hacer que un gato acepte a un perro no te han parecido suficientes y eficaces, probablemente te estés preguntando por qué tu gato no acepta al perro. Además, ¿cuánto tiempo tarda un gato en adaptarse a un perro? ¿Puede ser que no haya pasado el tiempo suficiente? Vamos a ver cuáles pueden ser los motivos:

  • Ansiedad o miedo: debido a la diferencia de tamaño y de comportamiento entre la especie canina y la felina. Si tienes un gato tímido y cariñoso frente a un perro enérgico y activo, puede que este sea el motivo. Ante esta situación seguramente le bufa.
  • Temperamentos dispares: ligado con el punto anterior, puede que tu gato no acepte a tu perro porque tiene una personalidad muy diferente a la suya. Así, volvemos a remarcar la importancia de conocer bien a nuestro gato para saber si necesita un compañero canino o no. Si por el contrario es el gato el que llega a casa, tendremos que tener en cuenta las edades de cada ejemplar para saber cuál es el que mejor encaja.
  • Mala presentación: puede que alguno de los pasos que hemos comentado anteriormente no haya salido tan bien como pensabas. Por ello, puede que sea necesario volver a hacer una presentación olfativa entre los objetos de uno y otro poco a poco.
  • Falta de recursos y espacios: es importante que tengan sus espacios vitales bien diferenciados. De lo contrario, ambos animales pueden angustiarse.

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