
Entre los humanos, como seres sociales que somos, el contacto físico suele ser interpretado como una manifestación de cercanía y de afecto. Entre los felinos, en cambio, esta equivalencia no se da. Una excesiva manipulación física no se corresponde con lo que los gatos entienden que es una conducta social saludable.
De hecho, a pesar de los 4000 años de distancia que separan al gato doméstico actual de su antepasado más directo, el salvaje africano, los mininos con los que convivimos siguen pensando como gatos salvajes. Por ello, saber cómo acariciar correctamente a un gato se hace indispensable a fin de enseñarle a disfrutar de las interacciones con los humanos.
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Índice
Conoce y aumenta el nivel de tolerancia de tu gato
¿Te ha sucedido alguna vez que estabas dando mimos a tu mascota y de pronto te ha mordido o te ha arañado? Lejos de tratarse de una rabieta aislada, deberías buscar el origen de su malestar en el modo en el que la has manipulado. Es probable que hayas traspasado sus límites o que no hayas abortado antes de exceder su nivel de tolerancia.
Observar cómo reacciona a tus caricias, atender a cuándo lo haces, dónde lo haces y durante cuánto tiempo resulta decisivo para que vuestros momentos de conocimiento mutuo sean satisfactorios. No es lo mismo realizar pasadas cortas que largas, llevarlas a cabo a favor o en contra del nacimiento de su pelo o acompañándolas de pellizcos.
Aunque no es una ciencia exacta podemos afirmar que, por lo general, los gatos disfrutan de las caricias en la base de las orejas, en la barbilla y en las mejillas. Por contra, les desagrada que les manipulen la barriga, el lomo y la base de la cola. No en vano, se trata de zonas vulnerables y de gran valor para su comunicación.
Recomendaciones básicas para acariciar a un gato y salir airoso
De acuerdo con las opiniones de los etólogos la etapa de socialización, la comprendida entre la segunda y la séptima semana de vida del gato, es la idónea para familiarizarlo y hacerle disfrutar de las caricias que le regalan los humanos de su círculo familiar.
Siguiendo el criterio de los especialistas te resumimos los puntos más reseñables:
- Si llega a morderte o a arañarte nunca retires tu mano de forma brusca ni grites. Le estarías alentando a que te agrediera con mayor intensidad.
- Nunca le riñas ni le castigues por haberte atacado. De lo contrario, va a identificar tus mimos con una experiencia que le produce miedo y te rehuirá.
- Tampoco resulta conveniente que lo retengas a la fuerza cuando lo tomes en tus brazos o que abordes estas manipulaciones en los momentos en los que está desprevenido como, por ejemplo, cuando duerme. Saberse retenido o en inferioridad de condiciones causa temor al minino.
- Si le cuesta interactuar contigo deberías comenzar por hacerlo a distancia: llamándole, jugando con él o manteniendo el contacto visual. El refuerzo positivo con la comida como protagonista siempre funciona. Solo tendrás que acariciarlo y ofrecerle su golosina favorita y retirársela cuando no exista caricia. La asociación será inmediata.
Aprende a interpretar sus emociones
Resulta especialmente necesario que enseñes a los niños a detectar cuándo el gato está molesto y no desea que continúen manipulándolo. Por ello, ahora recopilamos todas las señales que estarían haciéndote saber que está disfrutando de tus caricias o si, por el contrario, está estresado y no desea que prosigas. Toma nota.
Disfrute | Tensión |
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Convivir es aprender y respetar
Como ves, los humanos y los felinos habitamos con códigos dispares. De ahí la importancia de conocer a tu gato observándolo para respetar sus límites y saber cuáles son sus necesidades en cada momento. Solo así lograrás fortalecer el vínculo que habéis forjado.
Los especialistas insisten en que debe dotarse al minino de plena libertad para decidir cuándo y por cuánto tiempo desea ser manipulado. Deberás mostrarte receptivo cuando él acuda a ti y no retenerlo cuando ya se haya cansado.
Si superas esta prueba de respeto y amor hacia tu mascota el gesto te será gratamente recompensado. Sabrá que eres digno de su cariño y te querrá aún más. ¡Que no te quepa duda!